Tras el pedido informal para el eliminar el nombre Néstor Kirchner del actual centro cultural ubicado en el ex edificio del Correo en Buenos Aires (que tuvo como principal vocero al titular del Sistema Federal de Medios Públicos Hernán Lombardi) ahora el gobierno elaboró un proyecto de ley más ambicioso: prohibirá que cualquier espacio público lleve el nombre de personas y dirigentes hasta que no hayan transcurrido 20 años de su fallecimiento.
La medida será de carácter retroactivo y tendría como principal objetivo “deskirchnerizar” los espacios públicos, admiten desde el propio oficialismo, lo hacen con ciertos barnices republicanos pero de manera explícita (ver debajo declaraciones de Lombardi). De prosperar la medida no sólo podría cambiar el nombre del centro que funciona en el ex edificio de Correos, sino que la “batalla cultural” podría alcanzar a varias decenas de edificios, calles, hospitales que se llaman “Néstor Kirchner”.
También sucedería lo mismo con los espacios públicos que lleven el nombre de otro ex presidente: Raúl Alfonsín, aunque el fallecido dirigente radical no es uno de los blancos buscados por Cambiemos. “Hay que esperar por lo menos 20 o 30 años para analizar a quiénes homenajeamos”, expresó hoy Lombardi sobre el tema. Consultado acerca de si el proyecto de ley no podía ser interpretado como revanchista, señaló: “No es el objetivo de la ley, en su momento se prohibió en la Argentina el nombre de Perón, y eso no hizo más que alimentar el mito”, dijo. Y agregó: “No hay que ir sobre un nombre propio, sino cambiar las prácticas para mejorar la República”.
El proyecto
La medida es impulsada por Lombardi, y funcionarios de la Jefatura de Gabinete, dependencia que encabeza el también vocero presidencial, Marcos Peña propone crear “una comisión bicameral para la Denominación de Bienes y Espacios Públicos” cuya función sea “dictaminar en todos los proyectos de ley referidos a la imposición de nombres o denominaciones a bienes muebles e inmuebles del Estado, vías de circulación, obras, monumentos, y entidades en general”.
Lo cierto es que son varios los legisladores anti-kirchneristas que vienen presentado iniciativas espontáneas para bautizar lugares y espacios públicos, que se multiplican y apilan en distintas comisiones del Congreso. Desde el macrismo ahora se pretende crear un cuerpo de diputados y senadores de distintos bloques que ordene esa materia El proyecto ya pasó de los despachos del Poder Ejecutivo al bloque de Cambiemos en Diputados y empezó a circular entre varios bloques, en busca de consenso. El encargado de buscar apoyos es el jefe del bloque de Pro en Diputados, Nicolás Massot, que tiene la misión de cosechar aliados para contrapesar al kirchnerismo que seguramente tendrá fuertes reparos.
En este marco, hoy el titular del Sistema de Medios públicos afirmó a través de los medios capitalinos que, de prosperar, la ley podría ser aplicada a partir del 2017: “Es parte del objetivo central sacar una ley que pueda cambiar el nombre del ex Palacio de Correo. No debe llamarse Néstor Kirchner”, sostuvo, en alusión al CCK. “En un populismo del cual estamos tratando de salir todos los argentinos, los valores simbólicos son muy importantes. En el CCK todavía hay placas con el nombre de José Lopez“, reveló en relación al detenido ex secretario de Obras Públicas.
Respecto al argumento en contra de la ley que la relaciona con las leyes de proscripción emitidas por la llamada “Revolución Libertadora” que derrocó al presidente Perón en 1955, el Secretario señaló: “Estamos muy lejos de ese pensamiento, buscamos que todos estemos incluidos, pero no podemos dejar de señalar esta deformación demagógica y populista de los últimos años”. “Con el proyecto queremos inducir al cambio cultural para una vida más republicana”, concluyó.
