Por Mauro Camillato
Las listas para las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASOS) ya están presentadas, atrás quedaron las negociaciones frenéticas, las “roscas” indescriptibles, las esperanzas y desesperanzas, la adrenalina a full; todas sensaciones que viven los políticos (quizás los periodistas) en los días previos pero que al común de los ciudadanos les importa bastante poco.
Ahora los mismos políticos empiezan a sentir otro tipo de sensaciones, según como quedaron posicionados en las distintas listas, y se viene ahora un periodo de trabajo que consta principalmente en tratar de convencer (seducir, le llaman algunos) a “la gente” para que los elijan.
En todo esto empieza jugar el “ego” de cada uno de los candidatos que desesperan por ser reconocidos, esto es al final de cuenta: votados.
Y justamente tres dirigentes de nuestra ciudad que ponen en juego sus egos en las próximas elecciones (a pesar que dos de ellos compiten en instancias diferentes y uno ni siquiera es candidato) son: José Luis Freyre, Lisandro Enrico y Ricardo Spinozzi. Los tres de alguna manera, con sus diferencias, son los políticos con mayor trascendencia que dio la ciudad en la última década.
Freyre logró su primera reelección en la intendencia con un record histórico de votos, y luego fue ungido como presidente del PJ santafesino. Enrico logró desbarrancar de la senaduría departamental al justicialismo después de varios periodos y parece muy difícil que alguien de la birle. En tanto, Spinozzi (que perdió justamente la senaduría con Enrico) tiene una trayectoría política que muy pocos pueden exhibir. De la mano Carlos Reutemann integró el Ejecutivo provincial, fue presidente provincial del PJ y ahora logró, luego de pegar el salto al PRO, ser diputado nacional.
Y más allá de las próximas elecciones, entre ellos hay una disputa muy particular y cada uno mira en el espejo retrovisor como le va al otro.
Además dos de ellos, a pesar de sus reconocidos triunfos personales en otras instancias, les encantaría estar en el lugar que se encuentra hoy Freyre, es decir la intendencia de Venado Tuerto.
Freyre
El intendente va por su segunda reelección y a pesar que en prima facie parece ser difícil que alguien se la arrebate su preocupación pasa por obtener la mayor cantidad de votos y superar el casi 70 por ciento (tarea nada fácil si se tiene en cuenta el desgaste lógico de la gestión) que logró en la última contienda electoral. Pero además Freyre tiene una inquietud extra que es la de superar en sufragio en nuestra ciudad al senador Lisandro Enrico (a pesar de competir en cargos diferentes). De hecho la decisión de impulsar a Germán Mastri como el candidato a senador del sector tiene que ver con esa idea, es que la estrategia es imponer como candidato al actual concejal con el único fin de restarle votos al radical en Venado. Va a ser difícil verlo a Mastri caminando demasiado los pueblos de la región y solo se concentrará en su ciudad.
Además el mandatario necesita refrendar en las urnas su poderío territorial, sobre todo porque a nivel provincial se encamina poder quedar en la historia como el presidente del peronismo provincial que llevó a su partido a quedar de nuevo como tercero.
Enrico
Al final el senador, a pesar de varios amagues, dejó de lado su ambición (su sueño) de competir por la intendencia y prefirió ir por su casi segura reelección en la senaduría departamental.
Enrico y los suyos entendieron que todavía no era el turno de la disputa directa con José Luis Freyre e intentará guarnecerse por un periodo más en la legislatura provincial.
De todos modos estiró lo más que pudo la confirmación de su decisión y “toreó” en varias oportunidades al freyrismo con la idea de ir por el Ejecutivo local. De hecho desde su entorno se encargaron de lanzar una que otra versión al respecto que “ponía los pelos de punta” a los habitantes de la sede de San Martín y Marconi.
Pero el “toreó” no solo fue del lado del senador sino desde el entorno del mandatario local le devolvieron la jugada y días antes del cierre de lista deslizaron la posibilidad que este vaya por la senaduría. Por supuesto dicha versión también les quito transitoriamente el sueño a los enriquistas.
Spinozzi
A pesar que tiene dos años más asegurados en la Cámara Baja nacional, a Spinozzi le pesaba quedar lejos de la escena local. Por ese motivo es que hasta último momento hizo todo lo posible para lograr la ya confirmada alianza (después de muchas idas y vueltas) con el Nuevo Horizonte de Liliana Rostom.
De esta manera el ahora macrista logró sumar a la única de los candidatos a intendente que parece tener alguna posibilidad de por lo menos “no pasar vergüenza” ante Freyre.
Lo cierto que el objetivo de Spinozzi (quien también en alguna entrevista previa amagó con ser candidato a intendente) es no perderles pisada a los otros dos dirigentes. Con Freyre tiene una disputa especial ya que se siente que este lo ninguneo e intento jubilarlo en la política. Solo el rescate del PRO le permitió resucitar. En tanto, Enrico en su momento fue quien lo venció en la contienda electoral y le quitó la senaduría departamental.
La necesidad de ser reconocidos
Lo cierto es que detrás de la próxima elección, más allá de las disputas por los cargos en juego, existe esta otra discusión que tienen que ver con el posicionamiento posterior de los tres dirigentes nombrados y con sus egos personales.
Tanto Freyre, Enrico y Spinozzi esperan ansiosos el día posterior de las elecciones y todos mirarán por el espejo retrovisor como le fue a los otros. La necesidad de “ser reconocidos” (lucha permanente de todo político) y de triunfar sobre “el otro” será un condimento más de las próximas elecciones.