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¿Quién se animará a decir “No hay nada en Venado”?
¿Quién será capaz de proferir que Venado está muerto?
Y si por alguna razón lo estuviese, también –sobre todo- sería tu culpa (nuestra culpa). “Si en tu pueblo no hay nada, es que no has hecho lo suficiente”, flameaba hace muchos años en una bandera. El contagio y movimiento cultural es atroz: música, poesía, arte, literatura, teatro, filosofía, baile, alegría.
¿Quién será tan ruin, que inmóvil (hace años) desde una silla dirá “lástima que la gente de Venado…”? ¿Será el temor, el hacedor de tan insostenibles críticas? “Porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son”, escribía Cervantes.
“Hay un momento en la juventud que todo es posible, en que todo es poco en la inmensidad de nuestra vida”. Quizás esta sea la única viabilidad: hacer lo que inevitablemente nuestro cuerpo nos exige: amor a la cultura.
“…y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor”, escribía Cortázar hace tiempo; y en Venado cada día existen más jardines de flores amarillas.
*Pequeño manifiesto, para cambiar críticas sin sentidos por un actuar pleno e inexorable.
Autor Anónimo
Fuente: Altazor "pseudo revista cultural"