Promediando sus primeras tres semanas al frente del país, Alberto Fernández realizó un balance sobre los principales puntos de su agenda, partiendo por destacar la importancia e implicancias de haber logrado sancionar la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
En este sentido, el mandatario manifestó que desde su administración están poniendo las cuentas en orden y que el ajuste, a diferencia de otros tiempos, no lo pagan los que menos tienen “sino los que mejor están”.
“Si el concepto de , afirmó, al tiempo que consideró que la mencionada ley “tiende a ser solidarios con los que menos tienen y busca volver a poner en marcha el aparato productivo. A diferencia de otros ajustes, este no está pagado por los que menos tienen, sino por los que mejor están”, precisó Fernández.
Consultado sobre su lectura del estado general del Sistema Judicial en la Argentina, el Presidente renovó sus críticas al respecto: “Siempre actúa de una manera debido al momento político”.
“Me preocupaba cuando detenían gente y estaban durante 4 años sin condena firme y ahora tampoco estoy contento con cierta lógica de la Justicia porque hay presos comunes que siguen de la misma manera. La Justicia acompañó cierta mano dura y no se trata de eso, sino de detener a quien corresponde y dejar libre a quien corresponda”, continuó.
“Los jueces tienen que saber que no existen más operadores judiciales, que si aparecen en nombre mío o de la ministra de Justicia, les están mintiendo”, añadió.
En materia de seguridad cuestionó la gestión de la exministra Patricia Bullrich y remarcó que fue “muy crítico de la doctrina Chocobar, del peritaje patético de Gendarmería en el caso Nisman, el caso Maldonado que quedó turbio”.
En esta línea es que se refirió a la despenalización de las drogas y sostuvo que se trata de “un tema complejo” del que “no hay que hablar con ligereza”: “La ONU dice que guerra contra el narcotráfico perdió. No hay que seguir insistiendo. El narco sigue funcionando, ese método no está funcionando”.
En último término, Fernández se refirió al pedido del ministerio de Relaciones Exteriores chileno de evitar pronunciarse sobre los asuntos de política interna de ese país: “No comparé a Chile con Venezuela, solo intenté demostrar que en la Argentina hay situaciones que se miden con diferentes varas. Yo no veo a nadie preocupado por la situación en Bolivia y ahí pasan cosas tremendas”.
“No creo que el Gobierno de Sebastián Piñera sea un régimen como el Maduro. El problema de la violación de los derechos humanos no tiene ideología. Donde haya violación de derechos humanos, voy a estar enfrente”, cerró al respecto.