En la tarde del martes comenzaron a realizarse trabajos preventivos en el barrio Juan XXIII, uno de los más comprometidos con la crisis hídrica que atraviesa el sur santafesino.
En esta oportunidad se avanzó con el drenaje de canales a través de bombas, con el objetivo de que estos puedan soportar una posible lluvia. A su vez, se cerraron los pasos de agua hacia este sector de la ciudad para evitar que colapsen los desagües.
“La situación es compleja y uno de los sectores más complicados es el barrio Juan XXIII, al igual que el San Vicente y Santa Rosa”, comentó el subsecretario de Obras Públicas, Pablo Rada, indicando que “estamos trabajando con los presidentes vecinales y recorriendo toda la zona, porque es grave que los vecinos tengan el agua cerca de sus viviendas, por eso tratamos de escuchar y acompañar a los que lo padecen, a quienes sufren esta realidad”.
En cuanto a las medidas adoptadas, el funcionario precisó: “Ya aislamos el barrio Juan XXIII para que no reciba agua de ningún otro barrio y, al igual que en el barrio Favaloro, pusimos una estación de bombeo para que, en caso de lluvia, desagote su propia agua”.
Asimismo señaló que el barrio Juan XXIII tiene conexiones por Quintana y por Brown, las cuales están bloqueadas, al igual que se hizo en calle Sáenz Peña para que el agua de la laguna no vuelva. Y desde el martes está trabajando una bomba de gran caudal para desagotar el barrio y que los canales internos estén vacíos, en caso de presentarse una nueva lluvia.
En cuanto a la propuesta planteada por el profesional de la UTN-FRVT, Daniel Dabove, de bombear la laguna Las Aguadas (o del basural), Rada explicó: “Hoy la laguna está drenando, es decir que está sacando más agua de la que recibe, por eso consideramos que no es necesario el bombeo, ya que no hay bomba que equipare la fuerza o el caudal de agua que está fluyendo actualmente”.
De todos modos, “a diario medimos la laguna, la cual hoy está en un nivel muy alto, 108,40 con respecto al nivel del mar, mientras que las casas del Juan XXIII están a 108,50, es decir a menos de 10 centímetros; en caso de que siga subiendo vamos a tener que bombear, pero si permanece con el mismo nivel significa que ya se estabilizó, que entra lo mismo que sale”, enfatizó. Y añadió: “En caso de que descienda el nivel, como estimamos que va a suceder, bombear sería contraproducente, porque vamos a sacar menos que lo que la laguna puede de manera natural”.