Mauro CamillatoMacri en VT: El baile y la informalidad como representantes de una forma de hacer política

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Por Mauro Camillato

Mauricio Macri pasó por nuestra ciudad y en primera instancia debemos aplaudir que un presidente con solo un mes de mandato se acerque al sur santafesino. Aunque es bastante inentendible que la visita haya sido para firmar un acuerdo con el sector lechero, cuando en nuestra zona los tambos son una especie en extinción, es más es cada vez más difícil visualizar una vaca en nuestros campos sojinizados hasta los dientes. Lo más justo hubiera sido que dicho acuerdo lo hubiera firmado otra  zona de nuestra provincia ya que  la cuenca láctea está integrada por los departamentos: Castellanos, San Cristóbal y Las Colonias.

Vaya a saber por qué motivos lo realizó por aquí quizás porque en nuestra región Cambiemos logró un cómodo triunfo en las elecciones nacionales, quizás porque lo que anunció es una “aspirina” para un sector que está en decadencia desde hace un par de años y realizar el acto en algunas de las localidades de la cuenca lechera le habría provocado tener que soportar algunas caras largas.

Pero más allá de eso el presidente dejó algunas “perlitas” posibles de analizar. Entre ellas se destaca su anuncio/ promesa (¿forzado?) del corrimiento de la ruta 8 por fuera del éjido urbano y de la construcción de la autovía de la 33.

Significantes

El look informal y el baile parecen ser los nuevos significantes de épocas en las huestes de Cambiemos. Así, por un lado Mauricio Macri apareció vestido con un saco y pantalón sport y con unos joviales zapatos estilo náuticos. Y por supuesto no se privó de dar un par de pasos de baile ante el insistente pedido del público que asistió a su fugaz visita por el Centro Agrotécnico Regional (CAR)

Por si solo ambas cosas no referenciarían nada pero en Macri parecen adquirir un significado especial.

Es que acompañan un discurso desideologizado, hasta vacío de contenidos que enuncia continuamente. Y la cuestión no es la pobreza de las alocuciones del presidente, (ya tuvimos mandatarios con discursos floridos y que después en las acciones hicieron todo lo contrario) sino la cosas que en todo caso dice y hace.

Escuchar a Macri achacar con los lugares comunes del diálogo y su continua alusión al “trabajo en conjunto”, no se condice con las  decisiones en este mes de mandato. Es que habría que recordarle que trabajar en conjunto, no es lo mismo que gobernar por decreto,  atropellar leyes, menos aún nombrar jueces de la corte sin pasar por el Congreso (más allá de todas las explicaciones jurídicas al respecto) y ni hablar de reprimir protestas sociales.

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Otra constante del presidente es sostener que “lo argentinos estamos para más”, una remake de la frase que lanzó alguna vez el ex presidente, Eduardo Duhalde, que decía que estábamos condenados al éxito. No está claro que sería estar para más o como nunca se supo cual era el concepto de éxito que tenía Duhalde.

Pero más irrealizable e irresponsable suena su objetivo de pobreza cero (con la cual volvió a insistir en nuestra ciudad). Aquí también existe una remake, ya que este eslogan parece plagiado del ex mandatario brasilero, Lula, que hablaba de hambre cero. Claro está que no es lo mismo y en todo caso Macri podría hasta animarse a prometer indigencia cero pero pretender pobreza cero en un sistema capitalista es un cometido (y no digo utópico, por las diferente interpretaciones de distintos cientistas sociales del término) casi imposible que ni siquiera los países más desarrollados del mundo lograron.

Promesas sobre el bidet

Por su puesto como la mayoría de los mandatarios que vinieron por esta región Macri no se ahorró realizar la promesa de ocasión. Y tal como lo hizo en su momento en Rufino, Néstor Kirchner deslizó su compromiso de realizar la autopista de la ruta 33 antes del 2019 (año del fin de su mandato). También agregó otra obra largamente prometida y postergada como el traslado de la ruta 8 fuera del éjido urbano de Venado Tuerto.

En ambos casos sus palabras parecieron improvisadas (informales), casi como si antes de realizar su discurso alguien le soplará que tenía que referirse a ambos temas. De hecho su desconocimiento sobre el proyecto de la autopista lo demostró cuando dijo que había que realizarla de Rosario a Firmat y de esta última a Venado Tuerto, obviando a Rufino, localidad que luchó para ser tenida en cuenta en el proyecto y que encima es la única gobernada por un intendente macrista.

Es que finalmente el bailecito y la informalidad en la vestimenta representan una forma de hacer política (un significante) que quedó en evidencia en su visita de hoy a nuestra ciudad

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