Vecinalistas de los barrios San Vicente y Juan XXIII elevaron reclamos al Gobierno provincial por la situación hídrica imperante, que afecta a ambos sectores, donde entre otros aspectos se solicita revisar los canales conectados y algunas obras necesarias, ante las perspectivas del clima y el riesgo de inundación en viviendas.
“Transmitimos la preocupación de los vecinos de ambos barrios porque temen, ante las tormentas, que se les inunden las casas. Ya hemos tenido dos inundaciones grandes en el barrio, con el consecuente daño y perjuicio para las personas”, manifestó el presidente vecinal del San Vicente, Mario Baptista, acompañado en rueda de prensa por el vecinalista Miguel Giacomelli y el presidente barrial del Juan XXIII, Marcelo Vega.
En efecto, una nota dirigida al gobernador Antonio Bonfatti el 29 de mayo, ingresada a través del Nodo Regional, pone en conocimiento que “ante la falta de escurrimiento del sistema pluvial del sector oeste de nuestro barrio (ARN), y en función del relevamiento de canales existentes”, se nota “un gran volumen de agua” en la laguna del basural, lo que “resulta extraño ya que venimos de quince días sin lluvias”.
Más adelante, afirma la misiva que “el sistema se encuentra estancado”, y observa con preocupación “gran caudal de agua en la zona El Empalme, sector en donde termina desagotando nuestro barrio (San Vicente) y los linderos”.
En otro párrafo, pide al gobernador revisar “la situación de los canales conectados a ese sector, ya que si bien se están desagotando zonas bajas de los distritos de la zona, lo que ponemos en consideración es el peligro” para los vecinos dada la perspectiva de evacuación “ante una lluvia de moderada intensidad”.
“Considere priorizar la vida, la seguridad de estas personas y sus bienes, ante el desagote del sistema bajo de la zona”, peticiona al cierre.
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Respuesta del Municipio
Baptista comentó que “gestionamos ante el Municipio y tuvimos respuesta favorable, con las primeras inundaciones”, lo cual se reflejó en la limpieza de canales de las calles Edison y Francia, permitiendo un escurrimiento más rápido. No obstante, “si tenemos una lluvia fuerte, se nos va a inundar nuevamente el barrio”.
A su turno, Vega señaló que en su momento “se puso una bomba enviada por la Provincia, pero sin resultado alguno”, y recordó que en el Juan XXIII, en tiempos del intendente Roberto Scott, “se hizo un canal importante, que arranca desaguando la laguna del basural”. Sin embargo, asegura que hoy falta regulación en dos canales provenientes de Maggiolo -lindante a las vías- y del camino de San Eduardo, lo que provoca “un cuello de botella, que tampoco es bueno que abran, porque aguas abajo afecta a otros pueblos”.
“Todo queda a la buena de Dios y no se contiene el agua en las áreas que corresponden. No tuvimos lluvias desde hace diez días y al otro día ya teníamos ya todas las calles llenas de agua. El barrio no se inunda, sino que lo inundan”, aseveró.
El vecinalista alertó que “desde 26 de Abril a República de Irlanda quedó todo afectado, y puede desbordarse por distintos lugares”. Con una experiencia de 35 años en el barrio, Vega remarcó que el Municipio “hizo obras y ahora se hacen trabajos para mejorar el escurrimiento del agua, pero no tiene salida”.
Tras una reunión con el coordinador del Nodo 5, Oscar Pieroni, la solución planteada fue la promesa “de poner un tubo en el camino de San Eduardo, pero no es la solución. La situación ahora es que estamos esperando lluvias grandes con la laguna del basural en una cota muy alta, entonces pedimos que les regulen un poco el agua a Maggiolo y San Eduardo”.
“Nuestra laguna es el reservorio de la ciudad y la única obra importante la hizo Scott hace años. Siempre vamos detrás del problema, por eso digo que nos inundan”, afirmó Vega.
Prevenir al vecino
A la espera de respuestas, Giacomelli manifestó que “el agua no llegó a las casas pero tapó las cunetas a los dos días (de las lluvias), como lo comprobamos en una recorrida, donde se cortaron las calles Valdez y Edison”.
“Queremos prevenir a la gente, no asustarla. Si la Provincia no hace nada se nos llenará de agua el barrio”, completó.
El cierre fue con un reclamo común: “Apelamos a la buena voluntad del Gobierno (provincial) para que solucionen esta situación y nuestros vecinos tengan más tranquilidad”.