Tres horas después de la asunción de Bolsonaro, Mauricio Macri, el gran ausente en el acto en el Senado de Brasil, le deseó suerte con un escueto tuit
“Quiero enviarle mis mejores deseo a Jair Bolsonaro en el día que asume como presidente de Brasil, país amigo y hermano. Confió en que nuestros gobiernos seguirán colaborando para la prosperidad de nuestros pueblos”, posteó el presidente, a las 18 horas, desde Villa La Angostura, donde pasa sus vacaciones.
No quiso interrumpirlas para viajar a Brasillia como 10 colegas suyos, todos los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Chile, Sebastián Piñera; Honduras, Juan Orlando Hernández; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Perú, Martín Vizcarra; y Uruguay, Tabaré Vázquez.
Argentina estuvo representada por el canciller Jorge Faurie, que ratificó la reunión entre Bolsonaro y Macri para el 16 de enero en Brasilia, anunciada cuando el argentino informó su faltazo.
Macri nunca intervino en los asuntos internos de Brasil y fue uno de los primeros presidentes en legitimar a Michael Temer, cuando fue destituida su antecesora Dilma Rousseff, que había recibido por largas horas a Gabriela Michetti en su despacho.
Tampoco anticipó preferencias en la elección de octubre, felicitó a Bolsonaro cuando ganó, pero no quiso tomarse un avión a Brasil el primer día del año, rutina habitual de los presidentes sudamericanos cada cuatro años. Macri la rompió.