Mauro CamillatoEl problema eléctrico: La tarifa como consecuencia de la precaria concesión y el encubrimiento político

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Por Mauro Camillato

Finalmente, 17 años después, una reducida manifestación de vecinos indignados por al incremento de la tarifa logró que el poder político de la ciudad decida  (aparentemente) “ponerse los pantalones largos” e intentar regularizar de una vez por todas la endeble, precaria y escandalosa concesión de la Cooperativa Eléctrica de nuestra ciudad. Concesión que le permite a la entidad “cooperativa” (palabra bastardeada hasta el hartazgo) hacer lo que quiere ante una silenciada y otras veces cómplice clase política local y también ante  los ojos cerrados de una inmovilizada sociedad venadense que se encargó siempre de refunfuñar en los bares y calles de la ciudad pero muy pocas veces de realizar algo al respecto.

Mientras tanto la “generosa” CEVT le permitió a gran parte de los dirigentes que pasaron y pasan por sus filas tener una, por demás, de cómoda situación económica. En contraste (o consecuentemente) la población venadense paga una de las tarifas más cara del país.

La protesta

Lo cierto es que la manifestación del viernes fue en contra del  anunciado nuevo tarifazo eléctrico que, en realidad, tuvo como origen la desprolija quita de subsidios decidida por el gobierno nacional. Es que en principio era lógico y esperable que dicha quita fuera para los porteños, que pagaban una tarifa irrisoria. Diferente era el caso para el interior. Sin embargo, aunque la medida vaya en sentido inverso, la lógica para el ajuste parece seguir el mismo criterio electoralista del kirchnerismo.

De todos modos aunque la protesta se gestó impulsada por este último aumento, lo cierto es que el descontento con la CEVT es histórico, aunque contenido. Para despertar un poco más los ánimos, mucha influencia tuvo el mensaje que circuló por las redes sociales con los abultados sueldos en blanco (no se incluyeron otros ingresos posibles) que cobra la cúpula de  la Cooperativa y de Luz y Fuerza. Sí se incluyen datos sobre nepotismo imperante, ya que además los dirigentes eléctricos parecen ser muy generosos con sus familiares.

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Pero lo que disparó aún más la indignación de los vecinos fue la lamentable puesta en escena realizada en la sede de la CEVT para anunciar los aumentos. Es que en dicha oportunidad los “eléctricos” invitaron a miembros del Ejecutivo, a concejales y a algunos (solo a algunos) periodistas al edificio de Mitre y Belgrano para informarles de los “obligados” reajustes. De esa manera, teniendo en cuenta que el contrato de concesión les permite realizar las variantes de tarifas sin discutirlo con el poder concedente (el Municipio) lograron dejar pegada a la por demás de maleable clase política que acudió en bloque (¿inocentemente?) a legitimar lo anunciado. Pero en realidad lo que parecía un logro comunicacional en primera instancia para la CEVT fue un grosero error: el nuevo “reacomodamiento”, aunque tenía causales inmediatos en la suba del precio minorista, despertó la bronca contenida de los habitualmente sumisos contribuyentes. De hecho en la protesta no solo hubo manifestaciones en contra de la dirigencia eléctrica sino también contra los políticos acusados de cómplices.

La concesión y su historia

A esta altura no hay duda, más allá que los vecinos reaccionen solo ante este último aumento de tarifas, que el huevo de la gallina (o la serpiente) tiene que ver con el escandaloso contrato de concesión que tiene vigente la CEVT, literalmente hecho a su medida. Es que como dijimos líneas arriba, dicho contrato le permite hacer básicamente lo que quiere, a pesar de ser una empresa (perdón, una cooperativa) prestadora de servicios públicos.

Al respecto es importante rescatar que por supuesto que detrás de todo esto hay una historia que remonta a fines de 1999, cuando a pesar que la CEVT en ese momento ya era cuestionada, se aprobó a las apuradas la ordenanza  Nº 2726 que estipulaba en su principal punto: “Extender la vigencia de la concesión municipal de que goza la Cooperativa Ltda., de Consumo Popular de Electricidad y Servicios Anexos de Venado Tuerto, y cuyo vencimiento operará el 21 de octubre del año 2003, por el término de dieciocho (18) años a contar de dicha fecha (…)”. La excusa en aquel momento para apurar la extensión de la concesión (a pesar que todavía tenía cuatro años por delante) fue que era inminente la privatización de la Empresa Provincial de Energía y que por ende había salvaguardar a la CEVT como entidad supuestamente sin fines de lucro.

También vale la pena rememorar que la votación en el Concejo fue reñida y que casi la totalidad el bloque scottista votó en contra (en aquel momento Roberto Scott y la CEVT/ Luz y Fuerza estaban enfrentados por los intereses políticos del gremio, después se aliaron), a excepción del entonces concejal Alberto Turcato, que culminó acompañando. Esa actitud le valió la salida del bloque oficialista a éste último.

