PolíticaEl caso Shoklender y la venganza de Moyano

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El análisis (por TL)
Según los medios nacionales, el disparador de las denuncias contra el renunciado administrador de las Madres de Plaza de Mayo, habría sido un puntero político kirchnerista de Villa Soldati (GBA) que conocía los manejos fraudulentos de Schoklender, y habría estado descontento con su exclusión de los mismos o con la debilidad que implica para su posición de poder la intrusión de los planes de vivienda de las Madres en su territorio. Fue este anónimo testigo fue quien acercó la información al sector moyanista de la CGT.

Moyano, poderoso, pero debilitado, aliado instrumental del Gobierno resintió desde siempre la cercanía al oficialismo de quienes son sus principales aliados ideológicos: el sector de las Madres nucleadas en torno a Bonaffini, quien siempre ha criticado en público al dirigente camionero.

En medio de un conflicto interno por el reparto del poder que cada vez se transparenta más (ver la llegada del mismo a Venado), Moyano no habría desaprovechado la oportunidad para dañar la credibilidad de uno de los sostenes de la legitimación político-moral del gobierno nacional: su compromiso supuestamente desinteresado con las causas contra la salvaje represión militar del Proceso.

Moyano, que casi carece de tal legitimidad, estaría jugando al juego del nivelamiento para abajo.

Para mayor dolor de cabeza gubernamental, los medios de comunicación opositores no dejaron pasar la oportunidad para publicar el escándalo en las primeras páginas.

Algunos de ellos, particularmente Perfil y Clarín, no dejaron de refrescar los detalles más escabrosos de la compleja y algo siniestra historia de los hermanos Schoklender. Poca luz se arrojó sobre un asunto. Más allá del escándalo de corrupción, aún por comprobarse en forma fehaciente ¿por qué un organismo de derechos humanos administraba fondos para la construcción de viviendas?

La de las Madres es sólo una de las ONGs vinculadas al gobierno que administra cuantiosos recursos ligados a la acción social, volviéndose así agencias para-estatales con amplio manejo discrecional (y clientelar) de los recursos. Una forma de construcción de poder político que desvirtúa la función de las asociaciones civiles, y claro, pone en cuestión la transparencia de su lealtad política.

La crónica de los hechos
En off the record que tanto sirve de fuentes a los medios, señala que sectores de la Casa Rosada habrían transmitido al diario La Nación que Cristina Fernández estaría furiosa con Hebe Bonafini por haberle dado tanto margen de libertad al ahora renunciado administrador de la asociación Sergio Schoklender, que anteayer dejó el manejo financiero en medio de graves denuncias de irregularidades con fondos de la Secretaría de Obras Públicas destinados a las viviendas que construyen las Madres.

"Esto es una explosión en la relación con las Madres", dijo anoche a La Nación un miembro del entorno de Cristina Kirchner. "La primera entidad de derechos humanos a la que el Gobierno ayudó está investigada por corrupción con fondos públicos para viviendas de gente pobre, imagínense", se habría lamentado la fuente.

La renuncia de Sergio Schoklender, revelada ayer por Clarín, se produjo tras una pelea con su hermano Pablo, que ahora lo sucede en el control de los recursos de la fundación, y con Hebe de Bonafini , que lo echó.

Además, el tema tiene profundas implicancias políticas. Según dejaron trascender los medios opositores, el estallido del escándalo es parte del duro conflicto entre el grupo moyanista y el Gobierno. Dirigentes cercanos al líder camionero accedieron a información de punteros barriales disconformes con el manejo de las viviendas, y no demoraron en usarla para presionar a la Casa Rosada.

Por su parte Bonafini se negó a responder al periodismo con una frase que la mantiene fiel a su estilo: "No vamos a hablar de puteríos". Desde el gobierno, el vocero y jefe de Gabinete Aníbal Fernández dijo que a la Presidenta "no tiene por qué preocuparle el tema". "Si tiene algo para revisar, lo hará la Justicia", advirtió Fernández luego de participar del congreso nacional del Partido Justicialista, según informó la agencia oficial Télam.

El secretario de Obras Públicas, José López, se negó a responder llamados. Según fuentes del Gobierno, desde su área salían los recursos contra la firma de presuntos certificados de dudosa legalidad y dirigidos a empresas no del todo claramente registradas.

