A pesar de las denuncias y las declamaciones políticas se intensifica la presencia de basura acumulada sobre los caminos rurales que rodean la ciudad.
También se acumula en los baldíos de las zonas urbanas, aunque con algo menor de impunidad que en las áreas rurales.
Respire hondo y contenga el aire
A pesar de que son cada vez más quienes lo intentan, hacer ejercicio al aire libre no es fácil en Venado. Son escasos y cortos los circuitos, cuando no en estado de precariedad. Y para llegar caminando o trotando a cualquiera de ellos (lo lógico si es que se sale a hacer justamente eso) es habitual que el deportista –al igual que resignado vecino del lugar– deba hacerlo por las calles o avenidas durante la mayor parte del trayecto:
Así por ejemplo, supongamos que alguien quiera hacer jogging o correr desde el parque municipal General Belgrano y desde allí ir hacia la pista peatonal de avenida Santa Fe que nace en Vélez Sarsfield. En ese caso se deberá caminar o trotar por el pavimento, junto a autos, camiones y motos hasta el comienzo del boulevard peatonal que nace en esa intersección –que a pesar de su riesgosa ubicación en el centro de una de las principales vías de acceso a la ciudad es uno de los más elegidos de los vecinos de la zona norte y este de la ciudad… porque es el único que existe.
La razón por la que se debe llegar corriendo por la misma avenida es simple: casi no hay veredas y las que existen están todas desniveladas.
Un cuadro similar se puede pintar para el trayecto que va de calle República de Irlanda al Cementerio Municipal por avenida Jorge Newbery: recorrer las seis cuadras que van desde la ruta hasta el comienzo del trayecto peatonal obliga a los corredores (por otra parte cada vez más numerosos) el tener que caminar por la cinta asfáltica por la que circulan los autos.
Ahora bien, supongamos que queramos salir del trayecto pre-establecido. Pues bien, si se decide moverse por la ciudad, se notará que las veredas existentes están en cada vez peor estado. O peor aún, en zonas de edificación residencial de alto valor inmobiliario se puede ver cómo el gran chalet imita al menos una cuestión a la sencilla casa de pocos ambientes que era habitual en la zona: tampoco tiene veredas. Es lo que sucede en casi todo el rango de creciente urbanización adyacente a la calle Jorge Newbery. No importa cuán imponente sea la residencia, lo habitual es que el orgulloso vecino no se haya reservado ni un pesito para hacer una cinta de cemento.
Así, de un mero intento de trotar o caminar para mejorar la circulación o quemar calorías se pasa un trekking de alta dificultad propio de los circuitos más exigentes y extremos: charcos, pozos, desniveles y demás. Pero aún falta lo peor…
Micro-Basurales
Supongamos ahora que lo que se quiere es salir del circuito de la Avenida Santa Fe y comenzar a trotar por los caminos rurales. Algo que solía intentar este cronista de manera habitual cuando retornó a una Venado que no dudaba iba a encontrar más limpia que Rosario.
Pues bien, cuando se termina el boulevard se puede tomar calle Alicia Moreau de Justo, que para los desprevenidos, es el nombre que toma Dimmer hacia el lado opuesto del centro. Lo habitual allí era tener que acelerar el tranco para superar el micro-basural de los primeros 50 ó 60 metros. “Una contingencia esperable”… Pero problema con el que se encontrará ahora quien quiera disfrutar del trayecto para llegar a la todavía bella arboleda de calle Chaco es que ya no se trata de unos pocos metros de basura: más de la mitad de las seis cuadras están densamente rodeadas residuos, que incluyen desde restos de alimentos pasando por pedazos de muebles llegando a animales muertos de diferentes tipos y portes. La salud de quienes viven cerca de la zona, bien gracias.
Pero supongamos que, dada la falta parques y arboledas de acceso público de las que adolece esta ciudad (¡rodeada de ellas!) usted insiste en intentar llegar a la zona rural de Chaco, que usted pasó esas cuadras conteniendo las arcadas y finalmente alcanza el cruce… Pues bien, usted sabía que antes de tomar Chaco hacia la ruta 33 o hacia Espora hacia el final encontrará un micro basural en algún punto del trayecto. Pero sabía que tenía varios cientos de metros de campo limpio entre medio.
En el caso de este cronista, lo habitual era hacerlo hacia Espora, para ir acercándose hacia su domicilio. Pues a pesar de las denuncias de concejales varios y de la tomada de nota de los funcionarios de turno no solo no se ha solucionado el problema, sino que ya no son “solo” 50 los metros del ya “clásico” micro-basural que estabn en Chacho antes de llegar a la continuación de Brown. Allí a pocas cuadras del nuevo edificio del Hospital Gutiérrez y a metros de toda una nueva urbanización. Ahora ese basural ha crecido, tanto en largo como en la densidad de sus residuos. Ya son cientos los metros de su extensión, en donde nuevamente el aire de campo es reemplazado por la putrefacción de cadáveres de animales y basura domiciliaria quemada.
El consejo de este cronista: simule ser porteño o japonés y compre una cinta de correr. La falta de veredas y la acumulación de mugre ya parece estar naturalizada. Ruegue, eso sí, porque la basura no llegue a la puerta de su casa, porque allí donde parece haber un baldío no ya no falta el “pícaro” vecino dispuesto a depositar su bolsita o su mueble roto para mantener su casa limpita y ordenada. “Mi basura no es mi basura, ahora es de todos”, podría ser el eslogan de los venadenses.