De todos modos, a su vez hay que aclarar que, a pesar que la clase política casi en su totalidad se basa en esta ordenanza para no exigirle (hasta hoy, y esperemos que sea solo hasta hoy) a los Eléctricos sentarse en una mesa para discutir una concesión en serio, en realidad en su segundo artículo sostiene textualmente: “Crear una comisión redactora para la determinación de los términos del nuevo contrato de concesión, que estará integrada por un miembro del Departamento Ejecutivo Municipal, un miembro por cada bloque de Concejales el Concejo Municipal y un miembro de la Cooperativa de Electricidad. Las nuevas comisiones del contrato de concesión deberán ser elaboradas por dicha Comisión, la que deberá expedirse en un plazo de ciento ochenta (180) días”. Me parece que pasaron algo más de 180 días y naranja(se puede ver la ordenanza aquí )

El encubrimiento político y otras yerbas
Esto demuestra que en realidad la dirigencia política local en la mayoría de las veces terminó siendo, cuanto menos, encubridora de la situación y en ningún momento intentó ponerle coto a la discrecionalidad CEVT. La excepción fue la lucha en soledad que dio en alguna oportunidad el ex concejal Roberto Meier, y aquel agrupamiento denominado UNIRSE que tuvo corta vida y solo logró algún obtener un magro maquillaje en los estatutos internos. Lo cierto es que, más preocupada vaya a saber en qué, la sociedad jamás acompañó la movida democratizadora.

En tanto el oficialismo municipal pasó por diferentes etapas. Así, el scottismo primero enfrentó a Luz y Fuerza, principalmente enmarcado en una lucha que más tenía que ver con los intereses del PJ que con los de los venadenses en su totalidad.

Es que el mencionado Gremio (quien es el claro administrador de la CEVT) y personalmente su eterno secretario general, Jorge Viano, tenía sus pretensiones políticas y  basado en el poder que le da la adhesión de una importante masa de trabajadores fue copando diversas instituciones de la ciudad. Así llegó a manejar la mayoría de las vecinales, y varias instituciones intermedias (entre ellas el SAMCO local). La sociedad entretanto, miraba para otro lado.

Eso a Viano lo hizo sentir “todopoderoso” y pensó que con ese dominio logístico se podría alzar con la intendencia. Dicho intento naufragó en el 2007 con el papelón nacional incluido propinado con la distribución de la ominosa tarjeta Evita. (ver nota en Infobae aquí ).

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Posterior a ese intento fallido llegó la firma de la pipa de la paz con el freyrismo (sucesor del scottismo) que habría tenido como condición implícita el corrimiento del gremio de la lucha política a la vez que desde el Municipio se le garantizaba el no inmiscuirse en la generosa concesión de la CEVT. Para la historia quedarán un par de episodios puntuales como aquella vez que el dúo Ricardo Spinozzi-Jorge Lagna encabezaron un intento de presentar una lista para disputar la elección del consejo de Administración de la entidad, y a último momento el propio Roberto Scott les dio la orden de que no lo hagan. Algo similar sucedió después con otros actores, en ese caso el intentó lo encabezó el hoy funcionario municipal, Martín Bonadeo, esta vez quien a último momento le pidió que no realice la presentación fue José Luis Freyre.

En tanto, la otra gran discusión que solo se dio parcialmente tiene que ver con los llamados Servicios Anexos, que tuvieron su “obra cumbre” en el negociado realizado con la famosa compra millonaria de la fibra óptica. Compra que se realizó con los recursos provenientes de la ganancia extraordinaria (aunque legalmente una cooperativa no puede tener ganancias) del pago de la electricidad realizado por todos los venadenses. Pero este es un tema que nos demandaría varias líneas más y que por razones de espacio (no de falta de relación) dejaremos para otro momento.

La posibilidad

En este contexto la demorada decisión del Concejo a pleno (que también sería avalada por la Intendencia) de intentar ahora obligar a la CEVT para que discuta en serio un contrato de concesión es una importante novedad. Porque ese es el verdadero problema, más allá de aumento ocasional de tarifas. Es triste que para tomar cartas en el asunto hayan esperado a escuchar las protestas de los socios (sí, cada persona con un medidor, aunque no entienda muy bien por qué, es socio de la Cooperativa Eléctrica).

Es que un nuevo contrato deberá obligar. entre otras cosas, a la CEVT transparentar sus números para que, finalmente, los vecinos, como verdaderos asociados, tengamos la información concreta que nos permita evaluar si el alto costo que pagamos (comparado con otras localidades) está justificado. Dicho sea de paso, en la página web de la CEVT al único link que no se puede ingresar es el de Memoria y Balance (¿casualidad?). Ver aquí

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Pero además deberá incluir, como ya dijimos, el tema de los servicios anexos y explicarse hasta dónde la entidad puede utilizar los recursos obtenidos por el pago de todos los venadenses por la electricidad en otros “negocios” (perdón, servicios anexos).

La oportunidad de generar al fin algún cambio es ahora. El consenso de la población al respecto es importante, el desprestigio de la CEVT también lo es. Encima nada o poco queda del poder de fuego político que tenía Luz y Fuerza. Solo la pasividad de una sociedad y la falta de control de nuestros representantes posibilitaron tan lamentable situación. 

Párrafo aparte merece la consideración escuchada hasta el hartazgo en distintos momentos que justifica el precio de la luz en el supuesto buen servicio que presta la Cooperativa. La aseveración debería ser inversa, “encima de lo que cobran, lo único que falta es que además ofrezcan un mal servicio”. Y en todo caso la “fama” de buen servicio comenzó solo hace algunos unos años, desde que las grandes ciudades del país sufren la consecuencia de la crisis energética producto de tener un sistema desfinanciado. Pero en nuestra ciudad si bien no padecemos esos grandes cortes, estamos lejos de tener un servicio acorde a la abultada boleta que se paga bimestralmente. Entre otras cuestiones a solucionar, están los procesos de baja tensión que sufren los distintos hogares y la falta de renovación del alumbrado “público”, también en manos de la CEVT.

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