Mauro CamillatoOpinión: Una agenda venadense salida del túnel del tiempo. BID, Olimpia y predio frente a la plaza en el debate actual

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Los caprichos de los acontecimientos determinaron que en estos últimos días volvieran a estar en la agenda temas que tienen que ver con “la historia negra” de nuestra comarca.

Esas historias que los venadenses nos encargamos de intentar “barrer bajo la alfombra”, pero que sin embargo cada tanto vuelven a surgir. (Es que solo se puede ocultar la mugre solo por un tiempo). Y que además son el símbolo de la falta de debate y de la impunidad.

Así la semana pasada nos enterábamos que por orden del juzgado de Instrucción de distrito en lo Civil y Comercial y Laboral Nro 1 de Melincué, a cargo de  Analía Mónica Irrazabal, el 1 de septiembre es la fecha de la subasta pública para el estadio de Olimpia. En tanto, en el Concejo se realizó una importante reunión para intentar cerrar la deuda del Municipio con la sindicatura del ex banco BID. Ambos casos se cruzan y tienen como común denominador el BID, donde cabe recordar  se fugaron 950 millones de dólares, lo que la conviertió en una de las estafas más grande de la historia Argentina. Además,  55 mil ahorristas fueron los damnificados y se perdieron 2300 fuentes de trabajo en todo el país.

Pero para colmo surgió como propuesta para saldar la deuda con la sindicatura de la otrora poderosa entidad bancaria la venta del predio de 9 de Julio y Belgrano. Ahí también hay otra triste historia para poder contar.

Olimpia de la cima al posible remate

Foto de abrazo simbólico al estadio Olimpia realizado domingo a la tarde
Foto de abrazo simbólico al estadio Olimpia realizado domingo a la tarde

Olimpia fue solo un fugaz sueño en las ligas mayores del básquet. Participó en siete temporadas de la Liga Nacional de Básquet, y obtuvo el título en 1996. Ascendió en 1992 y en 1999 descendió al Torneo Nacional de Ascenso donde permaneció hasta la temporada 2006-07.

Además del título nacional fue subcampeón en la temporada 1994-95 e internacionalmente se consagró campeón de la Liga Sudamericana de Clubes en 1996 y disputó la Copa Intercontinental de Clubes FIBA ese mismo año, cayendo ante el Panathinaikos de Grecia . El técnico era Horacio Segui, hoy uno de los más importantes reclamantes de la quiebra.  Por acá pasaron los mejores jugadores de básquet de los 90, algunos como Andrés Nocioni (forma parte del plantel de la  selección nacional en las Olimpiadas) y Walter Hermann (fue la figura del San Lorenzo Campeón de este año)  todavía siguen brillando.

Claro está: el apogeo y el éxito del humilde club del barrio San Martín se debió casi exclusivamente a los fondos (no del todo claros) inyectados por el entonces Banco BIDNo solo el banco era quien aportaba el dinero sino quien directamente manejaba la institución, de hecho su presidente era Roberto Venancio Cataldi (el entonces gerente superpoderoso del BID)

La historia no podía terminar de otra manera, posterior a la caída del BID acontecida en abril del 95, Olimpia prolongó su participación en la liga profesional un tiempo más (de hecho ganó el título sudamericano casi un año después) pero luego como era de esperar feneció poco a poco hasta encontrarse en la situación actual. Encima la decadencia  se acentuó con una tómbola que la comisión directiva organizó casi como un manotazo de ahogado en el 2000 y cuyos premios no pudo pagar a los ganadores. Algunos de esos acreedores que se presentaron en el concurso preventivo.

En el medio quedó una sociedad venadense que festejó los triunfos deportivos pero que en ningún momento puso en duda o se preguntó sobre la procedencia de los recursos que hacían posibles dichos laureles.

Hoy el humilde club de barrio tiene un imponente estadio construido en aquella época que no puede mantener con sus ingresos genuinos y una deuda que supera los $2.500.000. A pesar que en el 2011 la provincia expropió una parte del inmueble por calle 2 de Abril, para salvar un anterior intento de remate.

Lo más seguro es que finalmente el remate no se concrete, hasta existiría la posibilidad que privados pongan parte del dinero para evitarlo o en todo caso comprarlo y volver a cederlo al Club, aunque también existe la posibilidad que papá Estado termine haciéndose cargo de un desaguisado que  (en este caso) no le pertenece.

Lista oficial de los reclamantes en el concurso de Olimpia
Lista oficial de los reclamantes en el concurso de Olimpia

Deuda Municipal con el ex BID

La fuerte vinculación del BID en su época de esplendor con el Municipio local también dejo sus secuelas. Es que hoy la deuda de la Municipalidad con la Sindicatura de ex banco asciende a una cifra cercana a los 40 millones de pesos y luego de varios “desatinos” se intenta cerrar en los próximos días. Es que no debe olvidarse que durante la gestión de Roberto Scott (y luego continuó con José Luis Freyre) se decidió pleitear con la Sindicatura en lugar de intentar arreglar el litigio. Por su puesto esto generó aumento de costos de honorarios de abogados e incremento de intereses. Solo un ejemplo para demostrar esto, en diciembre del 2014 alcanzaba para pagar la deuda 78 lotes, hoy se necesitarían 94. (Según lo sostuvo públicamente en los últimos días el propio intendente).

