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La casa editorial fundada en Rosario por el venadense Nicolás Manzi llega a T&P Libros con sus últimas producciones.
El Ombú Bonsai nació como una editorial artesanal. Había que sostener al libro como objeto estético integral, permitirle al tacto y la nariz seguir acompañando a la lectura ante un mundo que busca digitalizarlo todo.
Beatriz Vignoli, Osvaldo Aguirre y Roberto Retamoso, entre otros varios autores con historia propia, se sumaron pronto esa defensa de la dimensión artesanal del texto y el proyecto no tuvo nunca que acudir al pedido solidario para sostenerse; se volvió una marca distintiva, demandada por autores y lectores.
El Ombú aún sostiene la producción de libros cortados a guillotina y cosidos con aguja, pero tras el reconocimiento obtenido de parte de Espacio Santafesino se decidió a incorporar en 2012 la impresión en serie. Pudo aumentar entonces el ritmo de publicaciones que empezaban a demandar tiradas más grandes, imposibles de alcanzar a través del trabajo manual. Hay que aclarar sin embargo que el Ombú sigue sostieniendo la producción de libros a mano para muchas de sus tiradas, y no es raro ver a Manzi zurciendo páginas y montando tapas, siempre acompañado por Rafael Carlucci y Rodrigo Castillo –las otras dos cabezas y brazos que componen el Ombú Bonsai–.
Más allá de serialidad de las tiradas más grandes, debe decirse que los nuevos textos logran conservar mucho de la calidez propia de lo artesal, y eso gracias a los dibujos de Sabrina Gullino, diseñadora premiada y amiga de la casa desde su fundación.
Tras comenzar a solucionar las dificultades que tiene toda editorial independiente para extender su distribución, finalmente los libros del Ombú llegan hoy al lector venadense. Ya se consiguen en T&P las últimas ficciones de Federico Ferroggiaro (profesor de Letras en la UNR y segundo en el prestigioso Premio Ciudad de Rosario 2008), Marcelo Britos (primer premio municipal de novela en el certamen Manuel Musto). También llegó Centrojás, novela breve escrita por el mismo Manzi. Aunque cada uno recorre temas diferentes con estilo propio, los tres autores vienen siendo anunciados por la crítica rosarina como una necesitada bocanada de aire fresco para la prosa santafesina.
Sobre los textos que ya llegaron
La niña de mis ojos es el tercer libro de Federico Ferroggiaro, cuya escritura fue descripta como “adictiva” por la escritora y crítica literaria Beatriz Vignoli (Rosario 12). Vignoli se atrevió a decir también que Ferroggiaro demuestra en La niña... “una capacidad de crear universos ficcionales” comparable a la de Onetti en su Santa María.
El último azul de la noche es el cuarto libro de Marcelo Britos. Junta cinco relatos que entrelazan un siglo y medio de heroísmos y desencantos argentinos que se inician con la guerra del Paraguay, la Patagonia trágica, el conflicto bélico de Malvinas, la última dictadura y el menemismo. Britos logra aunar perfectamente ficción e investigación histórica a través de un estilo movido pero aún así cargado de lo que fue descripto como un cierto “lirismo oscuro”
Centrojás es la primera novela de Manzi, más conocido por su experimentación con la escritura en verso. Se ha decidido finalmente a ofrecernos una historia en prosa, ¡bienvenida!. El texto se enuncia desde donde este autor venadense lo hace con más talento: en el cruce de lo popular con lo experimental. Logra un relato que atrapa y entretiene sin subestimar al lector con clisés y esquemas. Durante un solo partido de fútbol se sintetizan épica, pasiones, valores, recuerdos y miserias en las que cualquiera puede reconocerse.
Seguramente lo de Britos, Manzi y Ferroggiaro no será lo último que leamos del Ombú Bonsai, y ya anunció la casa editorial que el año próximo llegarán a Venado presentaciones de textos a cargo de autores y comentaristas.
Fotos: Damián Quaglia