Sociedad y PolíticaLa apertura de la economía empieza a golpear también a los grandes del sector industrial

Tomás Lüders26/08/2018
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No solo pequeñas y medianas empresas de sectores sensibles están viendo amenazada su subsistencia por la apertura de las importaciones.  Las medidas de aperturas están alcanzando ahora a conglomerados fabriles.

Sectores empresarios del llamado “círculo rojo” aseguran que desde que se aprobó el acuerdo con el FMI se congeló la aprobación de medidas antidumping que actuaban como una de las pocas barreras de protección frente a mercaderías importadas. Dos de las más afectadas son Ferrum y Ledesma. La primera tiene el virtual monopolio de equipamiento para baños en grifería y sanitarios. La segunda, tristemente célebre por el “Apagón Jujeño” del 76, concentra el negocio del papel y es una de las empresas más tradicionalmente asociadas al sector del establishment argentino que apoya medidas liberales en general pero proteccionistas en particular.

De acuerdo a fuentes del sector, no solo no se están renovando medidas anti-dumping como las que han pedido –para beneficio de  Ferrum- la entrada de grifería china y mexicana de calidad similar y precio muy inferior, o en el caso de Ledesma, la entrada de papel para folletería de mejor calidad y menor precio. También  se han implementado mecanismos burocráticos que dificultan aún más las posibilidades de defensa de las industrias nacionales.

“Para pedir la prórroga de un antidumping, explican en una de las cámaras fabriles, ahora hay que presentar toda la documentación por mesa de entrada del Ministerio de Producción. Cuando el expediente finalmente llega a la Comisión Nacional de Comercio Exterior, la empresa demandante debe regresar a esa cartera para abrir el sobre, notificarse que la denuncia fue recibida y recién entonces queda confirmado el pedido para iniciar el proceso de aprobación o desestimación”, expresa citando a su fuentes el periodista económico David Cuffré.

Más allá de si el Gobierno tenía razones o no para resguardar a la compañía o si las trabas a las importaciones estaban provocando perjuicios indebidos a los consumidores, la señal que decodifican industriales argentinos es que el proceso de liberalización importadora tiende a profundizarse en el momento más delicado.

El caso Ledesma
Fue resonante en la Unión Industrial Argentina el caso de Ledesma de pocas semanas atrás. La empresa solía obtener el visto bueno de las autoridades para resguardar sus productos sin mayores dificultades recibió una negativa a la continuidad de un antidumping que bloqueaba el ingreso de papel estucado desde la Unión Europea.

El papel estucado de ese origen es considerablemente más económico que el nacional. Se utiliza para folletería, revistas y en distintos eslabones de la industria gráfica. La respuesta que recibió la empresa de la familia Blaquier fue que su mecanismo de producción resulta obsoleto.

En un trato que suelen recibir las pymes desde que gobierna Cambiemos, la acusaron de ineficiente y le aconsejaron que encare un proceso de reconversión de sus plantas fabriles, pero no una de las empresas que se suponía encolumnada con la fuerza gobernante.

Empresa siempre cercana al poder desde su lugar vitalicio en la UIA, Ledesma estaba acostumbrada a la renovación casi automática del antidumping cada cinco años. El rechazo a la protección aduanera resulta un golpe muy difícil de asimilar en este segmento de su negocio.

Ferrum
Una situación similar se acaba de producir con Ferrum, que detenta el 95 por ciento del mercado de sanitarios, aunque es una empresa con menos peso en la UIA y otras usinas del establishment. Desde hacía quince años tenía un antidumping contra productos de México y China, que también fue eliminado. La empresa pidió audiencia con el ministro de Producción, Dante Sica, para plantear el daño que esta decisión provocará en su negocio, considerando además los golpes recibidos por la caída en los niveles de producción que ya venían en baja por la caída de la construcción. Sica es un economista más pragmático que su predecesor Francisco Cabrera, sin embargo la decisión ya estaría tomada.

Otras empresas
En la misma línea, Techint, que ahora tiene a toda su primera línea sospechada por el caso “Cuadernos”, nunca quedó conforme con la protección que le terminaron asignando frente a la competencia china para la provisión de caños en las obras de gasoductos troncales en Córdoba, en otro caso testigo de la pulseada entre libre comercio o administración del comercio. El Gobierno nacional finalmente laudó en ese conflicto entre el holding y la provincia con la determinación de un caso de amenaza de daño, una de las categorías de limitación de importaciones más endebles.

“No hay una alianza de Cambiemos con segmentos concentrados del empresariado industrial tradicional. Su alianza es con los bancos y con sectores agropecuarios. El Gobierno permite que se erosionen los activos de empresas líderes, que quedan expuestas ante empresas extranjeras que pueden venir a comprarlas frente al agravamiento de la crisis. Está claro que su proyecto no es el desarrollo productivo ni la soberanía del país”, analiza un dirigente fabril, aunque reconoce que varias de esas empresas tampoco tienen un comportamiento que busque resguardar el interés nacional, sino la defensa de privilegios, las prácticas monopólicas y la cartelización.

 

ferrum

Cambio de lógica
Durante el kirchnersmo si un caso de importanción “era gris”, la decisión generalmente era a favor de conceder la protección arancelaria o paraarancelaria. El instrumento habitual era la imposición de márgenes de antidumping, con una carga arancelaria mayor, en lugar de márgenes de daño, que asigna una menor protección.

Con el gobierno actual se invirtió el criterio, ahora lo más usual cuando otorga “un antidumping” es que sea con margen de daño. El oficialismo también ha bajado a su mínima expresión la fijación de valores criterio, con un piso de precio de importación, que es un instrumento avalado por la OMC muy aprovechado por el kirchnerismo.

Otra de las diferencias notables es que Cambiemos dejó de suministrar información detallada sobre los productos que ingresan al país desde mediados del año pasado, con lo cual a las empresas argentinas se les dificulta proyectar sus niveles de producción frente a las necesidades del mercado. Esa falta de transparencia esconde las dimensiones precisas de la avalancha importadora.

Posibles causas
Una de las pocas justificaciones que dan en ámbitos empresarios al congelamiento de las medidas antidumping es que el Gobierno argumenta que está negociando acuerdos con China, entre ellos el canje de monedas (swap) por 4000 millones de dólares, que recién se aprobarían en noviembre. “Hasta noviembre nos dijeron que no se va a mover nada para no afectar los convenios con China”, sostienen en una de las cámaras.

Fuentes: iProfesional / Página 12

 

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