Con un dólar paralelo indetenible, un freno casi total del ingreso de divisas al país y un Banco Central que ya perdió U$S 1000 millones tratando de frenar el alza desde el fallo del juez Thomas Griesa, el Gobierno intenta detenerlo con medidas para-económicas. Una táctica que suele generar los efectos inversos en un país acostumbrado a escapar al cambiante humor oficial.
Mediante una modificación la ley penal cambiaria, el Gobierno nacional analiza detener las ventas ilegales con operativos de Gendarmería y la AFIP sobre las “cuevas” de cambio. Tras el cambio normativo, las fuerzas nacionales ya no necesitarían de la engorrosa autorización burocrático-judicial que se demanda hasta a la fecha.
El objetivo, según publicó el diario capitalino La Nación, sería cambiar la tipificación del tipo de transacciones para transformarlas en delitos más simples, de nivel correccional. Este aparente alivianamiento de la carga penal, lejos de atenuar la persecución sobre las transacciones ilegales, las facilitaría. A partir de las modificaciones, las fuerzas públicas puedan actuar ante la evidencia de operaciones cambiarias irregulares, sin necesidad de aguardar la autorización previa de los organismos públicos que actualmente son los encargados de ordenar los procedimientos.
La iniciativa gubernamental fue confirmada por el jefe de la Procuraduría Adjunta de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), Carlos Gonella, quien evitó ahondar en detalles hasta que el proyecto de ley no sea presentado.
En un plenario realizado a fines de agosto entre fiscales y jueces del fuero en lo penal económico, Gonella calificó la actual ley como “vetusta”, porque pone en cabeza de la investigación del comercio ilegal de divisas al Banco Central (BCRA) y le concede discrecionalidad, añadió el matutino.
Los fiscales tienen firmes sospechas de “connivencia” entre los grandes operadores de este negocio y los funcionarios que deberían combatirlos. Y sus miradas apuntan a personal del BCRA y a miembros de la Policía Federal. “En muchos casos, llegamos al local, la oficina o el departamento en que tenemos detectado movimiento extraño y nos encontramos con policías avocados a su custodia”, relataron al matutino.