Sin categoríaG-20: Al final Trump había tenido un encuentro secreto con Putin

Tomás Lüders19/07/2017
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Mientras se acumulan pistas y sospechas de vinculación ilegal entre el equipo de Campaña de Trump y el gobierno de Putin para favorecer la victoria del ahora presidente a partir de operaciones de espionaje que ensuciaron la figura de la entonces candidata demócrata Hillary Clinton, ahora trascendió que el presidente norteamericano se encontró en forma secreta con su par ruso durante la cumbre del G20 del 7 de Julio. Durante el encuentro de Hamburgo el jefe de estado norteamericano había tenido un encuentro público cordial pero distante el líder ruso.

El encuentro no informado fue durante un cena de líderes y sus parejas celebrada el 7 de julio, horas después de su primer encuentro bilateral.

La segunda cita surgió de forma aparentemente casual. Durante el convite nocturno, Trump tenía como compañeros de mesa al primer ministro japonés, Shinzo Abe, y a la esposa del presidente argentino, Juliana Awada. Transcurrida una hora, dejó a ambos comensales y, según The Washington Post, se fue a sentar junto a Putin. Entre ambos sólo permaneció el intérprete del líder ruso.

Lo que se dijeron quedó en el misterio. La Casa Blanca no ha explicado el contenido de la conversación y el presidente, sin entrar en detalles, se ha limitado a despreciar la información como “deshonesta y enferma” y, recurriendo a su muletillla preferiada, definiéndola como “fake news”. “Hasta una cena preparada para los 20 líderes mundiales en Alemania la hacen aparecer como siniestra”, tuiteó Trump. Esta falta de transparencia está destinada a atizar la polémica.

Contexto
Debe recordarse que el relación entre Trump y Putin viene ensombrecida por la escandalosa y comprobada interferencia electoral del Kremlin en el proceso eleccionario estadounidense. Durante la campaña estadounidense, los servicios secretos rusos lanzaron una operación de desprestigio contra la candidata demócrata Hillary Clinton. El ataque, que incluyó el hackeo de los ordenadores del Partido Demócrata, fue contestado por la Administración de Barack Obama con fuertes sanciones y la apertura de una investigación del FBI. Las pesquisas han derivado en un enorme escándalo en Washington y ahora están bajo el mando de un fiscal especial, el legendario Robert Mueller, quien durante 13 años dirigió el FBI. Antes, Trump expulsó escandalosamente al director del FBI, el independiente James Comey, luego de que éste se negara a dejar de investigar los vínculos entre Trump y Rusia durante la campaña.

En este horizonte, cualquier contacto entre ambos presidentes es mirado con lupa. Así ocurrió con la reunión oficial que celebraron ese viernes por la mañana. Con una duración prevista de 35 minutos, se alargó más de dos horas. En ella estuvieron presentes el secretario de Estado, el magnate petrolero Rex Tillerson, y el ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov. Durante el encuentro se acordó un alto el fuego parcial en Siria y se trató, según la Casa Blanca, la implicación del Kremlin en la trama rusa.

“Le pregunté a Putin dos veces si había interferido y las dos veces me dijo que no categóricamente. ¿Qué voy a hacer? ¿Acabar a puñetazos con él?”, contaría Trump días después en el avión presidencial a los periodistas. De la segunda charla nada dijo.

La reunión había permanecido hasta ahora inexplicamente en la sombra. La Casa Blanca ha intentado rebajar su importancia. “Durante la cena, todos los líderes se movieron por la habitación y hablaron unos con otros libremente. El presidente Trump conversó con muchos dirigentes a lo largo de la velada. Y cuando la cena estaba concluyendo, se dirigió a su esposa Melania y ahí aprovechó para hablar con Putin”, indicó un portavoz, quien no dio detalles del contenido de la conversación.

Las críticas ante esta opacidad no se han hecho esperar. Para muchos, confirma que entre Trump y Putin se ha establecido un nexo excepcional que el presidente quiere conservar a toda costa. El presidente nunca ha escondido la fascinación que siente por el autócrata ruso. Le considera un “valor seguro”, le ha antepuesto en público al “débil” Barack Obama y le ha defendido de las acusaciones de asesinato a opositores. “¿Te crees que nuestro país es tan inocente?”, llegó a contestar en una entrevista televisada. En las últimas semanas, ha mantenido la misma actitud pese a que ha trascendido que su propio hijo mayor se reunió en plena campaña con supuestos emisarios del Kremlin para recibir información tóxica contra Clinton. Ahora, el descubrimiento de esta segunda reunión ahonda las sospechas.

 

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