PolíticaCarrera al 2015: Massa exhibió su “shadow cabinet”

Tomás Lüders15/08/2014
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Con el ex ministro Roberto Lavagna a la cabeza, Sergio Massa exhibio su “gabinete en las sombras”. La expresión es una traducción de la expresión estadounidense utilizada para referirse a los eventuales gabinetes ministeriales de quienes son candidatos presidenciales.

Yrigoyen+Perón+Frondizi
“Voy a pedir que cierren los ojos y se imaginen en el patio de nuestra querida escuela pública, donde hay un mástil esperando para que alguien ice la bandera”, pidió Lavagna, anoche, cuando cerraba el discurso inaugural de la Escuela de Gobierno del Frente Renovador. El giro inusual e intimista del ex ministro de Economía sorprendió al público reunido en Parque Norte, pero no tanto como el remate proselitista que le siguió: “¡Invito a Sergio Massa a hacerse cargo e izar esa bandera!”.

Con ese mismo tono proselitista se lanzó ayer ayer la escuela Yrigoyen + Perón + Frondizi, o YPF, donde el massismo espera formar a 1300 cuadros para la gestión pública municipal, provincial y nacional. Según Massa, para “dejar en el pasado a aquellos que toman por asalto el poder y luego alquilan equipos de gobierno“. La expresión fue una crítica apenas velada al gobernador bonaerense, Daniel Scioli, a quien tanto Massa y Lavagna acusan de “alquilar” los servicios de economistas, en lugar de formar un equipo propio.

El resto de la noche sumó más críticas al gobernador bonaerense, nota destacable en un encuentro que se enfocó más en el carácter académico que político de la escuela, que abrirá sus puertas para los primeros 60 alumnos el próximo martes con una clase sobre derechos humanos, a cargo de Graciela Fernández Meijide.

Los alumnos pasarán por 20 cursos fijos, más cinco clases sobre “casos de gestión exitosos”. Lavagna dará uno de esos cursos, sobre su experiencia en la reestructuración de la deuda de 2005.

“Los buenos gobernantes estudian”, dijo el economista al comenzar su presentación, del mismo modo que minutos antes lo había hecho el ex senador frepasista Pedro Del Piero, otro de los directivos de la escuela, junto con los economistas Miguel Peirano, Martín Redrado y Marco Lavagna y el rector de la Universidad de Lomas de Zamora, Diego Molea.

Tras comparar la evolución del PBI argentino y norteamericano en el último siglo, Lavagna comenzó a politizar su discurso. Era el rol que el massismo deseaba.

El ex ministro criticó a quienes se creen “dueños de la verdad”, ocultan información y “subadministran” el país, pero afirmó también que, pese a la coyuntura, todos los sectores de la economía pueden crecer. “Pero no basta con poder, querer o saber cómo. Nos debemos un proceso de cambio”, cerró, para darle la palabra a Massa.

Detrás del escenario se habían montado dos gigantografías con los rostros de Lavagna y Massa, una fórmula a la que más de un renovador le pondría hoy la firma.

Sucede que como asesor “estrella”, director de la escuela, candidato porteño o compañero de una fórmula presidencial, Lavagna le ofrece a Massa más de un plus : por su rol en la recuperación posterior a la crisis de 2001, el ex ministro es bien percibido entre industriales, productores rurales y un amplio sector de la clase media.

Pero, sobre todo, contribuye a darle “solidez” a la imagen del tigrense en las encuestas, ante un electorado que valora lo hecho por Massa en la Anses y Tigre, pero duda ante la juventud del diputado, que llegará con 43 años a las elecciones de 2015.

Lo primero que hizo Massa al tomar la palabra fue devolver gentilezas a Lavagna, del que destacó “su agudeza para hacer lo correcto y no sólo lo políticamente correcto”.

Con los economistas y técnicos del Frente Renovador en los palcos, el tigrense llamó a “despreciar a aquellos que simplemente plantean candidaturas sin un modelo de país” y a terminar con “un mal histórico de la Argentina, que es la idea de que tenemos salvadores que nos resuelven la vida”.

Del mismo modo criticó a quienes “creen que pueden gobernar la Argentina por un mandato divino o herencia familiar”. Fue otro dardo a Scioli, que en la semana había dicho que Dios le mandó una “señal” y lo “preparó para ser presidente”.

Con las encuestas en la mano -y todavía sin una foto con el Papa-, Massa seguirá afirmando que, a diferencia de sus rivales, él si tiene equipo para gobernar. Y la estampita de Lavagna.

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