PoliticaComenzó el juicio oral y público de Tognoli: la pista venadense

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Ayer comenzaron en Rosario los alegatos de cierre del juicio oral contra el ex jefe de la fuerza provincial, Hugo Damián Tognoli, acusado de proteger a vendedores de droga. En la reconstrucción del caso realizado por los fiscales del caso aparecieron varios nombres de venadenses y de otros habitantes de nuestra región acusados por narcotráfico. Entre ellos los reconocidos y actualmente detenidos: Carlos Andrés Ascaíni, de Villa Cañás, y Aldo “Totola” Orozco, de Firmat.

Lo cierto que según relata en nota realizada por el periodista Hernán Lascano en La Capital de hoy, para desplegar su teoría de la responsabilidad de Tognoli como protector de esa red que comercializaba drogas, los fiscales Adriana Saccone y Adolfo Villate hilvanaron una trama iniciada en un vendedor de Venado Tuerto, Mauro Miguens, y terminaba en el jefe policial. Sostenida en escuchas telefónicas y testimonios de investigadores policiales, la intención de los acusadores fue demostrar que el abastecedor de Miguens era Ascaíni, y que éste se jactaba de contar con influencias en las más altas esferas de la policía provincial, las que movilizaba con un simple llamado para que ningún uniformado molestara a sus vendedores. Esas influencias según Saccone llegaban hasta Tognoli. El alegato de los fiscales seguirá hoy y se conocerán los pedidos de pena.

Para constatar hasta qué punto era cierto que Ascaíni se aseguraba la obediencia policial, la fiscal aludió a otro de los allí juzgados, el ex jefe de la Brigada Nº 8 de Venado Tuerto, Néstor “Beto” Fernández, a quien calificó como hombre de confianza de Tognoli en el departamento General López.

Como primer ejemplo Saccone citó con un detallado reporte el modo en que el 25 de noviembre de 2009 Ascaíni llamó a la comisaría de Villa Cañás y le pidió a un policía que le informara a quién pertenecía una camioneta Isuzu blanca patente DSI 951 que lo había seguido. El policía Carlos Quintana atendió el llamado de Ascaíni, lo reconoció por su nombre e hizo la gestión con una clave asignada al comisario Fernández con la que determinó que el vehículo era de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y así se lo comunicó al sindicado traficante.

La fiscal adujo que Tognoli convalidó la consulta hecha por Fernández con la clave segu21083 provista por la Dirección Nacional del Registro Nacional de Propiedad Automotor y que con ese acto de protección se frustró la investigación que la PSA realizaba entonces contra Ascaíni. Esto es una base de fuerte controversia en el juicio porque Tognoli y su defensa afirman que nunca tuvo clave, que jamás supo de esas consultas y que no hay nada que así lo pruebe.

Saccone indicó que el inicio de la causa Tognoli se da con la captación de llamadas en las que Ascaíni, según se infiere, ofrece a quienes suministraba droga la garantía de protección policial. Refirió en especial a una llamada del 13 de septiembre de 2009 en la que Miguens le dice “me agarraron los milicos” y Ascaíni responde: “Ya hablo con el verga este. Ya voy a hablar con los de drogas, yo les dije que vos laburabas conmigo”.

La fiscal indicó además, como prueba del pacto entre narcos y policías, que Ascaíni en una ocasión según interceptaciones telefónicas facilitó a Fernández los datos de un vendedor al menudeo, Pablo Manzi, que “viajaba con algo encima” en micro. Por ese motivo Fernández en persona, dijo Saccone, acudió a la terminal venadense donde detuvo a Manzi “en un control rutinario de personas en el que le secuestran una mochila verde con envoltorios de cocaína y marihuana”. Eso reportó Fernández en el parte preventivo.

¿Qué perseguía eso? Según la fiscal, Ascaíni había hablado varias veces con Manzi y lo entregó a Fernández. Saccone señaló que Fernández habló tres veces con Tognoli el día que detuvo a Manzi, antes y después del arresto. Lo que procuraba Ascaíni, según la fiscal, era complicar a dos supuestos competidores suyos en el comercio de drogas de Venado llamados Víctor Galucci y Víctor Gsponer.

Fernández abrió entonces una investigación contra Galucci. La fiscal estableció que al avanzar contra Galucci y Gsponer el comisario Fernández era deliberadamente funcional a las aspiraciones comerciales de Ascaíni, dado que éste mismo narco le había aportado los datos sobre el pasajero de micro (Manzi) al que debía detener.

Encuadres

A su turno, el fiscal Adolfo Villate también hizo foco en la relación de Fernández y Tognoli, destacando que éste no podía ignorar de ninguna manera lo hecho por Fernández. El fiscal sostuvo que Ascaíni tenía una continuidad en el tiempo en lo que hace a la venta de drogas y que, según lo colectado como prueba, el fracaso de los allanamientos a los que fueron sometidos los imputados en esta causa fue por la protección policial que tenían, sobre todo Ascaíni.

Villate también citó el caso Manzi, al que “quisieron hacer pasar como algo rutinario, pero es claro que fue una entrega que hizo Ascaíni a Fernández, para de esa forma tener un lugar privilegiado en su relación policial”.

Mientras los fiscales expresaban sus alegatos, que consisten en 760 páginas (hasta ayer se leyeron 200), el ex jefe policial Hugo Tognoli escribía cada punto y los marcaba y apuntaba en un prolijo cuaderno oficio, a la espera de volver a declarar.

Fuente: Nota de Hernán Lascano en La Capital

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