Un informe de la prestigiosa Universidad Nacional de Cuyo reveló que el arroyo Jáchal, que abastece al pueblo sanjuanino del mismo nombre, no solo recibía cianuro: además era utilizado como vertedero cloacal por parte de la mina Veladero de la canadiense Barrick Gold. Lo mismo sucedería con otros causes hídricos. Junto con la materia fecal y la orina se detectaron las peligrosas bacterias que se le asocian, todas potenciales generadoras de enfermedades letales, sobre todo para niños y ancianos.
El gobernador kirchnerista José Luis Gioja amenazó al rector de la mendocina UNCuyo para que el informe no se diera a conocer, pero la universidad lo publicó en su portal digital.
El estudio había sido encargado por el propio intendente de Jáchal, el oficialista Jorge Washington Barifusa, luego de las sospechas de que la mina había vertido cianuro en la principal fuente de agua potable de la zona. Un informe de la propia Universidad Nacional de San Juan realizado después –y silenciado por el gobierno provincial– confirmó la presencia de los mismos elementos. Al conocerse el calamitoso resultado, el propio secretario de gobierno municipal solo dejó las hojas que revelaban la presencia de cianuro, pero arrancó del impreso la parte del la lipadirio “Informe de Análisis Bactereológico”.
Los estudios microbiológicos indican: “hay bacterias muy nocivas y difundidas, como la escherichiacoli, donde se originan los cauces de agua montañosos“. Esto indicaría que los líquidos sanitarios (materia fecal y orina) de los habitantes de la mina Veladero estarían siendo arrojados a los cauces de estos ríos montañosos que se alimentan del deshielo de nieves y glaciares.
La información fue revelada hoy por el periodista sanjuanino Ernesto Simón, en un informe para el diario Perfil. El estudio mendocino había sido acordado por el intendente Jáchal, Jorge Washington Barifusa, con los ciudadanos que se manifestaban indignados en asamblea. Antes, Barifusa había sido abandonado literalmente por los funcionarios provinciales de su propio partido.
Pero además, el resultado detectó metales en dosis por encima de los valores tolerables. Según Simón, esta información encolerizó al Gobierno de San Juan que, según se supo, habría “apretado por teléfono al rector de la universidad, Daniel Ricardo Pizzi” (sic), para que la información no trascendiera públicamente; de lo contrario, se iniciarían acciones judiciales contra la universidad.
Como respuesta a las amenazas mafiosas, el rector ordenó hacer un artículo en base al trabajo encargado y publicarlo en el sitio Unidiversidad.com.ar, que es un diario on line de la UNCuyo. Este supuesto “apriete” del que nadie habla pero que todos conocen, fue mucho antes de que el Gobierno de San Juan decidiera formalmente enviar una carta notarial a la UNCuyo para que rectifique o ratifique los dichos del artículo periodístico publicado y subido a la web. La nota apareció bajo el título “El derrame de la Barrick envenenó el aguade Jáchal”.