Por Mauro Camillato
Sumergidos ya en el clima preelectoral parece que en todos los ámbitos desde el municipal, provincial y nacional las diferentes opciones de gobierno intentan hacer los deberes para poder cosechar la mayor cantidad de votos corriéndose cada vez más a la derecha. Es que si hasta hace no demasiado todos querían “ser políticamente correcto” y la “moda” era parecer progre (a pesar que la mayorías de las veces se actuaba por la diestra) ahora de a poco se empieza a imponer otra idea.
Mucho tiene que ver con esta realidad que uno de los principales temas de la coyuntura sea el de la inseguridad. Así el nombramiento conocido ayer del gendarme Gerardo Chaumont al frente de la Secretaría de Seguridad Pública de la provincia es una clara muestra de lo dicho. Como también lo es que Sergio Berni y Cesar Milani encabecen desde hace tiempo las principales fuerzas de seguridad del país. Más acá en el ámbito municipal y regional, sin poder manejar directamente policía alguna, lo que preocupa es el discurso cada vez más propenso al pedido de mano dura, del cual el senador Lisandro Enrico es un cultor desde hace tiempo, ahí nomás le sigue en zaga el diputado Darío Mascioli y el propio intendente local.
Desde la Nación a la derecha
De hecho tal cual lo remarcamos párrafos atrás el gobierno nacional erigió dos personajes como el acusado de genocida Milani o el ex -carapintada Sergio Berni como los principales encargado de la seguridad interna y externa del país. Así entre otras cosas en la lucha por no perder la calle desde el kirchnerismo no dudaron en romper esa consigna que proliferó en los primero años de su paso por el Ejecutivo nacional de “no reprimir la protesta social”.
Así se suman a una especie de “nuevo consenso derechista” que tiene a sus adeptos en sectores de clase media que reclaman poner “orden”, y en dentro de ese “poner orden” no solo ingresa el impedir ciertos tipo de protestas sociales sino también la moderna idea de “saturación policial” como solución a la inseguridad. A esta altura está bastante comprobado que mucha veces la policía es el problema y no justamente la solución
Por supuesto no solo por ahí pasan las decisiones de dicha inclinación ideológica del gobierno nacional a pesar de haber lanzado una campaña nacional, una vez más, contra “el peligro de la derecha”, gran parte de sus decisiones van para ese lado.
Aunque el uso del doble discurso es una especialidad del kirchnerismo, un claro ejemplo al respecto es el nuevo Código Civil (más allá del debate sobre la forma de aprobación del mismo) que si bien presenta algunos avances considerables en cuantos algunos derechos de las minorías, tiene otros puntos contradictorios. De este modo entre otras cosas el nuevo Código eliminó de la iniciativa original el artículo 241, que determinaba la responsabilidad del Estado para garantizar a todos los habitantes el acceso al agua potable, como se ha declarado necesario, en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas. Dato que parece ser a medida de las grandes mineras que usan grandes volúmenes de agua para la extracción de metales.
También la licuación de la responsabilidad civil del Estado y la poda completa para la tipificación de “los daños a los derechos de incidencia colectiva” (en el texto ahora borrado se consideraba legitimados para accionar a ONGs, el Defensores del Pueblo de la Nación o sus pares locales, fiscales judiciales y grupos de ciudadanos que muestren “interés relevante”) son cambios más polémicos que le hizo el Gobierno al anteproyecto elaborado por una comisión de notables.
Podríamos hacer una larga lista de decisiones parecidas en otros ámbitos (pago a Repsol, a pesar de las declaraciones contrarias. Pago a los deudores del Club de Paris con generosos intereses, etc, etc) pero la nota sería demasiado extensa.
Pero encima de todo esto las encuestas para el próximo año electoral dan ganador a Macri, Massa o Scioli (todas variantes claras de derecha).
La Provincia a la derecha
Bonfatti y los suyos se encuentra acorralado por una realidad que le estalla en la cara, la inseguridad parece no tener coto. Los crímenes en Rosario y Santa Fe no cesan (podríamos incluir los robos en Venado) y ninguna de las políticas llevadas a cabo hasta ahora permitió cambiar esta situación.
Encima la oposición los corre por derecha y proliferan los pedidos de mayor equipamiento y presencia policial en las calles. Y a esta altura la demora del socialismo en encarar la reforma policial le provocó una verdadera batahola y ahora toda acción parece extemporánea con una fuerza que se encuentra desmadrada y que le quiere hacer sentir al gobierno con toda dureza su resistencia. Tampoco por ahora da los resultados esperado la reforma judicial (por lo menos a la vista de la gente), sobre todo por falta de personal y de estructura.
Lo cierto es que la respuesta del Ejecutivo provincial fue empezar a realizar algunos cambios pero la vez se dejó tentar con los reclamos. Así concedió a la gendarmería el control de la barriada rosarina y ahora termina de correr al verdadero cerebro de las reformas, Matías Drivet, para incluir en su lugar a un ex gendarme de perfil muy parecido al de Berni,
Mientras tanto la oposición encontró en el tema seguridad la forma de entrarle al Frente Progresista y más se acerque el año electoral mayor va a ser el énfasis que le pondrán a la cuestión. Al respecto, el peronismo sabe que tiene poder de fuego para hacerle daño al gobierno, pero sin candidato que pueda disputar seriamente el mando de la Casa Gris empieza a ser funcional a Miguel Del Sel.
Región y Municipalidad a la derecha.
Por acá nomás la cosa es más clara aún, aunque si bien en Venado la situación de inseguridad es preocupante se encuentra bastante lejos de lo sucedido en Rosario y Santa Fe.
De todos modos quien encabeza el discurso de mano dura es el senador Lisandro Enrico, aunque nadie parece querer quedarse en la zaga. De hecho mientras el senador primerió a todos y lanzó el polémico proyecto de limitación de excarcelaciones, rápidamente se sumaron el diputado del PJ Darío Mascioli y el propio intendente José Luis Freyre quienes apoyaron la iniciativa y hasta propusieron otra parecida.
Es más ahora Mascioli acompañado del flamante secretario de Gobierno, Jorge Lagna (hablando de derecha, reconocido cultor de ideas de ese sector, su nombramiento en ese estratégico lugar es otra muestra de la definitiva inclinación de la intendencia) presentaron una propuesta para el otorgamiento de prisión preventiva para quien usen armas al cometer un delito. Ni hablar del éxtasis de sus autores cuando se enteraron del apoyo del fiscal general de la Provincia, Julio De Olazábal a dicha iniciativa. Lo festejaron casi como un gol de media cancha, dedicado a Enrico.
Además el discurso que prolifera es el del pedido de más móviles y policías, como la solución simplista a un problema mucho más complejo. En ese aspecto quizás valga recordar que hace poco se cumplieron 15 años del asesinato de Clemente Arona.