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La necesidad de retirar de las zonas residenciales actividades económicas como las realizadas por depósitos, ciertos talleres, industrias y empresas de acopio de granos había originado en el Municipio la iniciativa de crear un Parque de Actividades Económicas. El proyecto público sin embargo terminó viéndose frustrado. En su lugar se crearía hoy un predio privado cuyo estatus legal aún no se definió
Un parque público que no fue El planteo contemplaba la adquisición municipal de terrenos adyacentes al actual Parque Industrial, ya que, de acuerdo al plan de desarrollo territorial, este lugar por donde pasan arterias importantes y la red troncal de gas, es el óptimo para que se emplacen allí las actividades de servicios, en tanto que se reserva el área noreste de la ciudad para el desarrollo residencial.
Por razones que no son claras, el proyecto terminó naufragando. Sin embargo, a la par que el Municipio no adquiría los lotes –por los que diferentes firmas ya habían manifestado interés–, un desconocido inversor privado adquirió los lotes. Dado que el traslado de las firmas que operan en zona de uso no conforme debe hacerse igual hacia ese lugar, hoy este privado se beneficiarían con la valorización de las tierras que traería aparejada la nueva zonificación, proyectada con el ampuloso nombre de Zona Especial de Desarrollo Económico.
Falta Regulación
En definitiva, la llamada Zona Especial de Desarrollo Económico (ZEDE) es hoy un predio de unas 50 hectáreas en manos de un inversor inmobiliario privado, quien será el encargado de vender los lotes a las empresas que allí deban radicarse. Actualmente, a pesar el fracaso de la iniciativa del Parque municipal, allí se irán trasladando en forma paulatina varias firmas locales que ya no pueden operar en el área residencial.
Pero estas zonas urbanas no residenciales no poseen actualmente una normativa que las regule, es decir que la zonificación hoy no está regulada como la del resto de la ciudad. El estatus legal del nuevo del nuevo parque privado será entonces un misterio ¿funcionará como una suerte de country fabril?
A ciencia cierta, tal como se informó hace un tiempo, el Ejecutivo estaría trabajando aceleradamente, en conjunto con el Concejo, en buscar la forma de normativizar su funcionamiento. Sin embargo ya habrían comenzado a surgir algunas diferencias entre uno y otro poder municipal.
Así por ejemplo, habría objeciones sobre la llamativa postura del Municipio de negarse a exigir la habitual cesión del 15 por ciento de las tierras al patrimonio público que los privados deben hacer cada vez que se autoriza un loteo urbano. De acuerdo a lo que hoy plantea el Ejecutivo, una vez que se realice el parcelamiento de los terrenos y se abran las calles, no se cederá el porcentaje de tierras que se reserva para parquización y áreas de servicios. De hecho, tampoco se sabe si habrá acceso a la circulación pública, algo que por ejemplo no ocurre hoy en el country del Jockey Club, que es un predio residencial cerrado y sin espacios para el resto de los habitantes de la ciudad.
El concejal Fabián Vernetti es quien se opondría con más fuerza a esta excepcionalidad para la que no encuentra argumentos.
Sin embargo, otras voces de la oposición matizaron el tema. Así, el también socialista concejal Roberto Meier, declaró hace un tiempo que “si se está pidiendo a talleres, depósitos y cerealeras el traslado al nuevo predio, lo ideal sería que no se exija este porcentaje de tierras, ya que allí no se emplazarían plazas públicas”, aunque para Meier sí es necesario que se destine un 5 por ciento de las tierras para áreas de servicios, usualmente utilizadas en movimientos logísticos o para la instalación de equipamiento ligado a la provisión de energía. Habría que ver sin embargo quién debe ceder los terrenos, ya que en principio la cesión debería ser reclamada al dueño actual del predio.
La novela aún está abierta, y promete generar polémica en el Parlamento local.