PolíticaDenuncian que la Cobertura Universal de Salud del Gobierno oculta una “mercantilización del sistema”

Tomás Lüders05/10/2017
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Con el nuevo sistema, ya no cualquiera podrá tener acceso a un hospital, sino que debe estar registrado para poder hacerlo, también se limita el número de prestaciones que puede recibir cada paciente. Además se disminuirán las prestaciones del Programa Médico Obligatorio.

Uno de los más elocuentes críticos a la reforma que intenta implementar el gobierno nacional es Antonio Bonfatti, el ex gobernador santafesino fue uno de los principales responsables del sistema de salud implementado por el socialismo en Rosario a partir del primer gobierno de Hermes Binner y que, parcialmente, se ha llevado al resto de la provincia.

El actual jefe de la bancada socialista en la cámara de diputados sostuvo que la implementación del CUS es un proyecto que ya se intenta aplicar para beneficiar solo a los prestadores privados y grandes empresas farmacéuticas, “en Santa Fe la salud pública la brinda el estado y los medicamentos son producidos por la provincia” destacó, afirmando que de esta manera el sistema es más eficiente y menos oneroso tanto para el propio estado como para el contribuyente.

En términos generales, el CUS es un seguro que tendrá aquel que no pueda afrontar gastos en salud ni tenga una obra social. Para promocionar este modelo, el mismo presidente Mauricio Macri señaló que “se incorporan 15 millones de personas que no pueden acceder al sistema solidario de obras sociales, ni al privado”. El dato obviado es que esas personas ya tienen a su disposición los hospitales públicos, por lo que la cobertura en salud ya es universal. La calidad de la atención, claro, varía de acuerdo a cada distrito.

El sistema sin embargo no ampliará el financiamiento de la Salud para abastecer a los hospitales públicos con personal, tecnología, insumos y medicamentos, sino que lo se hace es transferir una suma importante de dinero al sistema privado, precarizando al máximo la atención sanitaria.

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Implicancias

Con esta cobertura, ya no cualquiera podrá tener acceso a un hospital, sino que debe estar registrado para poder hacerlo. Esto implica que aquel que necesite atención sanitaria tendrá un límite de “acceso”, lo cual es radicalmente opuesto a lo que se considera “universalidad” en términos de sistemas sanitarios. Y podrá utilizar solo la “canasta básica” que el Estado brinde.

En el caso de que las necesidades médicas están por fuera de lo que el decreto dice que es responsabilidad del Estado, se deberá recurrir al sector privado. Cabe aclarar que no hay especificidad sobre qué brindara y qué no y cuál es esa “canasta básica de prestaciones”, pero sí implica restricciones, ya que la financiación por paciente es muy baja y con el término “básica” podemos suponer que aquello que débilmente el Estado ofrece como alta complejidad iría desapareciendo paulatinamente.

En este marco, otra de las voces disidentes que se pronunciaron en contra de este decreto es Daniel Gollan, ex ministro de Salud de la Nación, quien señaló que “esto se ha instrumentado en varios países y lo que genera es que toda la población pasa a tener un límite en la cantidad de prestaciones que va a recibir dentro del hospital“. Agregó además que esto quiere decir que “va a haber cosas que hoy no pagamos, que están cubiertas por el Programa Médico Obligatorio o que el hospital público no le pone un tope, se comenzarán a pagar”.

También se expresó sobre el tema Guillermo Pacagnini, secretario general de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (Cicop) argumentando que “estos son los primeros pasos para montar un sistema de identificación de pacientes, un verdadero carnet electrónico de pobreza”. Señaló además que “con la llamada CUS, el Gobierno pretende seguir reduciendo el presupuesto y sustituir el sistema universal financiado por el Estado, reemplazándolo por un seguro para pobres y propiciando el arancelamiento y la tercerización de servicios”. Desde la CTA piensan impulsar jornadas de debate y una movilización para el mes de noviembre en contra de la CUS.

 

Foto 2: El gobernador mendicino, Alfredo Cornejo, dando inicio al CUS en Mendoza, en donde se ha puesto en marcha el mismo a modo de “prueba piloto”

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