Mauro CamillatoOpinión: Adelanto de clima preelectoral, miedo y despropósitos en la política local

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Por Mauro Camillato

A  pesar que falta más de un año para las próximas elecciones, el clima preelectoral ya se empezó a sentir con intensidad. Pero, contradictoriamente, mientras a nivel nacional y provincial abundan los precandidatos en lo local parece que faltan.  Es que más allá del clima (que también bastante enrarecido en lo meteorológico) en Venado Tuerto lo que impera en los diferentes espacios es el “miedo a Freyre”, ya que son pocos los que se animan a enfrentarlo. En tanto, con la impunidad que parece darle no tener demasiados competidores,  el intendente local y los suyos siguen cometiendo algunos despropósitos difíciles de entender.

El miedo a Freyre

La confirmada declinación (aparentemente) definitiva de Ricardo Spinozzi a ser candidato  a intendente lanzada el último miércoles en el programa La Cocina (Canal 8 VT) se suma a la ya también manifestada por el senador provincial Lisandro Enrico. Aunque ambos reconocen que en algún momento quieren encabezar el Ejecutivo venadense, ambos también indican que por ahora “no es el momento”. Claro, lo que ninguno de los dos aceptan es que la ambición la postergan solamente por un motivo: “el miedo a Freyre”. Tanto en la memoria de Enrico como en la de Spinozzi perdura el recuerdo del casi 70 por ciento de votos que el actual mandatario cosechó en la última elección a intendente.

De esta manera en el Frente Progresista no aparece candidato que pueda por lo menos realizar un papel decoroso. En el radicalismo ante la declinación de Enrico (solo un envite de la provincia podría cambiar su decisión) parecen apostar a algún joven correligionario  sin rodaje para la postulación. De los “viejos” dirigentes nada queda, y repetir la decisión de ungir a Carlos Díaz Vélez parece no tener demasiado futuro.

Mientras en el socialismo, nadie emerge como el indicado para ser el candidato natural. La situación de Oscar Pieroni es parecida a la de Díaz Vélez;  Fabián Vernetti no parece contar con votos para poder luchar por el sillón de San Martín y Marconi; y a la vez tampoco tienen demasiadas figuras nuevas que puedan mover el amperímetro. La reciente renovación de las autoridades del partido, demuestra la falta de caras diferentes en dicho espacio y el círculo cerrado que lo maneja. Reglón aparte merecen los errores que se repiten desde la dirigencia regional, como por ejemplo la apurada e  intempestiva intervención de la escuela secundaria de Maggiolo.

Por el lado del Pro la cosa no parece demasiado diferente, todavía quedan resabios de la feroz interna que vivieron en la anterior elección, la que les hizo perder un escaño en el legislativo. Y encima se le suma el reciente y lamentable acontecimiento que tuvo como protagonista al actual concejal Carlos Aldasoro y el diputado nacional Ricardo Spinozzi. Es que el primero tuvo como osadía adelantar que el legislador nacional iba a ser el candidato del macrismo en Venado Tuerto y este último lo desmintió de mala manera.  

Lo cierto es que de esta forma no asoman en el horizonte demasiados aspirantes con pergaminos en el camino del actual mandatario,  solo Liliana Rostom parece animarse e intentar pelear.

La suerte  y los despropósitos de Freyre

Con este panorama al actual intendente pretende retener el poder casi sin despeinarse y para colmo al miedo de sus posibles competidores se le suma una dosis de suerte que lo mantiene impoluto. Es que su carrera política podría haber sufrido un golpe casi terminal si los dos tanques de agua que se derrumbaron en La Casa del Bicentenario hubieran caído sobre alguno de los tantos trabajadores que estaban en ese lugar. Y ni hablar si el derrumbe sucedía horas después con el espacio lleno de gente.

De todos modos no hay duda que lo sucedido allí fue un verdadero escándalo por donde se lo mire. Así se podría recordar  la demora en la construcción de la Casa que debería haberse terminado en el 2011, los dos desmoronamientos de paredes que sufrió en el camino, y ni hablar de la agresión realizada al periodista Santiago Córdoba en el momento de la fallida preinauguración.

Por supuesto luego de dicha agresión todo fue un despropósito desde las lamentables declaraciones posteriores del subsecretario de Obras Públicas, Pablo Rada, hasta la decisión de los concejales oficialistas de no votar un proyecto de repudio.

Para colmo paradójicamente los dirigentes del PJ días después padecieron un ataque mucho menor a la que soportó el trabajador de prensa y salieron rápidamente a repeler. Al respecto cabe recordar que el miércoles último la sede local del partido apareció con pintadas de inadaptados que incluyeron cruces esvásticas y leyendas contrarias a Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner. Pero la indignación de Germán Mastri y de Darío Mascioli sobre este hecho sería entendible si hubieran actuado por lo menos de igual manera con el caso del periodista golpeado. Hasta resultaron sorprendentes las palabras del diputado provincial, que en conferencia de prensa posterior sostuvo: “nos preocupa lo que sigue, ya que la agresión a entidades se puede trasladar a  las personas. ¿Habremos llegado tan lejos con la intolerancia y la incapacidad de comunicarnos para agredirnos por el solo hecho de pensar distinto?. Justamente eso fue lo que pasó con Santiago Córdoba,  en ese caso sí que las agresiones se “trasladaron a una persona”. Sin embargo quien tenía a su lado en la conferencia de prensa (Mastri) se negó a votar un repudio a lo sucedido en el Concejo local.

Por otra parte, otro despropósito fue la decisión de Freyre de insistir con el nombramiento de Mónica Boladeras al frente del Instituto de Previsión Social Municipal. Solo aparentar no dar el brazo a torcer puede haber impulsado semejante definición.  A esta altura más allá de la discusión sobre las presuntas irregularidades que podrían haber ocurrido en la imputación de los ajustes de los haberes de un grupo de jubilados, lo que está comprobado por diversos testimonios es el maltrato al personal. Solo esta última acusación debería ser suficiente para correr a Boladeras del Instituto. 

Y hablando de despropósitos el más importante de estos últimos días  fue el atraso en el pago de sueldos de los trabajadores municipales  que el secretario de Hacienda, Guillermo Imbern, insólitamente justificó culpando a los concejales.

De todos modos nada de todo lo nombrado  parece hacerle mella a Freyre, que casi sin resistencia y más allá de sus errores, parece encaminarse a ser casi el único candidato con aspiraciones serias en el 2015. Por ahora solo Liliana Rostom es la única que se le anima a la competencia electoral.

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