PoliticaTognoli dijo que lo acusaron “para desprestigiar al socialismo provincial”

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“Una de las causas por las que estoy sentado acá es por la campaña de desprestigio montada contra Hermes Binner, que había formado un bloque político que se oponía a la reelección de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner”. No es la primera vez que lo dice, pero una vez más el ex jefe de policía de Santa Fe, Hugo Damián Tognoli, juzgado por integrar una “empresa criminal conjunta” para brindar protección a dos narcotraficantes del sur provincial, volvió a sostener que la acusación en su contra tuvo o tiene un alto condimento político.

Según la investigación, Tognoli había facilitado su clave de acceso personal al Registro Nacional de la Propiedad Automtor que permitió alertar a Carlos Andrés Ascaíni sobre una pesquisa que había encabezado la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) por el posible tráfico de estupefacientes en la zona de Villa Cañás, donde residía el supuesto narco acusado junto al ex comisario. En la causa también se ventila la conducta de otras 23 personas y de Aldo “Totola” Orozco, otro narcotraficante residente de Firmat y detenido en una causa conexa.

El juicio contra Tognoli se reanudó ayer con la ampliación de su últilma declaración ante el tribunal, la que había sido interrumpida a mediados de diciembre y previo a la feria judicial de verano. Lo primero que hizo al pasar al estrado el ex jefe policial fue solicitar a la Secretaría del Tribunal que buscaran las fojas del expediente donde figura una pericia que se realizó al teléfono de Ascaíni, detenido en abril de 2012 luego de una pesquisa iniciada por la PSA.

Investigador investigado

Para sustentar la tesis conspirativa en su contra, Tognoli le marcó al Tribunal que un número de teléfono que figuraba en la agenda del coimputado comenzaba con el prefijo 011 que aún pertenece al entonces jefe de la PSA, Fernando Telpuk. “El mismo Ascaíni dijo que fueron los policías de la PSA los que le dieron ese número para que arreglara directamente su situación con Telpuk. Lo hicieron dos días antes de que él interpusiera un hábeas corpus porque se sentía perseguido”, dijo Tognoli.

“Nunca se investigó eso. Hay documental que mi defensa aportó como prueba para demostrarlo. Resulta que Ascaíni tenía el teléfono de Telpuk y el que está sentado acá soy yo”, dijo irónicamente sobre la campaña de desprestigio en su contra.

En ese sentido, y como lo hizo en el primer tramo de su alegato en diciembre, volvió a cargar las tintas sobre la “sugestiva falta de profesionalismo de la PSA. ¿Nadie investiga si Ascaíni arregló con Telpuk?”, preguntó a los jueces del Tribunal integrado por Beatriz Barabani de Caballero (presidente), Omar Digerónimo y Otmar Paolucci.

“Ante un hecho gravísimo como ese no se hizo nada. Y permítanme decirles que en su lugar se puso el zorro dentro del gallinero”, comparó Tognoli sobre la actividad de la PSA. En ese razonamiento acusó a Hugo Alejandro Oliveira, quien fue desde 2008 al 2013 jefe de la Unidad de Control del Narcotráfico y Delitos Complejos del Litoral de esa fuerza federal y encargado de elaborar los informes de Ascaíni, de “ocultarle información a la Fiscalía”. Y solicitó que se lo investigue por esos supuestos delitos que cometió.

Oliveira fue uno de los oficiales que investigó y firmó los primeros informes que originaron la causa contra Hugo Tognoli y su relación con Ascaíni. En septiembre de 2017 Oliveira declaró en el marco del juicio como testigo y dijo que realizó informes a pedido de la Fiscal Federal Liliana Bettiolo, quien investigaba al hombre de Villa Cañás por sus actividades ligadas al narcotráfico y que fue desplazada por la ex Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por no apelar la falta de mérito que el juez Carlso Vera Barros le había dictado a Tognoli en diciembre de 2012.

En ese marco, dijo Tognoli, la fiscal ordenó escuchas en 2009 y así se detectó que el 25 de noviembre de ese año Ascaíni llamó a la comisaría de su pueblo para pedir que identificaran a dos vehículos que lo seguían y de los que había tomado las patentes. Eran una chata Isuzu y un Fiat Fiorino al servicio de la PSA.

