El "Aurinegro" ganó por 66-58 ante su clásico rival Atlético y de esa manera se consagró bicampeón de la Asociación Venadense de Básquet al quedarse con el Apertura 2011. Con un gran partido de José María Bosco con 24 puntos y un histórico último cuarto de Leonel Carpanetti, el "Negro" logró liquidar la serie por 2 a 0 y consagrarse en su casa, donde su gente disfrutó de la segunda vuelta consecutiva tras el Oficial 2010.
En la previa de las elecciones Peñarol logró lo que muchos candidatos buscan, la “segunda vuelta”. Y aunque se diga que todo campeonato tiene algo especial, este sin dudas es más que eso para Peñarol. Por el rival y su dimensión de equipo, por el marco que le dieron los casi 1000 presentes y por haberlo realizado en dos juegos. Y si bien el del sábado no fue el mejor partido de la temporada para el equipo de Osvaldo Vilariño si va hacer el más recordado, aquel que se verá una y mil veces y al cual lo rodearan infinitas historias.
La tendencia del juego fue defender mucho con diversos sistemas y tratar de tener ataques fijos con tiros cómodos, pero cuando se podía se contraatacaba para aprovechar el desnivel defensivo, sin embargo el goleo fue muy bajo.
En el primer cuarto fueron muy importantes Bosco y Zanocco, ambos monopolizaron el goleo de sus equipos, el de Peñarol aportó 9 de los 18 en tanto que el "Titán" sumó 9 de los 12. Ya por entonces se evidenciaba que el transcurso del juego se iba a desarrollar con mucha presión. Un doble largo de Marello sobre la chicharra le dio la posibilidad al local de cerrar el parcial 18-12 arriba.
En el segundo segmento Atlético logró controlar a Bosco y Montoli (verdugo del primer juego) y con Zanocco como referente ofensivo logró equiparar el desarrollo del juego. El "Porteño" acumuló 10 puntos de los 19 con 4-4 en tiros de campo y 2-3 en simples, acompañado por intervenciones de Angeleri. Atlético se quedo con el parcial por 19-13, para cerrar el primer tiempo con el tablero igualado en 31.
En el regreso del descanso largo los dos entraron en un estado de nerviosismo que no se disimulaba. Y en ese terreno Atlético logró ser un poco más preciso. Molina tomó protagonismo asumiendo responsabilidad en varios ataques en los cuales aportó 8 puntos (1-2 en triples y 5-6 en simples). Por su parte Peñarol tuvo el peor cuarto del juego, y con apenas seis puntos veía como Atlético se iba en el tablero para arribar al período final 37-44.
En dicho pasaje se vio lo mejor del cotejo. Atlético basándose en el juego interno de Zanocco lograba sumar puntos principalmente desde la línea donde el ‘Titán’ estuvo en diez oportunidades y anotó en siete. El "Azulgrana" logró sacar una máxima de nueve, pero eso duró poco. Jose Bosco empezó a emerger a fuerza de rebotes y sumado a eso, un triple que le devolvió el alma al cuerpo a su equipo y su gente. Pero fue entonces cuando apareció Carpanetti, que con dos bombazos puso la cuestión parda en 54 a falta de 3’50’’. Segundos más tarde Angeleri cometió su quinta falta y a él lo siguió Barbareschi. Un triple de Montoli puso el score 60-54 siendo esa conversión clave para el triunfo. Los rebotes y la efectividad en la línea de Carpanetti fueron demasiados para un Atlético que en la desesperación por achicar la brecha no pudo tener ataques claros. A falta de 20’’ se desató la fiesta Aurinegra que disfrutaba por el título, pero más aun por el valor agregado que significa ganarle al clásico eterno.
Sobre el final todo fue emoción. Bosco, Tassello, Spaggiari, Marello y también Rubio que fue parte de este equipo siguen sumando estrellas en el club de su infancia. El "Oso" Díaz tuvo su regreso soñado al club que lo vio campeón en 2005. Montoli, Lacché y Toba que supieron vestir la casaca "Azulgrana" hoy disfrutan de dos campeonatos seguidos en la vereda del frente. Carpanetti que sufrió a Peñarol en dos finales con Atenas se transformó en héroe para dar su primera vuelta. Joel Rossi supo entender lo que su padre sintió en 1985 cuando fue campeón en fútbol con Peñarol ante Atlético. Ortolá vivió un partido emotivo, volvió a coronarse pero esta vez fue a ante Atlético y además según sus palabras fue su último juego. Y para Vilariño también fue especial, porque llegó esta temporada y pudo vivir en carne propia lo que significa un clásico y en una final, además pudo dedicárselo a alguien muy especial que ya no está.
Peñarol está de festejo y vaya si lo merece. Supo dejar de lado esas dudas que dejaba en gran parte del torneo. Jugó una serie de play off en donde fue de menor a mayor, culminando el sábado por la noche con un partido ante quien fue el mejor de la fase regular y que corría con ventaja en esta llave. Por todo eso hoy Peñarol disfruta, goza, ríe y brinda por otro campeonato, o mejor dicho otro bicampeonato.
Peñarol 66: José M. Bosco 24, Jorge Ortolá 0, Esteban Montoli 11, Brian Díaz 1, Joel Rossi 3, Matías Marello 5, Leonel Carpanetti 22, Luis Tassello 0, Jonatan Spaggiari 0. DT: Osvaldo Vilariño
Atl. Elortondo 58: Rodrigo Figuera 0, Claudio Angeleri 9, Ariel Molina 10, Patricio Bianchini 0, Omar Zanocco 28, José Barbareschi 6, Luciano Schillage 3, Facundo Oggero 0, Leonardo Ghergo 2, Luciano Bianchini 0. DT: Marcelo Pericich
Parciales por cuartos: 18-12 / 31-31 / 37-44 / 66-58.
Fuente: Tirando al Aro web