Más se dilata el arreglo,  mayor son los intereses y los honorarios. Alguna vez habrá que investigar si la estrategia de litigar solo fue para intentar bajar la deuda en términos históricos, como sostienen desde el oficialismo, o si dicha estrategia  solo favoreció a algunos profesionales que sumaron honorarios.

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De todos modos cabe destacar que el caso se generó en los primeros años de la década del 90,  cuando esa fuerte alianza  entre  el BID y el Municipio (o entre Roberto Cataldi y Ernesto De Mattía) permitió que la entidad bancaria le propinará importantes créditos a la Intendencia. En realidad fueron cuatro: uno para la red de agua potable (una historia que también tiene sus aristas para contar), otro para  compra de equipamiento, un tercero para la construcción del edificio de Hacienda y un cuarto para las famosas 400 cuadras de pavimento (se concretaron cerca de 100). Esta última sería la principal deuda que falta saldar.

En ese sentido vale recordar que la alianza entre los dos líderes de la ciudad en aquel momento (ambos se comportaban casi como sus dueños) tuvo otros capítulos y hasta solventaron el sueño de De Mattía de llegar a ser gobernador (fue precandidato) y de Cataldi en contrapartida de quedarse con el banco de Santa Fe.

Casa Andueza

La tercera historia que volvió casi como si nos sumergiéramos en un túnel del tiempo es la  casa Andueza y el frustrado intento de construcción de un moderno palacio municipal con helipuerto incluido. Es que para saldar la deuda con el ex BID desde el Ejecutivo y el Concejo se avanzó en esta semana en la posibilidad de vender o entregar el predio de Belgrano y 9 de Julio, el valor inmobiliario es tan importante que permitiría abonar la mayoría. Esta decisión evitaría deshacerse de semejante cantidad de terrenos que sino ingresarían al mercado de la especulación inmobiliaria y a la vez impedirían su utilización para otros fines mejores (por ejemplo la construcción de viviendas sociales).

Imagen de la histórica casa de Andueza
Imagen de la histórica casa de Andueza

Claro que ya arreciaron por los medios de comunicación los “nostalgiosos” que pretenden preservar ese espacio verde que hoy solo es utilizado para la feria de emprendedores y para una venta de comida al paso. Con el despropósito que significa que exista un importante espacio verde frente al “gran espacio verde” de la ciudad que es la plaza San Martín. Un debate no fácil de dar pero que nuestra clase dirigente se merece realizar de frente y sin claudicaciones.

Pero también detrás de ese terreno hay una historia para contar y que en este caso tuvo como protagonista a un gobierno de facto. Es que el 4 de julio de 1977 un decreto ordenanza firmado por el entonces intendente municipal, Fernando López Sauqué, declaró a la casa ubicada en el lugar de utilidad pública y sujeta a expropiación. La vivienda involucrada era una joya arquitectónica propiedad de Miguel Andueza que se comenzó a construir en el año 1916 bajo la dirección del arquitecto Antonio Perrone. Hecha con ladrillos italianos, sus artísticas rejas obra del herrero Rafildo Liussi hoy lucen en el jardín de la Iglesia Catedral. Además luego se impusieron derredor unas palmeras especialmente exportadas desde Guyana.

De esta manera posteriormente se derrumbó la histórica vivienda con la intención de erigir allí un nuevo palacio Municipal que entre otras cosas tendría un moderno helipuerto. Obra casi delirante que nunca se realizó pero que además de privarnos a los venadense de una joya arquitectónica y de dejar un predio desolado en pleno centro de la ciudad, nos legaron un millonario juicio con la Caja de Ingenieros de Rosario por el proyecto nunca realizado, que también hace poco se pudo saldar. Y por supuesto también generó jugosos honorarios para abogados involucrados.

Los debates que nos debemos

Lo cierto es que en los próximos días de alguna manera los tres temas podrían vivir un capítulo final. Es que  concejales, miembros del Ejecutivo y Sindicatura del ex BID quieren cerrar el acuerdo por la deuda y muy posible que finalmente el predio de 9 de Julio y Belgrano sea la moneda de cambio.

Por su parte seguramente de alguna manera se evitará la subasta del estadio de Olimpia. Hay serias posibilidades que un par de privados se hagan cargo de la deuda que quede. Es que habrá importantes negociaciones para bajar las cifras, por un lado los distintos organismos del Estado condonarán su parte y varios de los acreedores terminarán disminuyendo sus justas pretensiones.

De todos modos en todos los casos quedará pendiente un fuerte debate que los venadenses nos debemos para que estás historias no se repitan y a la vez la impunidad volverá a triunfar.

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