Las diferencias entre Alfonsín y el ahora victorioso gobernador santafesino podrían están llegando a un punto de no retorno, luego de que se dejó trascender desde el socialismo que el gobernador santafesino podría competir por la presidencia sin la UCR (desde el socialismo nadie habló públicamente, pero lo cierto es que aparecieron afiches con la leyenda “Binner 2011”, y algún que otro cotillón en el festejo por la victoria de Bonfatti).
La excusa sería la eventual alianza radical con Francisco De Narváez en el territorio bonaerense. De hecho ayer el flamante candidato a gobernador por el Frente Progresista, Antonio Bonfatti, volvió a repetir que la alianza con De Narváez “era el límite” para un acuerdo. Lo mismo hizo por su parte el también victorioso intendente rosarino,
Miguel Lifschitz, quien sin embargo puso paños fríos
.
Los radicales protestaron por los trascendidos socialistas, y amenzan con dar por cerradas las negociaciones. Claro que todo podría deberse a una maniobra para presionar al binnerismo, que si bien está envalentonado con la plebicitación del domingo pasado, no contaría con estructura y recursos financieros suficentes para encarar una elección nacional.
Lo cierto es que en desde Santa Fe, el derrotado precandidato radical Barletta advirtió al PS que "sin la UCR no hay triuno en la provincia" en las elecciones generales del 24 de julio.
Según voceros radicales, la UCR esperó con paciencia el resultado de la interna santafesina antes de entablar conversaciones firmes, ya que públicamente el dirigente santafesino había dicho que “no sería ético presentarse en las presidenciales si no se revalidan los títulos en el territorio”. Lo cierto es que esta posición de Binner permitía disimular el núcleo del desacuerdo básico, que tenía que ver con el reparto del poder a partir del armado de una fórmula conjunta y con la conveniencia o no de la misma (esto último cabe solo para los binneristas, ya que para los radicales siempre quedó claro que el nombre de Binner era un capital que no querían desaprovechar).
Según informa el diario Perfil, en off the record el alfonsinismo da por descartada la unión con Binner.Para otros medios, la posición más dura viene del lado del presidente del partido, el jefe del bloque de senadores radicales, Gerardo Morales, quien dijo que los trascendidos binneristas sobre la negativa a aceptar a De Narváez “son toda una definición”, ya que para la UCR la alianza con el bonaerense "es prioritaria". “No estamos atados a una fórmula con el socialismo”, concluyó Morales.
Ricardo Alfonsín en cambio fue más mesurado. Aunque, luego de reunirse con la cúpula de la UIA, se mostró sorprendido con los trascendidos socialistas.
“Estamos esperando un pronunciamiento del socialismo, porque somos la prioridad para ellos, así como ellos son la prioridad para nosotros. La alianza entre la UCR y el Partido Socialista es prioritaria", consideró el candidato del radicalismo.
Aunque luego espetó a modo de chicana que "por ahí (los socialistas) han dejado de considerar prioritaria la participación en ese frente", añadiendo que ahora "hay que ver si después de las elecciones de Santa Fe los socialistas siguen pensando lo mismo".
Crónica de una.. ¿alianza?
Al menos públicamente, la cuestión del orden en la lista había dejado de ser un factor de discordia para un eventual acuerdo, ya que ante las cavilaciones del mandatario santafesino, Alfonsín había admitido en su momento que estaba dispuesto a negociar el orden de la posible fórmula, pudiendo dejar al socialista primero (la invitación inicial sólo era para que Binner se integrara como vicepresidente).
La realidad es que además de la cuestión del orden en la fórmula, el gobernador santafesino estaba especulando no muy discretamente con la posibilidad de una alianza progresista que excluyera a la UCR (hubo incluso un encuentro rosarino entre aquél, Juez y Stolbizer).
Los alfonsinistas sin embargo no se quedaron relegados con el tema de las alianzas, a partir de la oferta pública que se le hizo a De Narváez, aunque esto nunca implicó la exclusión de Binner, sino en todo caso la supuesta aceptación de éste de tragarse un “sapo ideológico”. La eventual molestia que podría ocasionarle a Binner el pacto con alguien con un perfil más orientado hacia el conservadurismo es incomprobable, ya que los radicales afirman en off que Binner les había dado la bendición para el acuerdo, si este se circunscribía sólo a la geografía bonaerense.
Lo cierto es que éste nunca admitió en público estar abierto a ese acuerdo, aunque –fiel a su estilo- no fue enfático en su negativa. No obstante eso, todos los juegos discursivos era factibles para el santafesino, considerando que había proyectado hacia delante todo tipo de decisión definitiva.
Ese tiempo de espera llegó a su fin, y es por eso que ahora explotan públicamente las diferencias.
Fuente: Agencia DyN, Diario Perfil
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