Mauro CamillatoOpinión: El intento de romper la manifestación en contra del tarifazo eléctrico y los silencios

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Por Mauro Camillato

“Rata de alcantarilla” me gritó uno de los “rompemanifestaciones” en la concentración contra el tarifazo eléctrico ocurrida el último miércoles. Por supuesto, mientras tanto me desafiaba junto a sus cuatro o cinco compañeros a que me acerque hacia donde estaban ellos: “Vos siempre hablas en contra de la Cooperativa”, me repetían junto con otros epítetos, esta vez irreproducibles. Trabajadores o supuestos trabajadores hablaban de la CEVT como si todos ahí fueran la misma cosa, los que trabajan y los que se benefician de los precios abusivos porque son dueños de lo que no deberían serlo.

Por su puesto, evité entrar en su provocación y, asombrado con lo que estaba sucediendo, continúe con mi cobertura periodística de la manifestación.

Muchas veces en mi trayectoria de periodista me han amenazado o agredido verbalmente (solo alguna vez recibí una insignificante agresión física) o hasta me dañaron un auto, pero fue la primera vez que me intentaron agraviar con un término que alguna vez fue tomado por colegas casi como un homenaje. Es que sin quererlo, el trabajador eléctrico (así se identificó) me lanzó un insulto que es similar al utilizado un 14 de abril de 1906 por el entonces presidente de EEUU Theodore Roosevelt, que llamó muckraker (literalmente “husmeadores de basura” o “rastrilladores de estiércol”, característica de las ratas de alcantarillas de las nuevas ciudades) a un grupo de trabajadores de prensa.

“Fue durante la gestión del presidente Theodore Roosevelt que algunos cronistas comenzaron a denunciar la corrupción en el gobierno, los monopolios y las duras condiciones de vida de los trabajadores norteamericanos, entre otros temas. En un vano intento por desprestigiar a estos periodistas investigadores, en un discurso de 1906 Roosevelt los calificó de muckrakers que se dedicaban a buscar basura política en lugar de informar sobre los logros de su gobierno. A partir de este hecho se comenzó a utilizar este término para describir a los periodistas que husmean e intentan revelar esos secretos que el poder se esfuerza en mantener ocultos. ” (Daniel Santoro, Técnicas de Investigación Periodística, 2004).

Lo cierto es que no fui el único que recibió insultos en dicha manifestación (otros fueron increpados más duramente) y algunos hasta fueron amenazados con denuncias judiciales por sus dichos en las redes sociales.

En cualquier lugar del mundo eso se llama “apriete”,  pero por aquí fueron pocos los que salieron a repudiar lo sucedido y hasta el concejal oficialista, Germán Mastri, tildó la situación como una consecuencia de la preocupación “natural” de los trabajadores por la posibilidad de perder sus empleos. Solo los legisladores opositores (que también fueron víctimas de los “rompemanifestaciones”) realizaron una conferencia de prensa para repeler lo sucedido, nada dijeron desde el Ejecutivo Municipal ni tampoco desde el consejo de administración de la Cooperativa Eléctrica (CEVT). Y como dice aquel viejo dicho: “el que calla otorga”.

Párrafo aparte merece el  lamentable papel del consejo de administración de la CEVT, que permite que el gremio (principalmente su secretario general, Jorge Viano) hablé como si fuera el  único “dueño” de la entidad. Nuevamente, el que calla…

Manifestarse, un derecho democrático

La libertad de expresión y manifestación son derechos humanos y fundamentales que los tratados y declaraciones internacionales garantizan y la Constitución Argentina reconoce y protege. Derecho de reunión y manifestación pacífica, así como “expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio”.

La democracia no consiste solo en participar en periodos de tiempo determinado, votando en elecciones generales. La democracia es participación y cuanta más participación, mayor calidad adquiere el sistema.

Por eso el derecho de manifestación es un pilar básico de la democracia y si existe cualquier actitud de algún agente externo de sembrar miedo para desmovilizar a la ciudadanía, ahí debe estar el Estado para evitarlo. Por aquí nada de eso sucedió y, es más desde el Ejecutivo ni siquiera se salió a repudiar la actitud patoteril de Viano y sus enviados.

Viano y los suyos, cómodos beneficiarios de una de las tarifas eléctricas más caras del país, es decir los que se quedan con la parte del león, lograban que quienes deben trabajar y repartirse la menor parte se las tomaran contra quienes no quieren seguir pagando precios abusivos. Un éxito de los poderosos avalado por un Estado Municipal que debería representarnos a todos en este contexto: a los trabajadores y a los abusados usuarios del servicios eléctrico monopólico.

¿Y ahora?

A esta altura ni siquiera vale la pena aclarar que el objetivo de la protesta de los vecinos nada tiene que ver con demandar despidos o reducción de salarios (en todo caso sí se cuestionan los “beneficios” de la cúpula, pero no los logrados por el convenio colectivo respectivo). Tampoco es cierto que de no llevarse a cabo el tarifazo podría correr riesgos los incrementos de sueldos para los trabajadores logrados en paritarias. De hecho solo hace falta mirar los números en el Ejercicio Económico del 2015 de la CEVT para vislumbrar que la “empresa” tiene recursos suficientes para afrontar lo resuelto en paritarias aún sin realizar, el ahora firme tarifazo.

De ahí que la conclusión es evidente, lo sucedido fue ni más ni menos que una acción temeraria organizada fríamente. No es cierto que fue una reacción natural o espontanea de los trabajadores que creyeron ver en peligro sus puestos laborales.Tras bambalinas estaba el propio dueño de facto de la Cooperativa, mirando el peligroso espectáculo por él creado.

A su vez, también es destacable que el comportamiento cívico de los manifestantes y quizás la mediación de los ediles evitó que todo terminará con alguna agresión física. Solo esa templanza evitó una violencia que habría tenido nombre y apellido.

Ahora solo queda esperar que las autoridades locales y de la propia Cooperativa garanticen que no se repita esta lamentable y peligrosa situación.

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