"Serían subcontratistas virtuales. Hay un escándalo en el manejo que hicieron en Madres. La Presidenta lo sabe. Y sabe que Moyano quiere sacudir al Gobierno. Ahora, Cristina está muy enojada con Hebe y con el apoderado de Madres, Schoklender. Lo investigarán", publicó ayer Clarín.

Según la información oficial de Madres de Plaza de Mayo, existen 5609 viviendas proyectadas y en construcción en todo el país. Además, hay 19 centros de salud en los planes.

Los voceros del ministro de Planificación, Julio De Vido, tampoco informaron el monto ni el presupuesto del plan de las Madres denominado Misión Sueños Compartidos. Sólo en la ciudad de Buenos Aires supera los 75 millones de pesos y el plan incluye varias provincias.

En declaraciones a Radio 10, el el senador Daniel Filmus, candidato a jefe de gobierno porteño por el Frente para la Victoria declaró no conocer los detalles, aunque señaló que se comunicó con hablé Bonafini martes 24, y le habría adelantado la separación de Schoklender, “ La verdad que no caigo de mi asombro", confesó Filmus en sus declaraciones a la AM capitalina.

Las denuncias
La trama del escándalo comenzó cuando se supo que un conocido puntero kirchnerista de Villa Soldati, descontento con el manejo de las viviendas de Madres de Plaza de Mayo, dio información al entorno de Moyano sobre las irregularidades que implicarían a Schoklender y al Gobierno. Esa infidencia llegó a oídos del secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y de la Presidenta, lo cual desató el nerviosismo y la furia oficial. /Entre el Gobierno y Moyano crece hace semanas una guerra encubierta. El titular de la CGT sospecha que el Gobierno está detrás de la causa judicial en la que se lo investiga por la mafia de los medicamentos.

Además, reclama cargos en las listas de candidatos para las elecciones de octubre. La Presidenta le pidió públicamente dejar de presionar con medidas de acción directa o ella podría desistir de su reelección.

También renunció por el caso el ingeniero civil Eduardo González Fernández, director técnico de la Fundación. En el Gobierno temen que se destape un desfalco millonario que salpique a las Madres y a funcionarios. El caso había sido denunciado por la diputada de la Coalición Cívica, Elsa Quiroz, que responde a su par y candidata presidencial, Elisa Carrió.

Según la información que circuló ayer, Schoklender, que había decidido no hablar ante la prensa y al que se le adjudica un nivel de gastos excesivo, sería socio de una empresa que elabora casas prefabricadas como la que se instaló en el Club Albariño de Villa Lugano, presentada en un acto al que asistió la Presidenta y sus principales funcionarios.

Precisamente, punteros de ese barrió y de Villa Soldati, que tuvieron notoriedad en la toma del Parque Indoamericano, desataron en estas horas peleas internas y pases de factura por la disconformidad de esas construcciones.

Finalmente, las declaraciones del Apoderado
Después de dos días de silencio mientras explotaban las acusaciones en su contra, el renunciante apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schoklender, emitió anoche un comunicado en el que intentó desligarse de las denuncias de irregularidades en la construcción de viviendas populares con fondos públicos.

Desmintió que hubiera sido echado de la Fundación por una pelea con su hermano Pablo, y argumentó que había renunciado porque su papel en la entidad era "incompatible" con sus "proyectos personales". No aclaró a qué proyectos se refería, aunque pareció una referencia a su activa participación en la empresa encargada de la construcción de las viviendas (de lo que se informa por separado).

"Desde ya hace varios meses, se hacía evidente que mi rol como apoderado de la Fundación y responsable de la Misión Sueños Compartidos [que lleva los planes de obras en todo el país] era incompatible con el desarrollo de mi proyecto personal, por lo cual manifesté la necesidad de desvincularme de la entidad", afirmó.

Añadió que no había sido "un abandono" y que las Madres de Plaza de Mayo habían manifestado "su agradecimiento eterno por el empeño, tesón, fidelidad y encomio" de su trabajo, en la reunión de directorio en la que dice haber comunicado su decisión (el 6 de mayo). Pese al sugestivo silencio de la presidenta de las Madres, Hebe de Bonafini, Schoklender señaló que seguirá ligado a la entidad. "Es un hasta luego".

Fuentes: La Nación, Clarín, Perfil, Agencias DyN y Télam

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