Un muro de hormigón de 5 metros de alto y 1.300 de largo impide el acceso directo de peatones a la cabecera argentina del puente internacional que une a Posadas con Encarnación (Paraguay), lo que genera disgusto en la población local.
Los automovilistas de esta ciudad tienen que dar un largo rodeo y los caminantes se ven obligados a subir a una suerte de puente aéreo que llega hasta la estación del tren. Ambos servicios (ferrocarril y ómnibus) son explotados por la empresa misionera Don Casimiro.
El muro se construyó bajo el gobierno de Cristina Fernández, cuando eran director ejecutivo de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) Oscar Thomas y ministro de Transporte de la Nación Florencio Randazzo. Hoy en parte está cubierto de yuyos. Se hizo totalmente de hormigón, con una altura de cinco metros y 1.300 metros de largo.
Es de señalar que en diciembre de 2016 asumió la nueva conducción en la EBY, cuyo titular fue designado Humberto Schiavoni, a su vez presidente del Consejo Nacional del PRO. Transcurrido más de un año, todo sigue igual.
Transcurrido el tiempo, nadie sabe los motivos que impulsaron su ejecución a un costo millonario, en un lugar de intenso movimiento como lo es el puente carretero-ferroviario San Roque González de Santa Cruz, que une a Posadas con Encarnación.
Cuando comenzó su ejecución, las redes sociales se hicieron eco de centenares de protestas y hasta llevaron la denuncia a la plataforma Change.org para que los funcionarios provinciales revean la pared que se levantó sobre el acceso sur de esta capital.
“Es horrible para una Costanera a la vera del río, ejemplo de belleza natural. Se levanta en el sector de ingreso más importante de Misiones mientras quedan abiertos y sin control, cientos de puntos fronterizos”, aseguraba la petición que buscaba juntar firmas en la web.
Pese a la movida en la que también intervinieron entidades ambientalistas, diversas ONG y la población en general, nada cambió.
Mala infraestructura urbana
Al ser consultado, el titular del Colegio de Arquitectos local, Javier Bellochio, expresó que “se trata de una mala infraestructura urbana no consensuada, que disminuye el valor inmobiliario de las propiedades y afecta la calidad de vida de la gente que ha perdido la vista al río”.
A su vez, grupos locales autoconvocados, dicen: “mientras autoridades del Mercosur intentan profundizar las relaciones de los países que lo integran, resulta vergonzoso que Yacyretá haya emplazado semejante muro para impedir el paso de estudiantes, turistas, vecinos, comerciantes, tráfico que forma parte de la cultura regional en ambas orillas del Paraná”.