PolíticaLa Presidente cuestionó a quienes hacen paro porque “tienen que dar un poquito de su sueldo a otros compañeros”

Compartir esta noticia
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter

La presidenta Cristina Fernández cuestionó al sindicalismo opositor que llevó a cabo un “paro” porque “tienen que dar un poquito de su sueldo para otros compañeros” y aseguró que tiene “más miedo al frío de los corazones de los compañeros que se olvidan de donde vinieron que de los oligarcas”.

No tenemos que enojarnos por los que no piensan como nosotros, me duele mucho mas cuando los que vienen del palo y lograron  ‘pelechar’ un poco, lograron un trabajo más remunerado, se olvidan los que están afuera del trabajo o todavía no ganan lo suficiente“, lamentó la mandataria en cadena nacional durante un acto en el partido bonaerense de La Matanza.

Además, la mandataria minimizó la medida de fuerza y dijo que “si hubiese habido transporte la gente habría ido a trabajar.

Sólo fue una huelga del transporte“, sostuvo la Presidenta y desafió: “He bancado tantas cosas, y esta en especial, me siento con espaldas para bancarla”.

Al fustigar a los sindicalistas, Cristina advirtió que “es peor un corazón endurecido que el de los oligarcas“.

Y pidió “a todos los que lograron subir que se fijen que todavía tengo gente al pie de la escalera a la que tengo que hacerle subir un escalón“.

También afirmó que siente “mucha verguenza” por la actitud del sindicalismo y consideró que “no se trata de reivindicaciones obreras, se trata de oposición“.

Además, dijo sentirse “orgullosa” porque “los asalariados argentinos son los mejores pagos, no solo en términos nominales sino de poder adquisitivo”.

“Creo que todo el mundo tiene derecho a ser opositor pero no ir a presionar a un gobierno“, sostuvo, al tiempo que instó a los gremialistas a “presentarse a elecciones pero no llevar a actitudes que le hacen mucho mal a los trabajadores”.

De este modo, Cristina se metió de lleno en la campaña electoral y afirmó que después de los comiciones generales “vamos a seguir siendo gobierno“.

“El día de mañana cuando no esté en el gobierno”, señaló, tras lo cual corrigió, en alusión a las elecciones de octubre: “Estoy segura de que no va a suceder porque vamos a seguir siendo gobierno”.

En otro tramo de su discurso, Cristina calificó al titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, como un “emblema de los 90” y se preguntó si “alguna entidad le va a hacer unadenuncia por discriminación” luego de que el sindicalista llamara “rusito” al ministro de Economía, Axel Kicillof.

“No hay que confundirse, no hay que confundir jamás, a los trabajadores con algunosdirigente sindicales“, indicó  y puntualizó con un “emblema de los 90, que le dijo –rusito– a nuestro Ministro de Economía por ser judío“, en referencia a Barrionuevo.

En este sentido, expresó estar “esperando si algunas de las entidades van a hacer unadenuncia por discriminación, porque parece mentira que, después de todo lo que pasó el país, haya gante que discrimine, sea al Ministro de Economía o un barrendero”.

La jugada de Cristina
En otra jugada sacada del manual de estrategia kirchnerista, la presidenta Cristina volvió a encontrar la forma de restarle protagonismo al paro general convocado en rechazo al Impuesto a las Ganancias.

El alto acatamiento a la jornada de protesta se daba por descontado desde el momento en que los gremios transportistas habían confirmado su adhesión. Acaso por este motivo, más que poner esfuerzo en tratar de evitar la medida de fuerza o en minimizar su alto nivel deacatamiento, el kirchnerismo prefirió centrar su maniobra en justificar el mantenimientode Ganancias.

La estrategia implicó la conferencia del ministro de Economía, Axel Kicillof, en la cual afirmó que el 11% de los trabajadores registrados están efectivamente alcanzados por este tributoy en la acusación de que si no fuera por la falta de servicio de transporte, la jornada hubiera sido casi normal.

Pero para evitar que los organizadores del paro tengan una victoria política resulta vitalgenerar un hecho político que le dispute el protagonismo mediático a la huelga y que aporte una lectura política sobre el significado de la medida.

La Presidenta se niega a dialogar con los gremios y, sin querer, los empuja hacia la unidad sindical tan temida por el Gobierno.

Lo que comenzó como una huelga del sector de transporte para reclamar por la suba del piso de Ganancias, terminó por convertirse en la cuarta huelga general contra la gestión kirchnerista.

La medida fue convocada inicialmente por colectiveros, camioneros, aeronáuticos y trabajadores de los puertos, y las CGT de Moyano y Barrionuevo no tardaron en sumarse. Tampoco Micheli de la CTA Autónoma. Ni sindicatos cercanos a Balcarce 50, como La Bancaria o Luz y Fuerza.

Es que el impacto del Impuesto a las Ganancias sobre los sueldos afecta a los trabajadores de casi todos los sectores, “amigos” y opositores del Gobierno.

Así lo reconoció un importante aliado de la Rosada, Gerardo Martínez, líder del gremio de la construcción (UOCRA), uno de los sectores más favorecidos por el “modelo k”.

“Es injusto lo que pasa con Ganancias”, reconoció ayer y agregó: “Dentro de los temas pendientes del Gobierno, este es una cuestión importante”.

El secretario general de la CTA oficialista, Hugo Yasky, opinó de manera similar.

Si bien no apoya el paro nacional, este martes reclamó al Gobierno que “se saque las anteojeras y resuelva el problema” de este impuesto.

Pidió que “convoque a las centrales y plantee el escenario para ver la posibilidad de cómo salir de ésto”.

No obstante, en declaraciones a FM Nacional Rock, Yasky criticó el paro que se lleva adelante este martes.

“Es un paro injusto, porque invierte la lógica histórica de la lucha del movimiento obrero en la Argentina, que tuvo como principal motivo la necesidad de los que están peor, los que están más abajo en la escala salarial”, comentó.

Fuente: Iprofesional

https://www.venado24.com.ar/archivos24/uploads/2019/07/ESTEVEZ-BANNER-WEB-OKEY.gif