Arte y espectáculosCulturaGabriel Rolón desembarca en Venado Tuerto de la mano de “El lado B del amor”

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Con dos funciones a sala llena, las butacas y el escenario del Teatro Ideal de Venado Tuerto (Pellegrini 980) están más que listas para recibir a personas oriundas de la ciudad y la región quienes se darán cita en esta jornada para disfrutar, en dos funciones totalmente colmadas, de la obra escrita e intepretada por el reconocido psicólogo, escritor, músico y actor argentino Gabriel Rolón: “El lado B del amor”. Este jueves 20 de junio, el licenciado Rolón, protagonista de su pieza teatral, vuelve a movilizar al público abordando temáticas profundas con un guión de su autoría, ubicando a “El lado B del amor” entre las propuestas más vistas de la temporada 2018, llevándose el aplauso de más de 50.000 espectadores.

El elenco que lleva adelante la mencionada obra está integrado, además, por Cynthia Wila, Malena Rolón y Carlos Nieto, bajo de la dirección de este último.

El público se encontrará con la historia de una periodista que llega al consultorio de un psicólogo para hacerle una nota acerca de su último libro y, casi como al pasar, le propone un juego inocente. Sin embargo, a medida que avanzan, comienza a desplegarse una trama inesperada. “El lado B del amor” utiliza el lenguaje de la comedia dramática para abordar las aristas más complejas de ese sentimiento tan idealizado, a partir de una premisa: no todos los amores merecen ser vividos.

El tema es el amor, esa experiencia que, en algunas ocasiones, puede dar sentido a la vida, y en otras, ponerla en riesgo.

-Si bien esta no es su primera pieza teatral… ¿Cómo surge, o a partir de qué, “El lado B del amor?

-Cuando escribí el libro “Encuentros, El lado B del amor”, había algunas cosas que quería decir: no es cierto que el amor todo lo pueda, no es cierto que el que ama no pueda engañar, no es cierto que debamos ser incondicionales con quien amamos y menos aún que estemos obligados a soportar cualquier cosa por amor, porque no todos los amores merecen ser vividos. Eso era lo que deseaba transmitir. Porque el amor es un sentimiento idealizado y el consultorio me mostraba que casi nadie sufre por algo que no tenga que ver con el amor.

En aquel momento no se había instalado todavía el tema de la violencia de género, pero yo veía sufrir a mis pacientes por esas cosas. Entonces, quise escribir sobre el tema. Hoy, por suerte, la sociedad ha tomado el guante de esa asignatura pendiente y me pareció una buena forma de sumar, darles a esos pensamientos un lenguaje teatral.

¿La incursión en el mundo teatral tiene o podría tener algún vínculo con su faceta de compositor? 

-Sí, claro. El arte me acompaña desde que nací, especialmente de la mano de la música. Luego llegó el canto, el estudio teatral, la radio y mucho después la escritura. Subir a un escenario no es una experiencia nueva para mí, lo hago desde muy chico. Me pagué los estudios como músico, y hoy, por suerte, disfruto de la posibilidad de pensar obras, escribirlas, a veces musicalizarlas e incluso actuarlas.

¿Es posible pensar en una definición de amor?

-Muchos intentaron definir el amor. En “El banquete”, libro de Platón, aparecen algunas ideas interesantes. Allí se dice que el amor es carencia y la carencia dolor, de donde todo amor sería sufriente. También aparece esa idea que muchos sustentan todavía: el amor es la posibilidad de hacer de dos uno.

Octavio Paz sostuvo que el amor era una manera posible de engañar por un rato a la muerte.

Todas estas definiciones tienen su gracia, estimulan el pensamiento y, algunas, son muy poéticas. En lo personal creo que el amor es esa emoción que nos deja vulnerable y desprotegidos. Sé que hay amores sanos. Cuando eso ocurre, es una experiencia maravillosa. Pero también hay de los otros. En esos casos, pocas situaciones pueden causar tanto daño.

¿Cuál sería el lado A del amor? ¿Y el B?

El que escuchamos todo el tiempo. El que sostiene que el amor es siempre algo maravilloso, un milagro, lo mejor que nos puede pasar en la vida. Ese discurso idealizado que niega todos los potenciales riesgos del amor.

 ¿Por qué hay amores que no merecen ser vividos? ¿Qué tipo de amor sí lo merece?

-Sólo merecen ser vividos los amores que podemos transitar con dignidad, los que nos permiten estar de pie. Aquellos vínculos que se arman a partir de la violencia, la falta de respeto, la posesión enfermiza o el maltrato psíquico son los que sostengo que no vale la pena vivir.

¿Pensar al amor en relación a la verdad, el respeto, el diálogo, la compañía y un pacto explícitamente implícito es una forma de idealizarlo?

No. Idealizarlo es creer que todo eso se da naturalmente sólo porque nos enamoramos. Pensar que el amor, por sí solo, genera esas cosas fantásticas que nombraste. Por el contrario, trabajar mucho y cada día por desplegarlas en un vínculo de pareja, lejos de idealizarlo, es reconocer que el trabajo tenemos que hacerlo nosotros. Porque el amor, por añadidura, no trae ninguna virtud.

-Si se piensa que “el amor” puede poner en riesgo la vida de una persona, ya sea porque está ante la presencia de violencia física o, haciendo un salto en el mismo renglón, verbal, ¿se puede “denominar” a ese vínculo amoroso? 

-Por supuesto. Otra de las maneras de idealizar al amor es creer que sólo existe cuando el vínculo es sano. Mentira. El amor es un sentimiento que experimentan las personas. Hay personas sanas y otras enfermas, y cada una ama desde lo que es. Entonces, si tenemos la fortuna de enamorarnos de alguien sano, es posible que el amor sea algo maravilloso que nos mejore la vida. Si, en cambio, nos enamoramos de una persona  violenta, egoísta o agresiva, estaremos en las puertas mismas de la tragedia. En ambos casos, se trata de amor.

¿A qué le atribuye el éxito y la cantidad de espectadores que recibe “El lado B del amor”?

-Me gusta pensar que el público recibe la honestidad con que hacemos la obra. Nos subimos cada noche a dejar todo lo que tenemos. En lo personal, sé que la gente que viene a verme espera llevarse una emoción o un pensamiento. Y en cada una de mis obras lo tengo muy en cuenta. Además, hemos construido un vínculo muy cercano con el público. Por eso, luego de cada función, nos encontramos para sacarnos fotos, firmar libros o, simplemente saludarnos. Quiero agradecer tanto afecto y me gustaría pensar que ese mismo afecto es la causa del éxito de “El lado B del amor”.

 

Nota: Florencia Mir

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