La presidenta del Instituto Municipal de Previsión Social (IMPS), Mónica Boladeras, y el secretario de Hacienda, Guillermo Imbern, explicaron algunas propuestas que elevaron al Concejo Municipal para su tratamiento, en relación a la reforma de la ordenanza 1869/89 para preservar la solvencia de la institución.
Boladeras hizo referencia en primer término a una nota publicada en la edición del diario El Informe de hoy, y agregó que “la idea es aclarar que no habrá cambios en la edad jubilatoria, seguirá respetándose los 55 años para la mujer y 60 para el hombre”.
Es que dicha nota se deslizó que por propuesta del IMPS se estaba discutiendo el aumento de la edad a 60 y 65 respectivamente y eso habría provocado el rechazo de la Asociación de Trabajadores Municipales.
“Yo entiendo que puede haber sido una confusión, pero de ninguna manera desde el Instituto planteamos cambiar la edad jubilatoria. Puede haber sido un tema tratado por el Concejo, pero del Instituto nunca planteamos modificar la edad jubilatoria”, dijo enfáticamente la funcionaria.
Sin embargo, desde el Concejo confirmaron que el borrador elevado por la propia Boladeras incluía la posibilidad de debatir dicho cambio como sostiene la nota del periódico local.
De todos modos la funcionaria, luego aceptó que la recaudación del IMPS no alcanza para pagar los haberes y comentó que “la decisión de rever algunos puntos se debe a que desde el año 2009 el Instituto no se autoabastece ni con los aportes personales o con los patronales que envía el Municipio, ya que no alcanzan para pagar haberes. Todo tiene que ver con la responsabilidad, uno administra un instituto de los jubilados y de los activos. Estos planteos tienen que ver con defender principalmente a los activos, porque el pasivo ya está jubilado y nada le va a pasar, no así a los activos”, puntualizó.
Propuestas
Luego, la presidenta del IMPS detalló algunas de los temas planteados, como “aporte jubilatorio para los Planes de Empleo Temporarios (PET); aumento de las jubilaciones por edad avanzada; no jubilar a personas que tienen el beneficio previsional en otra caja, este punto estaría en el marco de la Ley de Reciprocidad Jubilatoria, ley que abarca las cajas del Estado municipal, provincial y nacional, que tiene el beneficio único; la compra de edad, hasta cinco años y con 30 años de servicios, que son los requeridos por la ordenanza y se haría en los mismos términos que para la compra de años de aporte que existe actualmente“.
“También planteamos -prosiguió- que el valor del año de aporte que la gente compra esté relacionado con la categoría que reviste, porque hasta el momento no hay diferencia de valor con una categoría inferior a la de un funcionario; y al que le faltan tres años para jubilarse y compre aportes, debe abonar el 11 por ciento, que es lo que se le descontaría si siguiera en actividad”, determinó.
Por último, Boladeras comentó que otro de los puntos que se tocaron sería la permanencia de categoría, “tendría que ser de unos tres años, o sea que durante ese tiempo la persona deberá aportar por esa categoría; y un aporte solidario por parte de los funcionarios, que somos los que estamos en condiciones de ayudar al Instituto”, añadió.
Por su parte, Imbern, quien además forma parte del Directorio, manifestó que “todas estas modificaciones que se propusieron es para que se generen más recursos, ya que el Departamento Ejecutivo actualmente no tiene deuda con la Caja Municipal”, recordando que la misma -que se había adquirido en la década del 80- “se saldó por una estrategia de desendeudamiento que nos marcó el intendente José Freyre apenas asumió”, destacó.
Confesión de parte
Lo cierto es que la crisis financiera que atraviesa la Caja tiene diferentes aristas y más allá de la discusión de cambiar la ordenanza respectiva existen ciertas decisiones que han contribuido a dicha situación.
De esta manera, el mismo borrador que están discutiendo en el Concejo enumera algunos datos alarmantes.
Así por ejemplo en el año 2009 el Municipio tenía 1083 empleados activos que aportaban y 402 entre jubilados y pensionados que percibían sus haberes de la Caja. Hoy la diferencia entre los dos rubros se ha achicado y existen 1187 trabajadores y 597 pasivos. En tanto, hay una importante cantidad de empleados municipales (los llamados temporarios y vinculados a diferentes planes) que no aportan al Instituto. Por eso entre los cambios sugeridos por la propia Boladeras se desliza la necesidad de regularizar la situación de los temporarios.
Otro dato comentado por la titular del IMPS tiene que ver con la Ley de Reciprocidad Jubilatoria, es que dicha ley impide que una persona obtenga el beneficio previsional en diferentes cajas del Estado a la vez; sin embargo el ente local se ignora esta normativa y se procedió a jubilar empleados que ya contaban con el beneficio en la provincia o nación.
Por su parte, el punto más polémico es el de la edad tope, tema que la propia Boladeras quiso sacar de agenda a pesar que según lo declarado por distintos ediles fue una de las cuestiones planteadas. Es que nadie quiere enfrentarse con los trabajadores municipales y por ende es difícil que se cambie un beneficio que muy pocos trabajadores cuentan, esto es el de jubilarse a los 55 años para la mujer y 60 para el hombre.
Finalmente, la confesión más destacada de la funcionaria tiene que ver con una práctica que se naturalizó desde el propio Ejecutivo ( y que desde la oposición criticaron en varias oportunidades) que consta por pedido individuales de ciertos trabajadores, cambiarlos a una categoría más alta un par de meses antes de jubilarse para luego recibir un haber más alto que el que les correspondería por su historia laboral. Boladeras lo relató hoy de esta manera: “muchos compañeros antes de jubilarse le empiezan a pedirle a su jefe inmediato, al secretario del área o al propio intendente un aumento de categoría, lo cual perjudica mucho al Instituto porque se termina pagando una jubilación por una categoría por la que nunca se aportó. Por lo general esa categoría se da un par de meses antes “.