La captura de uno de los autores intelectuales del Triple Crimen (el otro sería un alto ex funcionario kirchnerista) a pocos días de la detención del rocambolesca del rocambolesco José López fortalece la construcción de discursiva del Macrismo, en el marco del asimétrico y brutal ajuste del primer semestre de gobierno. No es para menos: ambos capturados son emergentes de lo peor de la década pasada.
Detrás de ambas detenciones aparece la estela de la nunca reformada ex SIDE, actual Agencia Federal de Inteligencia, a la que habrían vueltos los viejos espías, como Antonio “Jaime” Stiuso, uno de los sospechosos de producir la muerte del Alberto Nisman.
Hoy, a pocos minutos de la detención en Foz de Iguazú de Ibar Pérez Corradi, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich se mostró eufórica y celebratoria, y adelantó:
“Si Pérez Corradi tiene para aportar hacia arriba esperamos que lo haga. La ley del arrepentido depende de la persona y de la Justicia, porque este tipo de causa tiene que ver con el narcotráfico. Si puede apuntar hacia arriba esperemos que lo haga”.
En una conferencia de prensa que la encontró franqueada por Eugenio Burzaco, secretario de Seguridad nacional, y por Gerardo Milman, secretario de seguridad interior.
Bulrich reveló detalles de la detención de ex financista de campaña K, a la vez que confirmó que se está avanzando en su extradición, que ahora se encuentra en Asunción, para que pueda venir a la Argentina y “aportar datos valiosos a la Argentina”.
Bullrich detalló que Pérez Corradi “fue sorprendido en su departamento de Foz de Iguazú (Brasil)”. “Pagó US$50.000 por un raspaje de las huellas digitales. Estaba viviendo con un nombre distinto, creo que Álvaro Molina. Había bastantes indicios de su decisión de vivir en la clandestinidad. Creemos que su intención no era entregarse”, reveló la ministra intentando descartar versiones que hablan de una entrega consensuada.
Bullrich destacó que la detención se pudo dar con el trabajo conjunto de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), de su ministerios y con la colaboración del gobierno de Paraguay, además de la ayuda que se prestó desde Brasil, país en el que fue apresado uno de los prófugos más buscados por Interpol.
“Trabajamos junto a la AFI en una tarea profesional, dejando de lado lo que ha sido la historia de la SIDE, pasando del espionaje interno hacia la investigación del crimen organizado.) Gustavo Arribas y Silvia Majdalani han hecho un trabajo enorme en colaboración con el gobierno de Paraguay y Brasil”, dijo Bulrrich. Agregó que las autoridades paraguayas “tenían la decisión política de cambiar lo que había que cambiar para llegar a esta detención”. Arribas es un manager futbolístico sospechado de lavado de dinero, y Majdalani una ex diputada menemista de fuertes conexiones con espías y ex espías más “pesados” de la ex SIDE, a los que habría restituido pleno poder.
