El gobernador de Mendoza y nuevo hombre fuerte del radicalismo tras las elecciones en las que logró imponer a su delfín como sucesor, Alfredo Corneo fue crítico con la idea de que sólo el peronismo puede gobernar el país. También continúo con sus cuestionamientos al estilo de liderazgo de su socio electoral, Mauricio Macri. “Es una mentira total pensar que este país es peronista, que solo ellos pueden gobernar”, afirmó durante una extensa entrevista difundida este domingo.
Para Cornejo, “es una mentira total” decir que Argentina es peronista, y sostuvo que Mendoza es un ejemplo en ese sentido, luego de la elección en la que el radical Rodolfo Suárez se impuso sobre la senadora camporista Anabel Fernández Sagasti, que había recibido un fuerte apoyo de Alberto Fernández.
Entrevistado por el dueño de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia para su grupo de medios, el saliente mandatario provincial consideró sin embargo que “habrá que remar contra la corriente” en caso de que gane en las próximas elecciones gane Alberto Fernández.
Habiendo sido uno de los referentes más críticos al liderazgo del presidente Mauricio Macri al interior de Cambiemos durante la última Convención Radical, Cornejo, que es el presidente de la UCR recordó que la entidad que es socia de su partido, el PRO, no es un partido, es una organización con un líder que decide sin partido. Macri resuelve. Y a veces resuelve bien y a veces resuelve mal.
Al mismo tiempo, el supuesto autor de la frase “la gente no come cemento” considera que será muy difícil vencer a la fórmula del Frente de Todos a fines de este mes, pero no se imagina que un peronismo haya llegado para no irse nunca más. “Voy a luchar mucho para que eso no ocurra. Porque además es mentira. Es una mentira total pensar que este país es peronista, que solo ellos pueden gobernar. Hay casos de éxito en las provincias. Mendoza es un buen ejemplo de eso.
“La mayoría de la ciudadanía del país no es peronista”, sostuvo, agregando: “Y ahí debe intervenir el arte de la política: hay que persuadir, hay que convencer con ideas mejores, y hay que hacerlo con coraje. Hay que elegir entre remar para el lado de la corriente, como hace la mayoría de los políticos, o hacerlo contra la corriente. Suponiendo que gane Alberto, todos se hacen albertistas. Es un proceso doloroso: el periodismo se hace albertista, los empresarios se vuelven albertistas, los curas se hacen albertistas. Y así… “