Politica“Que sirva para que ningún hombre se anime a matar a una mujer”

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Fabio Páez y Verónica Camargo no pudieron evitar ayer que se les quebrara la voz y se les escaparan las lágrimas. “Como mamá, yo quisiera tener a mi hija viva, pero esta es una forma de ir cambiando la Justicia y de visibilizar la violencia”, dijo ella. “Que esta pena sirva para un futuro, para que ningún hombre se anime a matar a una mujer, como está ocurriendo”, agregó él. Fue en la puerta de los Tribunales rosarinos. Minutos antes, un fallo en segunda instancia había confirmado la condena de 21 años y seis meses de prisión a Manuel Mansilla, hoy de 18 años, que la madrugada del 10 de mayo de 2015 ultimó a golpes a quien fuera su novia, Chiara Páez, entonces de 14 años y embarazada de dos meses.

El tribunal presidido por Carolina Hernández e integrado por los camaristas Alfredo Ibaldi Artacho y José Luis Mascali decidieron mantener firme la condena que le fuera impuesta al joven por el juez de Menores Javier Prado, quien tuvo a su cargo la imposición de la pena luego de que Mansilla fuera declarado culpable de femicidio. Mansilla Gallegos tenía 16 años cuando mató Chiara, de 14, con quien estaba de novio y esperaba un hijo. La cortó en el cuello con un cuchillo, la golpeó reiteradamente en la cabeza y después la enterró en el jardín de la casa en la que vivía con su familia, en San Martín 818, en la ciudad de Rufino.

En un extenso y fundamentado fallo, los camaristas rechazaron el pedido de la Fiscalía de llevar la pena a 23 años y seis meses, así como la morigeración de la condena solicitada por la defensa. Tales peticiones habían sido volcadas el 18 de diciembre, cuando se celebró la audiencia de apelación, pero ahora los jueces determinaron con voto unánime que corresponde la pena en primera instancia.

El crimen

Chiara había cumplido 14 años y estaba embarazada de dos meses cuando la noche del sábado 9 de mayo de 2015, después de reunirse con unas amigas, marchó a encontrarse con su novio, prometiendo que volvería pasada la 1 de la madrugada, pero no volvió. Los mensajes por celular de las amigas fueron respondidos, pero a las chicas les despertó sospechas. Llamaron a Mansilla, quien les dijo que ya no estaba con ella. Le avisaron a la mamá.

Durante el domingo 10 de mayo, Chiara fue intensamente buscada con perros adiestrados que llegaron a la casa donde el novio vivía con su madre, la pareja de ésta, su abuela y su abuelastro. En el patio, bajo un montículo de tierra, estaba el cuerpo sin vida de la chica.

“Lo defendí todo el día”

Verónica Camargo recordó ayer ese domingo: “El (por Mansilla) me llamó a mí, y durante todo el día los familiares se estuvieron comunicando conmigo para ver cómo estaba Chiara, lo que demuestra su frialdad. Durante todo ese domingo yo lo defendí, porque nunca me imaginé una cosa así”, rememoró, antes de quebrarse. “Hoy al menos me conformo con esta pena, lo justo hubiera sido que fuera de por vida, como nosotros, de por vida, no vamos atener a Chiara”, reflexionó.

El 8 de septiembre del año pasado, y tal como lo publicara La Capital, Manuel Ignacio Mansilla Gallegos fue condenado a 21 años y seis meses de prisión por el delito de homicidio agravado por femicidio, cometido cuando tenía 16 años, y “del que fuera encontrado autor materialmente responsable por sentencia del 5 de julio de 2016”.

Mujer, menor y embarazada

Para los camaristas que dictaron el fallo de ayer, “no puede pasar desapercibido que el atentado perpetrado es respecto de una mujer y menor embarazada, circunstancia que era conocida por el imputado”, algo que mereció ser tenido en cuenta porque “constituye un especial caso de violencia contra la mujer, y su minoridad”.

También tuvieron en cuenta que el imputado, luego de perpetrar el hecho, “manipuló el celular de la víctima enviando mensajes haciéndose parar por ella para despistar su búsqueda generando y profundizando el estado de incertidumbre y zozobra entre sus padres, familiares y amigos”..

Según el fallo, “el reproche por el hecho cometido supera con creces, en el caso particular, no sólo el mínimo legal de la figura, sino también el término medio de la escala, lo que hace que deba descartarse el beneficio de la reducción de la tentativa —previsto por legislación— por cuanto esa disminución opera para atemperar los mínimos legales cuando éstos aparecen como excesivos, y éste no es el caso”.

Es que en la audiencia del 18 de diciembre, descartada toda posibilidad de pedir una pena de reclusión perpetua, los argumentos habían girado en torno al tiempo de condena. Pero los camaristas terminaron por dejar firme, en esta instancia, el primer fallo.

Al menos, alivio

Fuera de la sala de audiencias un grupo de personas, entre familiares, activistas y muchas chicas jóvenes, esperaba saber qué estaba pasando en la sala de audiencias. Dos horas después, Fabio Páez y Verónica Camargo se encontraban en la calle con un nutrido grupo de gente que, con un cartel de la adolescente, cantaba “Chiara, presente, ahora y siempre”.

“Estamos conformes de que se confirme la condena a uno de los asesinos de Chiara”, fue lo primero que dijo Fabio, convencido, igual que la mamá de la joven, de que los adultos que viven en la casa no pudieron ser ajenos al homicidio, ni menos al ocultamiento del cadáver. “Esto nos da fuerzas para seguir buscando y conseguir meter presos a los otros integrantes de la familia”, se esperanzó. “Son sentimientos encontrados, felicidad no podemos tener, aunque quizás un poco de alivio, de descarga. Que esta pena sirva para un futuro, para que ningún hombre se anime a matar a una mujer, como lamentablemente sigue ocurriendo”, remató.

El fallo de Cámara disipó los temores que tenían los familiares ante la posibilidad de una reducción de la pena, atendiendo las recomendaciones de organismos internacionales. Esta confirmación, al menos, les trajo cierto alivio.

Nota:  Marcelo Castaños/ La Capital

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