En las últimas horas Sergio Maldonado, hermano de Santiago, el joven platense que desapareció en medio de incidentes el martes pasado cuando la Gendarmería Nacional desalojó una protesta de una comunidad mapuche en la localidad chubutense de Cushamen, escribió una emotiva carta en la que convocó a acompañar en la búsqueda a él y a su familia.
“No vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños”, describió en la misiva Sergio, que reclamó además a la Justicia haber comenzado la búsqueda 84 horas después de la desaparición.
Además, aclaró que su hermano “no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios”, aunque remarcó que siempre estaba “dispuesto a colaborar con distintas causas”.
Sobre el día de su desaparición en el marco del desalojo en el que se exigía la liberación del dirigente mapuche Facundo Jones Huala, Sergio describió: “Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta. No sabemos nada más”, apuntando a la fuerza nacional a la que acusa en su carta de haber realizado “un desalojo violento” en la comunidad Lof de Cushamen.
“Sólo para eso escribo estas líneas, para pedirles con este grito desesperado que, por favor, nos acompañen en cada ruta, en cada plaza, en cada avenida: tiene que aparecer mi hermano. Y tiene que aparecer con vida.”, finaliza el mensaje.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, aseguró este domingo que el Gobierno nacional sigue con “preocupación y ocupación” la búsqueda de Maldonado.
“El gobierno, a través del Ministerio de Seguridad, está habilitando todos los sistemas de búsqueda para hallarlo”, sostuvo el funcionario al ser consultado por radio El Mundo sobre la situación.
“Ayer intercambiamos información con el CELS sobre esto. Esperamos que haya una pronta respuesta para saber qué pasó con esta persona”, agregó. El Centro de Estudos Legales y Sociales presentó días atrás un reclamo ante la justicia para determinar qué ocurrió respecto de la desaparición del joven.
Por su parte la primera candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires por Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner, compartió en redes sociales haber dialogado con Sergio Maldonado y Andrea, su mujer.
La ex presidenta opinó a través de la publicación que “el Gobierno Nacional de quien depende Gendarmería, tiene la obligación de informar donde está Santiago y la responsabilidad de su aparición”, antes de subrayar en sintonía con el hermano del joven: “Santiago debe aparecer. Y debe aparecer con vida.”.
“TIENE QUE APARECER”
* Por Sergio Maldonado, hermano de Santiago, desaparecido en democracia.
Hace casi una semana, tras la represión a los manifestantes en la comunidad Lof de Cushamen, la vida de toda mi familia cambió por completo: no vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños… Y Santiago.
De visita en Chubut, se había quedado a dormir en el acampe para expresar su apoyo a los mapuches, que estaban exigiendo la liberación de su dirigente Facundo Jones Huala, preso político. Pero no, rectificando algo que muchos medios informaron, mi hermano no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios, aunque siempre se muestre dispuesto a colaborar con distintas causas, frente a la ausencia del Estado. O sus abruptas irrupciones. Pues el martes, cuando la Gendarmería Nacional detonó un desalojo violento, muchas familias se resguardaron detrás de unos sauces, al costado del río que cruza los Andes. Allí, algunos intentaron salvarse de las balas, cruzando ese caudal de agua, entre la dificultad de las ramas. Santi no cruzó. Y el rastrillaje de la Prefectura ya lo confirmó.
Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta.
No sabemos nada más.
El viernes presentamos un hábeas corpus en Bariloche, Esquel y El Bolsón. Recién entonces, el juez Otranto empezó la búsqueda, después de 84 horas sin hacer nada de nada. Y sí, se pueden lavar las manos diciendo que no se lo han llevado, pero la Gendarmería será responsable de lo que haya pasado. Santiago no se perdió, ni se esfumó por arte de magia. No se trata de una persona extraviada. Se trata de una desaparición forzada. Pero no vamos a esperarlo de brazos cruzados. Mañana, desde todos los rincones del país, marcharemos para exigir que nos digan dónde está, mientras lo buscamos nosotros mismos, sin descansar ni un minuto. Sólo para eso escribo estas líneas, para pedirles con este grito desesperado que, por favor, nos acompañen en cada ruta, en cada plaza, en cada avenida: tiene que aparecer mi hermano.
Y tiene que aparecer con vida.