El gobierno no puede frenar las protestas en su contra y en reclamo de democracia, y el viernes volvió a reprimir. Dos legisladores y un líder religioso renunciaron en repudio a las matanzas. En el último mes han denunciado la muerte de 300 opositores.
Parapetados en edificios públicos, francotiradores del régimen sirio ejecutaron ayer otra matanza . Esperaron el paso de las columnas que acompañaban los féretros de las víctimas del viernes negro en dos poblados suburbanos de Damasco y dispararon a la multitud, según denunciaron organizaciones de derechos humanos. Hubo por lo menos 14 muertos. Esto elevó a 126 el número de víctimas en los dos últimos días y a más de 300 desde que comenzaron las protestas , a mediados de marzo. Una cifra que el gobierno de Bashar al Assad negó, pero que los organismos de derechos humanos confirman con nombre y apellido.
El primer episodio de ayer ocurrió en Duma, en las afuera de la capital siria, cuando una gruesa manifestación recorría las calles céntricas para dirigirse a la mezquita del cementerio, donde iban a depositar el cuerpo de una de las 112 muertos que hubo el viernes. Allí cayeron seis personas alcanzadas por las balas de los francotiradores. Algo similar tuvo lugar en Barze y en Daraa, poblaciones donde las protestas se vivieron con mayor intensidad. En este caso, los blancos elegidos por los hombres del Ejército fueron ocho en total. RRR Esto no amilanó a la multitud que volvió a reclamar la salida del presidente. Coreaban consignas como “Assad sos un traidor” o “Viva Siria, fuera Bashar”. La dramática escalada de represión de viernes y sábado puso al país en una crítica situación y llevó a renunciar a dos legisladores y un líder religioso, lo que sacudió al gobierno y mostró que el régimen comienza a resquebrajar.
Nasser Hariri y Jalil Rifai son dos diputados considerados “independientes”, aunque eso es relativo en un país donde el Congreso es conformado por la cercanía con el gobierno. Ambos son de Deraa, cuna de la rebelión. Dijeron que dimitían ante la violencia desatada y para “proteger a la gente” que los eligió. RRRR También se alejó de su cargo Rizq Abdel Rahman Abazid, el mufti de Deraa, la más alta autoridad religiosa en expresar su disenso. Mufti es un consejero legal musulmán con autoridad pública, cuyas decisiones son consideradas leyes. De ahí su peso social. Afirmó que renunciaba al cargo en solidaridad con las víctimas. “Presento mi dimisión tras la caída de víctimas y mártires muertos por el fuego de la policía”, dijo Abazid a la cadena de televisión Al Jazeera .
“En los máximos niveles de gobierno se asegura que no se dispara contra los manifestantes, pero luego constatamos en el terreno que la verdad no es así” , remarcó el religioso, miembro de un influyente clan de Daraa.
Lo sucedido el viernes llenó de estupor y mostró lo que el régimen sirio está dispuesto a hacer para frenar las protestas. Al igual que lo ocurrido en Túnez, Egipto y otros países árabes, la gente se organizó a través de las redes sociales y boca a boca, y así logró una movilización inédita en reclamo de mayor democracia. RRR Hubo protestas en casi 50 poblaciones, muchas de ellas en el cordón suburbano de Damasco. Las fuerzas de seguridad intentaron dispersarlas con distintos medios y luego dispararon indiscriminadamente contra la multitud. Activistas de derechos humanos denunciaron que, en total, hubo 112 muertos, entre ellos una nena de 4 años y un nene de 12 .
El gobierno de Assad, sin embargo, niega la elevada cifra de víctimas. A través de la agencia oficial Sana, sostiene que sólo hubo ocho muertos en las protestas y 27 heridos. Y que las muertes se produjeron cuando “grupos armados” atacaron a “soldados del Ejército que respondieron al fuego”. Además afirmó que dos policías fueron muertos y otros 11 heridos el viernes durante ataques súbitos en Damasco y Homs, al norte de la capital, perpetrados por dos “grupos armados criminales”.
En el marco de esta argumentación, ofrece una explicación insólita. Señala que “grupos armados criminales” llenaron botellas plásticas con “sangre de verdad” y la utilizaron para simular las heridas y la muerte de civiles. Lo cierto es que toda la versión oficial es difícil de confirmar ya que las restricciones para la prensa son extremas en Siria.
Las matanzas generaron tal situación de estupor que la preocupación se palpa en las calles. Según testigos, la gente ya comenzó a acumular alimentos por temor a lo que pueda venir. En Facebook y Twitter la actividad contra el gobierno es intensa. Por allí circulan las listas de muertos y las consignas contra el régimen.
De Washington a Bruselas, pasando por la ONU y Moscú, se alzaron voces de indignación por la sangrienta represión y llamaron al régimen de Damasco a que haga reformas y cese la violencia.
El ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, país del cual Siria es fiel aliado, utilizó un lenguaje cordial, pero firme, para instarlo a que “acelere las reformas en el país y promueva el diálogo”. “Estamos firmemente convencidos de que sólo el diálogo constructivo y una aceleración de las reformas políticas, sociales y económicas de gran amplitud (…) pueden permitir un desarrollo estable y democrático”, aseguró la cancillería rusa.
El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, pidió al gobierno sirio que “en el futuro renuncie a utilizar todo tipo de armas contra los manifestantes”. “Esa represión –agregó– contradice la disposición al compromiso expresada al levantar el estado de excepción”. También Alemania llamó al presidente sirio a reaccionar a los pedidos de la comunidad internacional y poner freno a la represión. “La violencia contra manifestantes pacíficos en Siria es inaceptable”, dijo el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle. Y llamó a “frenar de inmediato la violencia”. Por lo visto, nadie acepta la versión oficial siria.
Fuente: Diario Clarín