Tomás LüdersOpinión: El relativismo autoritario y sus miserias

Tomás Lüders19/09/2015
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Vegetariano, vegano, mujer transexual, hombre transexual, gay transexual, hombre nacido en cuerpo de mujer, mujer profesional en situación de maternidad, celiaco con diabetes eventual, celiaco con soriasis eventual, persona en situación de calle perteneciente a minoría étnica no definible racialmente, trabajadora sexual con monotributo eventual

Eufemismos, litotes y perífrasis….. el repertorio completo de las atenuaciones retóricas para negar lo que igualmente se piensa, para evitar decir lo que igualmente seguimos (malamente) pensando…… especialmente aquél de nosotros que repite como un mantra la nueva etiqueta bajo la que pretende identificarse. ¿Y si probamos con burlarnos del estigma, que igualmente está? ¿De hacerlo explícito hasta que no valga nada? Pero mejor no lo intentemos, me pide un amigo que a veces gusta de otros hombres, no sea cosa que nos enganchen, por video-cámara, pronunciando irónicamente un “trolo” o “negro”. Recuerde que la Policía del Pensamiento Políticamente Correcto no puede darse el lujo del humor. ¿Cómo podría? Hay tantas barreras discursivas que no deben traspasarse que de intentar hacer chistes “adecuados” para una franja semántica se corre el riesgo de estar cometiendo el peor crimen para la otra.

La nueva lexicografía imposible debe sin embargo aprenderse completa. La guerrilla discursiva contra un gran Otro, que ya no existe, ha ganado la guerra. El nuevo foquismo revolucionario es el foquismo de las identidades fragmentadas, supuestamente impuras hacia afuera, pero purísimas hasta el detalle hacia adentro. Paradójicamente entonces, para pertenecer a los nuevos grupos anti-uniformización hay que calzarse un uniforme impecable y seguir sucedáneos rituales regados de escrúpulos. ¿Y la libertad que buscábamos?

Y hablando de casos, a mi amigo que a veces gusta de otros hombres y quiere tolerancia y aceptación nunca lo vi enrostrando su propio conflicto, dado vuelta, bajo la forma de una nueva etiqueta de la imposible, y cerradísima, taxonomía de identidades sexuales posmodernas. En épocas de intolerancia dura y pura supo militar en las filas de agrupaciones gay, pero un “compañero” lo vio con una mujer y fue expulsado por hereje. ¡Hasta tuvo su pequeño juicio y todo!

……….

Que Francisco sea Papa, y que solo pueda serlo a través de las pantallas nos habla de que uno de los semblantes del Gran Otro, el de Dios, ya no está. Poco importa para las masas, disculpen, para las multitudes, lo que digan los ejércitos vaticanos de especialistas en su oscuro latín medieval, de lo sesudamente estudiado solo nos llegarán los latiguillos y los escucharemos como los queramos escuchar, siempre de acuerdo a nuestra necesidad del día. El Dios que nos llega por la tele e internet es el que necesitamos que se adapte a cada deseo particular que hayamos absolutizado en ese momento. En lo personal no me preocupa, soy agnóstico, el delirio es que ahora el católico quiere serlo de acuerdo a sus propias reglas.

Es que ahora, en lugar de irse, el socio descontento pide que los clubes se adapten a su reglamento individual. “Mujeres divorciadas católicas a favor del aborto” decía, lo juro por Dios, un cartel que leí durante la asunción de Bergoglio. Vuelvo a hacer referencia a lo personal: particularmente el aborto me siembra muchos dilemas éticos, pero no estoy en contra del divorcio. Nunca se me ocurrió pedirle al “club” católico que cambie sus reglas por mí, directamente me fui del club. No creo en dogmas, creo en razones, así que no me volví a afiliar a ninguno, ni religioso ni político.

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Pero estamos en tiempos contradictorios. Se quiere ejercer el Santo Derecho de pertenecer a milenarias organizaciones, con milenarias tradiciones y dogmas…. pero obligándolas a adaptarse a nuestro deseo y necesidad del día, como si el dogma debiera ser reemplazado por nuestra demanda particular… Ya no rezamos por el milagro de que Dios nos hable, ahora Dios es mandado a callar y debe escuchar y acatar lo que tengo para decirle.

Es como si un especulador financiero quisiera afiliarse al Partido Comunista…… en tanto especulador financiero. La época demanda entonces que sea la institución, el Gran Otro, quien se convierta a mí no y no yo a ella.

Mi consejo: si algo de lo heredado culturalmente no le gusta, bánqueselas solo. Esa es la mayoría de edad que proponía la Modernidad hace más de 200 años. Pero se ve que la carne es débil y elegimos olvidar. La ilustración terminó iluminando una era de chicos malcriados en lugar de una Era de Adultos. ¡Pobre Kant! Tanto pensar para tanta nadería.

Esa es la definición perfecta del hoy, estamos en la era del chico malcriado, ese que detesta las reglas de la Casa, por blandas que sean, pero que en lugar de hacer su bolso e irse pide que el mundo de los Padres se adapte a su pequeña tiranía.

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Ya ganamos la guerra contra el Uno y su sentido común uniformizador (y no porque los Malos no existan sino porque los mandamos a callar). Contra el viejo autoritarismo que quiso homogeneizar lo que se fragmentaba con el fin del mundo tradicional. Pero el resultado no han sido las formas fluidas, libres, de lo múltiple sino la proliferación de lo que Jacques Miller hace bien en llamar innumerables Comités de Ética.

En un lugar de Un Amo, ahora somos todos Amos, pequeños Duces –conductor quería decir originalmente la palabra italiana- queriendo imponer nuestra particularidad como regla universal. Queremos hacerlo en un mundo donde lo universal está prohibido, es fascista, (o macrista o neo-liberal… o estatista, o kirchnerista, o anti-kirchnerista…) por eso lo que prolifera no es la libertad o siquiera la tolerancia, sino una explosión de intolerancia en mil virulentas partes. Pasamos de la homogeneidad obligada del Uno a los delirantes…. perdón, a los temporalmente esquizofrénicos  Micro-fascismos de los pequeños Uno. Todo lo contrario de lo múltiple, de lo plural. El tiro de la primavera de los pueblos salió definitivamente por la culata.

La Era iluminó una frase paradójica pero de efectos reales: Relativismo Autoritario. Y el relativismo autoritario extendió sus delirantes brazos a la escuela (donde hoy es de fascistas querer educar en el conocimiento y el buen comportamiento), o la Justicia Penal, para la que parece cosa de nazis querer sancionar el delito, es decir, el objetivo para el que fue creada. Eso sí, estamos cada vez más lejos de solucionar tanto la inequidad que traen los múltiples problemas de nuestro Sistema Educativo como la desigualdad que genera el delito violento. Porque mientras sancionamos nuevas leyes que suman párrafos a la retórica supuestamente anti-discriminatoria, el país y el mundo perpetúan, muy posmodernamente, sus peores injusticias y miserias.

………

La intolerancia de hoy tiene tantas formas que quien no acata opta por callar. Pero ojo, tengamos cuidado, porque cuando vuelvan a hablar los mandados a callar vendrán a pontificarnos Terribles Verdades. El país de lo políticamente correcto supo ser Estados Unidos, y hace tiempo que es el país de los Bush. Lejos de cambiar, parece que será el de Donald Trump después de los paños politcally correct del presidente negro.

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