En anterior nota de opinión avizorábamos que la oposición en Santa Fe se acercaba poco a poco a emular al PJ, reversionando el lema “Unidad en la diversidad”. Y en todo caso, siguiendo los pasos de lo realizado en Venado Tuerto, con la constitución de Primero Venado (el primer frente de frentes local en afrontar y triunfar en una elección).
En ese sentido, mencionamos las declaraciones públicas realizadas en esos días por el exgobernador socialista, Antonio Bonfatti. Esta semana la novedad fue el desembarco en Santa Fe de la cúpula de la UCR Argentina, encabezada por el presidente del Comité Nacional, Gerardo Morales, quien se reunió con sus correligionarios de la provincia, con el intendente rosarino, Pablo Javkin y también con dirigentes del socialismo.
Pero, también hubo otras movidas realizadas por dirigentes radicales/Pro con el objetivo de avanzar en el armado del frente de frentes. Así un par de días antes, el otro encuentro que no tuvo tanta trascendencia mediática fue el de la actual senadora nacional, Carolina Losada y su mentor, el diputado provincial, Julián Galdeano, con integrantes del PRO. Entre estos últimos, se destacaron los experonistas reutemistas devenidos en macrista: Alejandra Vucasovich, Norberto Nicotra y el venadense, Ricardo Spinozzi.
Buen estómago
Es cierto que queda un largo tranco para las elecciones del 2023, pero muchos actores comienzan a acelerar a fondo.
El sentimiento de la oposición en Santa Fe es que están las condiciones dada para alzarse con la gobernación. Ahora, el tema es cómo lograrlo, y a esta altura parece que varios actores coinciden en que poco importa la forma para llegar al objetivo.
Por eso los radicales se muestran muy activos y están dispuestos a todo. Leen que el contexto actual es óptimo para intentarlo. Por un lado, el PJ no cumplió las expectativas del electorado y el gobierno de Omar Perotti luce, por ahora, cuanto menos deslucido. Sobre todo, porque está lejos de cumplir con su principal promesa de campaña “la paz y el orden”.
(Está claro que, si el peronismo hace “un buen gobierno”, las posibilidades de la oposición serían mínimas)
Otro dato a tener en cuenta es la falta de un candidato natural para el 2023, la muerte de Miguel Lifschitz dejó a huérfano ese espacio. Ni el oficialismo, ni la oposición tienen a ese “candidato”. De ahí que, en su desembarco en Santa Fe, Gerardo Morales se reunió con todos e intentó no bendecir a nadie. Aunque es evidente el esfuerzo realizado para apresurar la posible candidatura del actual intendente rosarino, Pablo Javkin, un exradical que sienten como propio.
Javkin ya aviso que está dispuesto a ser el candidato, a pesar que eso lo obligue a dejar vacante nada más y nada menos que la intendencia de Rosario, lugar pretendido por varios.
Por supuesto, el mandatario rosarino no es único que aspira a ser el postulante a la Casa Gris del gran frente opositor. De todos modos, el dilema se resolvería, como dijimos también en nota anterior, en las Elecciones Primarias Abiertas y Simultáneas (Paso).
Así volviendo a lo ocurrido en los últimos días, la cúpula del empoderado (luego de los resultados electorales del año pasado) radicalismo arribaron a la provincia a apurar la construcción del frente de frentes.
En el 2015, el sociólogo Turcato Di Tella en su libro Coaliciones Políticas (Ed. El Ateneo) describió los distintos tipos o niveles de coaliciones posibles. En ese sentido destacó que los frentes se erigen siguiendo el principio del mal menor, “de manera que las fusiones que se tienen menos rechazo que el que sienten hacía otras se juntan”. Es decir, la unión es formada ante el mutuo antagonismo a un tercero en discordia (en este caso, el peronismo).
De todos modos, Di Tella rescata que para conformar un frente es necesario “tener un buen estómago, dispuesto a tragar, no necesariamente sapos, pero sí platos que por ahí a uno no le gustan mucho”.
¿La foto de Losada con Vucasovich, Nicotra y Spinozzi es un plato que no le gusta a muchos o un sapo imposible de pasar? Seguramente, en el transcurrir de los días podremos dilucidar hasta donde los integrantes de lo que queda del Frente Progresista están dispuestos “a tragar”.