El ojo del huracán Irma recorría el viernes la costa norte de Cuba rumbo a Florida dejando en su estela mortal una cadena devastada de islas caribeñas cubiertas de madera astillada, metal corrugado y coches maltratados.
El número de muertos en el Caribe alcanzó al menos 21 y se espera que aumente a medida que los rescatistas lleguen a algunas de las zonas más afectadas.
Un nuevo peligro estaba en el horizonte desde el este: el ciclón José, un huracán de categoría 4 y vientos de 150 mph que podrían volver a castigar las zonas devastadas.
“No creo que se necesite un científico de cohetes para saber que un daño adicional es inminente”, dijo el inspector Frankie Thomas, de la Policía Real de Antigua y Barbuda.
Todos los ojos del país fueron se depositaron sin embargo solo sobre Florida, en Estados Unidos, cuyo sur (en donde se localiza la populosa Miami) ya fue evacuado. Hacia allí mandaron corresponsales los principales medios, con la cadena de noticias del Grupo Clarín, TN, a la cabeza. Poco se reportó de la devastación que el mismo fenómeno dejó sobre el resto de la región.