Mauro CamillatoOpinión: Enrico y una nueva batalla en días decisivos para su futuro político

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Por Mauro Camillato

Se acercan tiempos de definiciones y Lisandro Enrico tendrá que decidir su futuro político. En el horizonte aparecen tres posibilidades: ir por la renovación de la senaduría, decidirse una vez por todas en ir por la intendencia de Venado Tuerto o una tercera que es más difícil pero que empieza a circular en los corrillos políticos de la capital santafesina, la opción de ser el elegido por Miguel Lifschitz para ser su candidato a la vicegobernación, si éste último logra la reforma de la constitución con reelección incluida. Mientras Enrico se subió a un nuevo enfrentamiento con un funcionario judicial (sus blancos preferidos), en este caso con el jefe de los fiscales regionales, Alejandro Sinópoli.

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Este  nuevo enfrentamiento mediático entre el jefe de los fiscales regionales, Alejandro Sinópoli, y el senador departamental, Lisandro Enrico, no se trata solo de un conflicto entre un garantista y un punitivista como aparece a primera vista, es mucho más que eso y en realidad es otra lucha política que el legislador provincial se puso sobre los hombros.

Y se sabe que los antecedentes marcan que el venadense se destaca en su carrera política en afrontar este tipo de “contiendas y también que su empeño y testarudez le ha posibilitado el triunfo en varias de ellas. Valga el antecedente no muy lejano de lo sucedido con el ex defensor provincial Gabriel Ganon y un poco más lejos y en otro ámbito  la otra lucha que dio dentro de su propio partido para dejar casi completamente fuera de juego al ex intendente, Ernesto De Mattía.

No hay dudas que Enrico tiene una especial predilección (que se acerca a una obsesión) por el tema seguridad y por ende de la justicia y que además su visión es principalmente punitivista al respecto. Su argumento preferido al sigue siendo la recurrencia a la ya famosa  frase de  “terminar con la puerta giratoria”. Por eso sus blancos preferidos son los fiscales y/o jueces a quienes acusa continuamente (a veces con nombre y apellido) por liberar distintos imputados. Pero además encabezó distintos cambios al Código Procesal Penal, entre ellos: la ley de flagrancia y las reformas introducidas el año pasado para disminuir las excarcelaciones. Y todavía sigue impulsando otros cambios como permitir a la justicia provincial actuar en los casos de narcomenudeo (por ahora los delitos relacionados al narcotráfico son potestad de la Justicia Federal) y su lucha para culminar con la feria judicial.

Pero además, hay otro dato que no se puede soslayar en esta particular contienda, el legislador de origen venadense tiene una especial tirria contra todo lo que suene a peronismo. En su forma de entender la política recoge aquella vieja tradición del radicalismo que construyó su identidad en su visión opositora al justicialismo (tradición que atravesó el abrazo de Balbín y Perón). Por eso entre otras cosas cuando desde un sector del frenteprogresismo lanzaron la posibilidad de realizar una gran alianza en contra del macrismo que incluya a parte del peronismo santafesino, fue uno de los primeros en desmarcarse.

Y este no es un dato menor en la disputa que recién comenzó con Sinópoli, ya que éste es de origen peronista, (fue funcionario en el gobierno de Carlos Reutemann) cuenta con el respaldo de los legisladores de dicho partido y en parte de la intendencia local.

Por eso éste último sabe que “su enemigo”  no es menor y redobló la apuesta respondiéndole con una carta documento luego de las declaraciones de Enrico criticando la decisión de la fiscal de turno Andrea Cavallero de liberar a una series de aprehendidos por presuntos delitos cometidos durante el fin de semana anterior. Por supuesto el contrataque del senador fue más duro aun defendiendo su libertad para expresarse y le endilgó, casi al pasar al jefe regional del Ministerio Público de la acusación, que se ausenta de Venado Tuerto durante todos los finés de semana y que encima utiliza el auto oficial para trasladarse a Rosario. Declaración nada inocente ya que la utilización de un bien del Estado (el auto) con fines particulares podría ser considerada como un hecho grave (existe en el código penal la figura de peculado) y por ende excusa para poder relevarlo de su cargo. También habría que recordar la acusación similar que realizó el legislador venadense contra un funcionario judicial (al juez de Rufino, Luis Alberto Cignoli) por ausentarse de la localidad, que provocó que la Corte lo suspenda por cinco días.

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Sinópoli y sus conflictos

Sinópoli llegó para hacerse cargo del MPA local a finés del 2014 y por lo menos un par de veces tuvo que atravesar situaciones conflictivas.

Una de esas situaciones fue el paro de pasantes y practicantes ocurrido sobre el cierre del 2015 en reclamo de una decisión arbitraria del jefe de los fiscales que le había realizado un contrato directo a una de las pasantes sin llevar a cabo  ningún tipo de concurso. De esta manera los demás trabajadores que se encontraban en similar situación “pusieron el grito en el cielo” y hasta recordaron que la beneficiada ni siquiera pasó la primera instancia de un concurso realizado anteriormente. Así tuvo que bajar a Venado Tuerto el quien era en aquel momento, el  Fiscal General provincial, Julio De Olazábal, para atemperar los ánimos.

Posteriormente, en los primeros días de noviembre del 2016 tomó otra controvertida decisión cuando le ordenó al fiscal. Matías Merlo, que le inicie un sumario a su par de Rufino, Mauricio Clavero, por haberse “excedido en sus funciones”. Dichos excesos tenían  que ver con la denuncia pública realizada en su momento por Clavero sobre la desestimación de la Justicia Federal de las investigaciones por él elevadas sobre casos de ventas de drogas en la ciudad del extremo sur santafesino. Varios salieron a defender a Merlo entre ellos todos  los legisladores provinciales de la región y otra vez tuvo que intervenir De Olazábal para poner todo en orden.

Más allá de estos casos puntuales, la gestión de Sinópolis cosechó en Venado varios detractores, entre ellos principalmente Enrico. Hasta ahora el jefe de los fiscales regionales encontró su apoyo en los legisladores justicialistas y en ese equilibrio necesario que requirió siempre el gobierno del Frente Progresista para ejercer el poder. Pero la coyuntura provincial cambió, luego de la destitución de Ganón, desde la Casa Gris ya no son tan afectos a respetar las formas. Encima no hay dudas que Miguel Lifschitz es el más pragmático de los tres gobernadores socialistas que se sucedieron y ni hablar de su Ministro de Justicia, Ricardo Silberstein.

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Las opciones de Enrico

Como sostuvimos al principio esta no es la primera contienda que parece jugarse a todo o nada el senador provincial. La diferencia es que en esta oportunidad lo encuentra más fortalecido que nunca y a la vez en un momento determinante de su carrera política. Es que pronto tendrá que decidir sobre su futuro y en el horizonte le aparece un abanico de oportunidades, entre ellas: la de ir de una vez por todo por la intendencia venadense; la otra, asegurarse la renovación en la senaduría y una tercera algo más lejana que recién empieza a circular en los alrededores de la Casa Gris es la posibilidad de ser el candidato a vicegobernador de Miguel Lifschitz, si éste logra la reforma constitucional y a la vez la opción de ir por la reelección.

De todos modos, Enrico necesita más que nunca afirmar su fortaleza y su contienda por ahora discursiva con Sinópoli es una de las tantas que tiene con distintos funcionarios judiciales (que siguen siendo sus blancos predilectos). Habrá que esperar para saber si en esta oportunidad se sale con las suyas.

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