“Yo ordené la investigación”

“Yo nunca tuve contacto con Ascaíni. Es más, como director de Drogas Peligrosas ordené que se lo invstigara en tres oportunidades. En tanto Oliveira, que tenía la orden de investigarlo, no lo hizo. Y según se desprende del expediente que tengo leído varias veces, es la primera vez que la Justicia le entrega un expediente a una fuerza de seguridad para que realice un análisis de un sospechoso en la investigación”.

En ese sentido Tognoli deslizó que el día que allanaron la casa de Ascaíni y no lo encontraron “alguien le avisó” y al confrontar cruces de llamadas y situaciones de “uso y costumbre”, se planteó dudar si el que le avisó “no fue Oliveira”.

En cuanto a la presunta protección que la policía de Villa Cañás le daba a Ascaíni, el ex jefe policial sostuvo: “Yo no tenía por qué saber eso. Me quieren relacionar con Ascaíni por una llamada telefónica que no existió. Nunca hablé con un narcotraficante. Les voy a contar algo: tanto el comisario Néstor Juan Fernández (procesado en la causa y quien era jefe de Drogas en Venado Tuerto) como yo no sabemos por qué estamos presos. Cuando se lo pregunté a él me dijo: «Estamos acá por que vos eras el jefe de policía de Binner y yo era un pescado que trabajaba en Drogas peligrosas. Si Ascaíni estaba haciendo algo malo lo sabía la PSA, que teóricamente lo investigaba»”.

En lo que hace a la clave telefónica que le adjudican, el ex jefe policial aseguró que “no estaba a mi nombre sino a nombre de la repartición y se la entregué al comisario Fernández en sobre lacrado. Me llama la atención que la Fiscalía nunca pidió una lista de llamadas entrantes y salientes a la comisaría de Villa Cañás, hoy esos datos serían de mucha utilidad”.

Otro de los indicios que según Tognoli fue usado injustamente para inculparlo fue el traslado del comisario Fabián Armúa, quien sucedió en Venado Tuerto a Fernández en febrero de 2010 y a quien, según la Fiscalía, él habría removido por investigar a Ascaíni. “A Armúa se le dio el pase por no haber cumplido con los objetivos pautados en cuanto a trabajos realizados, investigaciones y allanamientos. De éstos últimos, en 2010 hizo menos que en 2009 y la situación era insostenible, eso puede comprobarse en los registros oficiales”, disparó Tognoli.

Decisión política

El ex jefe policial también se refirió a los análisis patrimoniales hechos por la Unidad de Información Financiera (UIF). “Investigaron si tenía campos, animales, casas, autos. Nada tengo, en mi casa todos trabajan y mi suegra es jubilada y no tiene nada. Entonces, ¿dónde está la plata con la que me beneficié?” se preguntó.

“Hubo una decisión política de difamarme para perjudicar a Hermes Binner, que había formado un bloque político con Elisa Carrió que se oponía a la reelección de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner”, sentenció Tognoli. Y contó el incidente que bajo su jefatura ocurrió en enero de 2012, cuando fue hallada en la ruta 4 una camioneta con inscripción del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación cargada con 450 de marihuana.

“En ese momento me llamó Oscar Parrilli (ex titular de la Agencia de Inteligencia durante el gobierno de Cristina Kirchner), y me dijo que no hablara más del tema. Yo le dije que nunca hice referencia a que la camioneta era del Ministerio, sino que estaba ploteda. La conversación subió de tono y me dijo que era una orden. Yo le dije que dependía de mi ministro, que no recibía órdenes suyas y que no se podía tapar el sol con la mano”.

Para Tognoli ese incidente, hilvanado al contexto político, contribuyeron para que se orquestara una supuesta campaña de difamación en su contra que lo llevó al banquillo de los acusados; y de lo que surgió la famosa categorización de “gobierno narcosocialista”.

Finalmente, a media tarde Tognoli pidió permiso para ir al baño. Se lo veía pálido. Minutos después la presidenta del tribunal le preguntó si se sentía bien a lo que respondió que no tenía problemas en seguir con su declaración.Pero la magistrada le dijo que el día había sido agotador y que se pasaba la audiencia para el próximo 26 de febrero a las 10 de la mañana.

 La Capital

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