PolíticaCristina Kirchner declara hoy ante el juez Bonadio y pidió a la militancia que no se movilice

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La expresidenta y actual senadora nacional, Cristina Kirchner,  está citada a prestar declaración indagatoria en el marco del “cuadernogate”, el escándalo de las supuestas coimas que empresas contratistas del Estado habrían pagado a funcionarios de la gestión anterior.

El domingo, través de su cuenta en Twitter, la exmandataria pidió a la militancia que no se movilice hasta Comodoro Py para respaldarla.

Si bien pidió que no la acompañen, en otro de sus mensajes CFK reclamó que “el esfuerzo y la energía” sean destinados para ayudar a quienes están en una mala situación por el gobierno actual.

El juez federal Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli apuntan a la exmandataria como la jefa de esa asociación ilícita que supuestamente recaudaba dinero negro.

En el marco de la pesquisa, una decena de empresarios fue imputado y detenido. Poco a poco, los ejecutivos comenzaron a declarar, acogiéndose a la figura del arrepentido, que se incluyó para casos de corrupción en noviembre de 2016.

En sus testimonios, los imputados colaboradores -integrantes de Isolux, Iecsa y Techint, entre otras firmas- a cambio de su libertad decidieron hablar. Hasta el momento es unánime la postura de sostener que no fueron coimas sino aportes en negro para la campaña kirchnerista, que entregaron bajo extorsión.

No es azarosa la declaración de los arrepentidos. Se presentan como víctimas y se desligan de cualquier delito grave, como sería el pago de sobornos para ganar una licitación, por ejemplo. En ese caso, quien paga el soborno y quien lo recibe están en pie de igualdad para el Código Penal (cohecho activo y cohecho pasivo). Mientras que un aporte en negro para una campaña es apenas “un aporte ilicito” cuya pena máxima es de 3 años de prisión.

Además de los ejecutivos también declararon exfuncionarios de la administración kirchnerista. Entre ellos, se destaca el ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien el 9 de agosto reconoció haber recibido dinero en negro de empresas para financiar la campaña electoral de 2013. Según los cuadernos del chofer Oscar Centeno, Abal Medina recibió el 5 de septiembre de 2013 dinero que había sido entregado por el empresario Juan Carlos de Goycoechea, ex directivo de Isolux.

Con su testimonio podría complicar a Cristina.

En su declaración, Abal Medina señaló a Baratta como el responsable de la recolección del dinero entregado. “Siempre entendí que dichos aportes de privados eran voluntarios y de ninguna manera exigidos bajo coerción”, declaró. Además, señaló desconocer quiénes eran los aportantes y negó cualquier vínculo con ellos.

Un día antes de Abal Medina quien desfiló por los tribunales federales de Comodoro Py fue el ex secretario de la Presidencia y ex titular de la AFI, Oscar Parrilli. El exfuncionario se negó a declarar y presentó un escrito deslegitimando la pesquisa judicial. También hizo una nueva recusación de Bonadio, porque dice que mantiene con él “una vieja enemistad desde hace mucho tiempo, cuando su militancia en el menemismo”, sostuvo Parrilli. “Como no está resuelto ni firme el juez (al frente de la investigación), he presentado un escrito en el que he negado todos los hechos que se me imputan”.

Consultado sobre el contenido de los cuadernos de Centeno, Parrilli dijo que “todo es un invento, algo armado”.

Ante este escenario, Cristina tiene tres posibilidades:

1) Replicar la estrategia de Parrilli: es decir, presentar un escrito y retirarse.

2) Decidir prestar la declaración indagatoria de forma oral y aceptar preguntas.

3) No presentarse en los tribunales de Retiro.

A la luz de sus antiguas estrategias y a la que están llevando los dirigentes que la rodean, como Parrilli, se estima que presentará un escrito rechazando los cargos en su contra y se irá.

Como es senadora, CFK tiene fueros por lo que no puede quedar detenida.

Bonadio ya había solicitado su desafuero y detención en la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán, en 2017, pero no logró que el Senado acompañe su solicitud. Y había sido el primero en citarla a indagatoria apenas asumió como senadora. Fue por la causa del dólar futuro. El 13 de abril de 2016, la expresidenta transformó su visita a Comodoro Py en un gran acto político.

Todo indica que en este caso Bonadio volverá a chocar con los fueros de Cristina. El jefe de la bancada peronista en la Cámara Alta, Miguel Ángel Pichetto, el espacio del que depende el desafuero por la cantidad de votos que aporta, ya anunció públicamente que no iban a prestar su conformidad para quitarle su inmunidad parlamentaria a la expresidenta. El debate, en todo caso, es si habilitan o no un allanamiento a sus domicilios, tal como requirió Bonadio. Esa medida estaba pautada para ser debatida en el recinto el 9 de agosto y se postergó para el 15 de agosto.

La bancada encabezada por el rionegrino planteó aquel jueves que los fundamentos del requerimiento del juez para avanzar con los procedimientos llegaron al Senado sobre la hora y que además no era “prudente” dar a conocer el auto cuando el expediente tiene secreto de sumario.

Lo cierto es que la decisión divide aguas en el PJ y muchos senadores no levantarían sus manos para impulsar el allanamiento.  Reflejo de ese estado de relaciones fue la sesión especial en que se trató el tema: estuvo a punto de levantarse por falta de quórum.

No obstante, al oficialismo y sus aliados le alcanzarían los votos para avalar los allanamientos. Pichetto es uno de los pocos legisladores peronistas que apoya el pedido judicial.

Según las anotaciones de los cuadernos de Centeno, publicados por el diario La Nación y cuyas copias fueron aportadas a la Justicia, se hace referencia al departamento de la expresidenta como presunto lugar de recepción de los bolsos con dinero.

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