Hay clima de trabajo en “la casita” del Teatro Ideal. Las actrices, el director y el dramaturgo están metiéndole firme a una nueva obra que tiene nombre y fecha de estreno: “Frida para Armar” se presentará al público el próximo 6 de julio en la sala de calle Pellegrini 970.
Naturalmente, el texto escrito por Paul Citraro se inspira en la popular figura de Frida Kahlo, mundialmente famosa por sus obras de arte, por su personalidad, por su pasión. La mexicana será encarnada en esta ficción por la actriz Dalila Escorihuela, que estará acompañada por su sobrina Isolda, quien será la narradora y estará interpretada por Verónica Pipelo. La dirección, el aporte al texto y la puesta están a cargo de Mauricio Sariaga. Ellos cuatro son los que se encuentran en etapa de “exploración” de esta obra que promete mucho, incluida “una puesta inédita para el teatro venadense”.
Frida para Armar es un texto emergente del taller de Dramaturgia dictado por Fernando Ferrer (2021) y re-elaborado en el Taller Experimental de Escritura Teatral del Teatro Ideal (2023/24). La fecha de estreno no es casual, dado que ese día se cumple el aniversario del nacimiento de Frida Kahlo.
Provenientes de distintos espacios y trayectorias, los cuatro que le dan forma a este elenco conforman una nueva compañía teatral: “El caniche de Barotto”, en cariñoso homenaje al director del Teatro Ideal.
El germen
“Paul me propuso hacer la curaduría de la dramaturgia de esta obra, y empezamos a trabajarla en agosto del año pasado, y en un momento me propone que la dirija. Hasta ahí era un unipersonal y ya estaba decidido que el papel lo iba a hacer Dalila”, relata Mauricio Sariaga, de larguísimo recorrido en el mundo del teatro y los musicales en nuestra ciudad.
La decisión sobre la figura protagónica viene desde hace mucho tiempo: “Fue antes de la pandemia, cuando se hizo el ciclo de Alejandra Pizarnik en 1927 Multiespacio, ahí Paul me contó que estaba investigando sobre la figura de Frida Kahlo y que me veía para un personaje así. La idea me gustó mucho porque era un gran desafío”, resaltó la actriz que forma parte del grupo La Ventana de Murphy.
A partir del trabajo entre Citraro y Sariaga se llegó a la conclusión que “había un desdoblamiento de una segunda voz” dentro de la obra, es decir que ya no era un unipersonal. Entonces hubo un gran trabajo del director para “diseccionar esa segunda voz dentro del texto”, que era una narradora. Entonces aparece el personaje de Isolda, que es la sobrina de Frida, la hija de la hermana con la que Diego Rivera tuvo un romance. Y convocaron a Verónica Pipelo (Galpón del Arte) para ese rol.
La búsqueda
“Hay una Frida comercial y una humana, y a nosotros nos interesaba esta última, desmitificando a la comercial que está en el inconsciente colectivo. Y para darle humanidad era necesario contraponerla con sus grandes dolores físicos (que ya conocemos) para imaginar otros mundos y posibilidades que no están escritos”, expone Sariaga.
Las protagonistas Dalila Escorihuela y Verónica Pipelo.
Claro que no es sencillo meterse con un personaje tan popular y visitado porque suelen ser “complejos para desestructurarlos”, por eso se optó por licencias poéticas o anacrónicas, hablando desde un tiempo actual. “Esta es una Frida que usa zapatillas John Foos, revelando que esa Frida también puede ser de este tiempo, aun haciendo lo que hacía hace cien años. Una Frida digital en un tiempo analógico”, grafica Citraro.
Escorihuela añade: “Le estamos buscando la fuerza y la pasión a un personaje que es muy potente, contando cómo lo siente en su cuerpo. Es un compromiso muy grande desde el punto de vista físico, porque necesitamos crear un recuerdo y una vida de este personaje”.
En esa línea, el director aclara: “Lo que ya sabemos de Frida nos importa lo justo y necesario para sostenernos en la pata histórica, creando el mundo que le va a permitir a la actriz sostenerlo. Frida empatiza mucho con la época romántica, con la idea de que sufrir es vivir, y para eso hay una preparación muy grande en un tiempo muy ajustado, pero no imposible”, aclara en relación a la exigencia que impone ya tener una fecha de estreno.
El rompecabezas de Frida
Frida para Armar está pensada como “una tragicomedia, con la presencia de un elemento absurdo, haciendo que el espectador esté sufriendo con la actriz y de repente se descubra riéndose”, sostiene Sariaga. “Así era la personalidad de Frida –remarca Pipelo- porque detrás de todo su dolor era una persona alegre que bailaba y cantaba, hacía chistes y era muy irónica”.
El director Mauricio Sariaga y el dramaturgo Paul Citraro.
Con un libreto que pasó por siete u ocho versiones diferentes hasta llegar a la definitiva, anticipan que se está trabajando en una puesta que promete ser muy original, con múltiples elementos escénicos, con recursos a nivel de actuación, de la voz y el movimiento. “La obra tiene hilado y muchas elipsis, por lo tanto la puesta en escena implica partir eso y que la gente empiece a comprender que son piezas de un gran rompecabezas. El universo sonoro también es muy importante”, garantiza el director.
En esta obra, desde un relato crudo, vital y sin respiro, Isolda es quien cuenta la historia de su admirada tía. Y en la proyección de sus recuerdos es la nitidez de Frida quien aparece con toda su potencia habitada por amores, arte, política y universos multicolores para llegar finalmente a las soledades de su paradójico presente, a los 47 años y enferma, en el final de su vida. “Como toda figura histórica, seguimos encantados, descubriendo que 100 años después sigue existiendo una Frida que es un modelo para armar”, remarcan.
Desde la compañía destacan que este proyecto no sería posible sin el impulso del Ministerio de Cultura de la Provincia, la Secretaría de Territorialidad y Desarrollo Cultural de Venado Tuerto y la Asociación Amigos del Teatro Ideal.