Columnista invitadoDos opiniones a propósito del caso que conmueve a la ciudad.

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YO TAMBIÉN PIDO JUSTICIA

Colaboración:  Martín González

Yo también pido justicia por Kevin Monserrat, Brian Britos, Gastón Teglia y tantas otras muertes absurdas y dolorosas que genera una sociedad que se fue bastante al carajo, y de la cual tod@s somos parte.

Como también pido justicia por Sergio Lozza, joven de 19 años que apareció ahorcado el pasado 22 de diciembre en la Comisaría 14 de Venado Tuerto en situación más que dudosa. Y sigo pidiendo justicia por Clemente Arona, joven asesinado cobardemente por la policía, delito por el que nunca nadie cumplió condena.

Tampoco me olvido de Javier Villalba, joven que murió trabajando en precarias condiciones de seguridad en el semillero Nidera, como tantos otros trabajadores que han perdido la vida en situaciones similares en diferentes actividades y lugares.

Una vida es una vida, independientemente de quién sea el que la haya arrebatado.

Como militante de siempre por los Derechos Humanos quiero decirles claramente: nosotros no defendemos los derechos de los delincuentes, nunca lo hicimos ni lo haremos.

Basta de ese verso repetido hasta el cansancio por los miserables que hacen politiquería barata con la muerte y el dolor de las personas, aves de rapiña que parecen estar esperando siempre una nueva tragedia para rasgarse las vestiduras y salir a hacer sus mezquinos negocios políticos. Mucho cuidado gente, porque este tipo de personajes son tan peligrosos como los asesinos que no muestran ningún respeto por la vida.

El poder nos quiere así: confundidos, odiándonos el uno al otro, repitiendo como loros frases armadas sin ningún razonamiento. No es mi intención mezclar las cosas, pero todo tiene que ver con todo, y la impunidad con la que se manejan en las más altas esferas del poder (político, judicial, económico) es lo que baja hacia el resto de la sociedad.

Entre otras cosas, viviremos en una sociedad más segura cuando la justicia se aplique por igual para todos, sea cual sea la condición social; porque como ya sabemos, la delincuencia no es exclusividad de un sector social, y para afirmar esto sobran ejemplos, incluso de quienes se llenan la boca con la palabra inseguridad.

Mis respetos y condolencias para los familiares y amigos de Kevin, como así también para todos los que hayan tenido que sufrir una muerte injusta.

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VERDAD Y JUSTICIA POR KEVIN Y DÉLFOR

Colaboración: Andrés Sarlengo

¿Se puede pensar el incremento del delito, los crímenes y asesinatos, la agresividad cotidiana en las calles y escuelas, los robos y hurtos…por fuera del modo de producción que nos entrampa en sus relaciones sociales? Hemos creado una dis-sociedad donde la ley simbólica pierde terreno en manos de la mercancía. Hemos creado una dis-sociedad que produce soja, departamentos, servicios anodinos, empleos precarios, jóvenes sin proyectos, adultos con temores de niños y de tiempo atrás, pagos y drogas fáciles, anemia educativa, tecnologías alienantes y sentido común autoritario e intolerante. Hemos creado una Venado Tuerto donde jóvenes matan a jóvenes como un cáncer indetenible. En horas, el agua de lluvia (contaminada con glifosato) y la muerte dolorosa nos demuestran que el medio ambiente se las cobra, y el puñal que asesinó a Kevin y malhirió a Délfor lo parimos de alguna manera entre todos. Hace años que como periodista y educador sostengo que el neoliberalismo se expresa (y no figurativamente) en las miradas extraviadas y las palabras de los pibes y adolescentes de hoy, hijos de la 4-5 generación del terrorismo de Estado. Aquella dictadura cívico-militar religiosa y la economía de mercado imperante destruyeron y desarman las familias y su función subjetivante. El terror -metafóricamente- es un dolor que conciente e inconscientemente se transmite a la próxima generación con nuevas formas y actitudes. Aquel “terror” resurge en los cuerpos de los pibes asesinados y asesinos. Es un terror que impide ser, individualmente y colectivamente.

Puede parecer trivial plantear estas reflexiones ahora, pero debemos buscar explicaciones más allá de la indignación y rabia. Los dirigentes burgueses dirán lo mismo, se exculparán. La responsabilidad la tienen los otros, dirán..

Me atrevo a cerrar con dos cuestiones sustanciales: 1- Debemos atrevernos a pensar y proponer otro modo de producción, más cerca de la vida digna y solidaria de los seres humanos que vivimos de él, sino los crímenes se acrecentarán y será peor. 2- Desde aquí quiero pedir Verdad y Justicia por Kevin y Délfor…pero también por Sergio Loza, “suicidado” en la Comisaría 14 de nuestra ciudad; no olvidándome del “autazo fácil” que se llevó a Clemente Arona y nos dio una madre, Ana Braghieri, que hace años viene denunciando que el capitalismo y su policía es homicida y reproduce más muertes que felicidad.

!!!Verdad y Justicia por Kevin, Délfor, Sergio y Clemente!!!

 

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