Mauro CamillatoOpiniónÁrea Recreativa Norte: primer paso para un proyecto utópico

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El proyecto/sueño tiene ya más de 40 años, y hasta ahora no tuvo ningún avance significativo. En todo caso, venía sufriendo importantes retrocesos y cada vez se tornaba una utopía su realización. En la última noche del mes de febrero, parece que se comenzó a romper esa dinámica y el intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella, encabezó la presentación formal del concurso de ideas lanzado junto al Colegio de Arquitectos Distrito 3, para avanzar en el plan de creación un “gran área verde con espacios para la recreación” en un sector de 16 hectáreas que forma parte del megaproyecto del Área Recreativa Norte (AReN).

Es cierto que el “sueño original” consta de más de 200 hectáreas, e incluye un espejo de agua natural de 70 hectáreas, que es la laguna Las Aguadas. Detalle no menor, este espacio hoy es el lugar donde se deposita la mayoría de los residuos de la ciudad. De todos modos, que exista la decisión política de comenzar a avanzar en parte de ese megaproyecto es una buena noticia.

El AReN tiene su origen en el Plan Regulador de 1976, donde se detalla el proyecto y se determina “la prohibición de su ocupación con construcciones por considerar la zona como área inundable y reservada como área verde de la ciudad”. Así, sostienen que el espacio se conservará para “actividades deportivas, recreativas y culturales, incluyendo la formación de un lago que sirva a tal finés y este integrado al sistema hídrico de la laguna El Basural”.  Por supuesto que para lograr tal proyecto era necesario realizar una importante obra de regulación y de saneamiento de la mencionada laguna (incluido la desactivación del basural a cielo abierto y el traslado de las pocas viviendas que hay en la zona).

Por su parte, el Plan General (finés de los 90 hasta principio del 2000) también lo revalorizó como uno de los proyectos prioritarios, remarcando que “el sector tiene un gran valor potencial, tanto en materia de oferta recreativa, deportiva y social, como desde el punto de vista de su contribución al mejoramiento de la calidad paisajística y ambiental de la ciudad”.

Posteriormente, el proyecto se mantuvo como prioritario para el Plan de Desarrollo Territorial elaborado en el 2013 (ordenanza 4404), donde sostienen que la zona es de Interés Ambiental configurando un espacio importante para la revalorización del paisaje. Indicando luego que el objetivo es “desarrollar un proyecto para el Área Recreativa Norte, con actividades permanentes de recreación, esparcimiento y deporte para la Ciudad, la Región y visitantes temporales o en tránsito”. Y agregan: “Recuperar ambientalmente el bajo natural, consolidar su borde y recrear un paseo o recorrido, integrando la trama urbana y conteniendo actividades que requieren de espacios con características especiales”.

En síntesis, el área de reserva se extiende en una vasta fracción del radio urbano que forman un bajo (inundable) que supera las 200 hectáreas y que, a su vez, funciona como un desagüe natural y atraviesa la trama urbana noroeste de la ciudad. Dicha condición de bajo inundable es la que la convierte en un espacio no apto para la radicación de viviendas, y por ende óptimo para conservar y revalorizar el paisaje, convirtiéndolo en un gran área verde con espacios para la recreación, el descanso y la realización de diversas actividades al aire libre.

Todo el AReN está dividido en cinco sectores, en este caso el concurso lanzado es exclusivamente para el sector 3 (16 hectáreas) que se encuentra en contacto con dos importantes ingresos a la ciudad, al suroeste con la ruta nacional 8 y al noreste con Av. Chapuis; y está atravesada por Av. Lisandro de la Torre. Al noroeste limita con la trama urbana del barrio Villa Casey y al sureste del barrio San Vicente.

Un proyecto utópico

Así las cosas, desde 1976 hasta ahora poco se ha hecho para concretar el sueño de este emblemático espacio recreativo que valorizará a Venado Tuerto. Hoy la ciudad cuenta con escasos lugares intervenidos por el Estado que son utilizados para tal fin. La reciente reconstrucción del Parque Municipal General Belgrano, con la posterior exitosa apropiación realizada por la gente, es el más claro ejemplo que demuestra lo necesarios que son estos espacios.

Lo cierto es que el AReN se convirtió en proyecto utópico,  nombrado una y otra vez, sobre todo en épocas de campañas políticas. La mayoría de los candidatos, desde el renacimiento de la democracia, prometieron su realización, pocos llegados al poder lograron avanzar mínimamente.

Ahora, por lo menos se aceleró un proceso comenzado en la anterior administración. Esto es, lograr incorporar al dominio municipal fracciones de terreno ubicados en la zona que hoy pertenecen a privados o están directamente usurpados.

Mientras tanto, la presentación del concurso de ideas que permita avanzar la intervención del sector 3 del AReN es el primer paso formal en pos de lograr que el proyecto dejé de ser utópico. Como señaló Karl Mannheim, una utopía deja de serlo cuando se vuelve realidad (Ideología y utopía-1929).

Además, el antecedente ocurrido en noviembre del 2017 (una empresa local logró que el Concejo Municipal apruebe por mayoría una excepción para utilizar 8 hectáreas del AReN para construir una planta fabril) demuestra que cuando el Estado no avanza, el que si lo hace es el sector privado.

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