Oscar Parrilli sostuvo que fue provocado por el jefe de seguridad policial mientras participaba de la pequeña manifestación de apoyo a la ex mandataria que se convocó frente al edificio porteño del fuero federal en Comodoro Py al 2002. El ex secretario presidencial y ex titular de la AFI afirmó que las imputaciones sobre la ex mandataria obedecen a razones políticas: “se les está cayendo el país y necesitan una pantalla”.
La ex presidenta ingresó pasadas las 9 por una puerta lateral del edificio, bajo un fuerte operativo de seguridad. Menos de 20 minutos después salía del edificio. Solo dejó un escrito ante el juez Claudio Bonadio.
Por este expediente también fueron convocados ayer los hijos de la ex jefa del Estado, quienes declararon por escrito.
Los efectivos de las fuerzas de seguridad se ubicaron en los alrededores y en el interior del edificio. Todos los accesos están custodiados y el ingreso al público está vedado. Desde temprano un grupo de militantes -Luis D’Elía se ubicó a metros del ingreso a Comodoro Py- aguarda la llegada de Cristina Kirchner.
Ayer, mientras Máximo y Florencia Kirchner dejaban sus escritos ante Bonadio, integrantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora montaron un operativo de seguridad paralelo al de Gendarmería para controlar el acceso a los tribunales.
La ex presidenta y sus hijos están acusados en esta causa de asociación ilícita, cohecho, lavado de dinero e incompatibilidades con la función pública, vinculados a la causa Los Sauces.
Bonadio los indagó como dueños de la firma Los Sauces, cuyos inmuebles fueron alquilados a los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López , contratistas o beneficiarios del Estado.
Los hijos del matrimonio Kirchner quedaron involucrados en Los Sauces una vez que Néstor falleció. Originalmente, la sociedad era del matrimonio y Máximo sólo tenía una pequeña parte de las acciones. Tras la muerte del ex presidente, las acciones se repartieron entre los tres herederos y entonces se sumó Florencia.
Según el juez, la acusación es por haber integrado una organización que recibió dinero como contraprestación por el otorgamiento de obra pública, licencias de juego u otros beneficios. Ese dinero se “procesaba” a través de contratos de alquiler mediante la sociedad Los Sauces para darle un origen, en apariencia, lícito.
Con esta última ronda de declaraciones, Bonadio deberá decidir si procesa a la familia Kirchner o no. Se espera que tome esa decisión en los próximos días.
