Escuchar al inefable Luis Barrionuevo llamar con el calificativo racista “simpático” de rusito al ministro de Economía es solo otra de las gastadas perlitas que nos ofrece cada día nuestra dirigencia sindical. Barrionuevo no puede disimular lo que es pero, más grave aún, hace rato que no necesita hacerlo. Y los generosamente llamados gremialistas son solo uno de los tantos poderes corporativos “democráticos” que se mantendrá intacto después de que se termine este ciclo kirchnerista...
test