Terminó en un escándalo la exposición de Luis Caputo ante diputados y senadores. En medio de una álgida sesión, con duras acusaciones al Ministro de Finanzas por haber ocultado la titularidad de cuentas en paraísos fiscales, un asesor del funcionario le acercó un inesperado “mensajito” escrito en un papel a la diputada kirchnerista Gabriela Cerruti previo a su turno de preguntas. “Mis hijas tienen 11 y 13 años. No seas tan mala” fue el texto de puño y letra acompañado de un emoticón de sonrisita.
Iban ya más de cuatro horas de exposición en el Salón de las Provincias del Senado, tras recibir el mensaje del funcionario, Cerruti se paró y reaccionó enardecida pidiendo explicaciones al ministro. La diputada juró luego que el papelito -que exhibió ante las cámaras largamente- le llegó directo de manos de un secretario del ministro.
Tras el escándalo, y en medio de un verdadero tumulto Caputo pidió levantar la sesión al presidente de la Comisión y se retiró subrepticiamente (“yo ya estoy muerto, vamos” se lo escuchó murmurar a sus asesores instantes antes”). Poco después, ya fuera del Congreso, se excusó: “Reaccioné como padre y no como funcionario público, pido disculpas”
Antes, Cerruti había acusado de “misógino” a Caputo por mandarle ese mensaje: “hacen lo que quieren, como en un tercer tiempo de rugby”, dijo la diputada kirchnerista. La diputada también lo acusó ante sus pares y las cámaras de ser un “testaferro”.
El jefe de la bancada kirchenrista en Diputados se sumó a la indignación de Cerruti y le reprochó la “sonrisa irónica” al ministro ante el reproche.
El desenlace tuvo apenas segundos. El presidente de la comisión, el senador peronista formoseño Jose Mayans, afirmó: “¡Si no hay orden, levanto!”. Aludió brevemente a un “compromiso” (del ministro en otro lugar), y ante un gesto ostensible de Caputo para irse, se levantaron y se fueron, semicustodiados por personal de protocolo. En el salón empezaba el griterío.
