El jefe de Gabinete, Marcos Peña, confirmó que después de las elecciones legislativas del 22 de octubre se viene una batería de aumentos de tarifas de luz, gas y agua.
Los efectos inmediatos se aplicarán en Capital Federal y Gran Buenos Aires, las áreas de jurisdicción nacional, aunque se descuenta que alcancen el resto de los distritos poco después.
Al mismo tiempo, el funcionario más afín a Mauricio Macri tuvo una extraña apreciación: “Tarifazo es una percepción subjetiva”, consideró el funcionario, quien aseguró que los incrementos a aplicarse serán “muchos más bajos que los del año pasado” –debe recordarse sin embargo que, en algunos distritos los aumentos llegaron hasta el 500 por ciento–
Según trascendidos, la batería de aumento alcanzará también al transporte público (en el caso de las grandes ciudades), las naftas, los servicios públicos, la telefonía móvil, el monotributo, los peajes, las prepagas y hasta los cigarrillos.
“Lo que no hay es sorpresa. Lo que hemos planteado es un camino gradual de ordenamiento del sistema tarifario, para lograr que todos los argentinos tengan conexiones de gas y luz”, dijo Peña a radio capitalina La Red.
“Lo que es correcto es que hay una audiencia pública del año pasado que estableció un cronograma que incluye un camino gradual de modificación tarifaria. Eso ya fue anunciado y avisado hace tiempo”, justificó.
Peña aseguró que, a pesar del ajuste tarifario “no hay ninguna posibilidad de un escenario de caída del salario real y de impacto fuerte. El año que viene es de crecimiento y de generación de empleo”.
El nuevo incremento de tarifas fue anticipado por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, quien puntualizó que el ajuste se aplicará entre noviembre y diciembre próximos. “Hacia fin de año se hará una revisión tarifaria (de luz y gas) y todo va a depender de cuál sea el costo de la energía y el valor del tipo de cambio para definir cuál es la magnitud”, había dicho el ex CEO de Shell tiempo atrás.