DeportesMartín Palermo, una leyenda viviente

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El Titán, un mito que perdurará por siempre en la historia de Boca.

La despedida de la Bombonera del máximo goleador de todos los tiempos con la camiseta azul y oro será una noche que se recordará para siempre.

Ni hablar de sus logros, un hombre que en 403 partidos convirtió 236 goles y ayudó a que Boca ganara 14 títulos. Por eso, anoche la Bombonera se vistió como en sus mejores galas.

“Extrañarte siempre, olvidarte jamás” o “simplemente gracias por todo, Titán” fueron banderas que los hinchas colgaron para agradecer.

Y los cantos de esa conmovedora hinchada lo aludían. Desde el clásico “aplaudan, aplaudan; no dejen de aplaudir; los goles de Palermo, que ya van a venir”, pasaban a la promesa: “Martín Palermo no te vamos a olvidar”.

Aunque el hit ayer fue: “Muchas gracias Palermo, muchas gracias Palermo; vos nos diste los goles, vos nos diste alegrías; lo que hiciste por Boca, no se olvida en la vida; no se olvida en la vida…”.

En ese ambiente festivo, todas las miradas se posaban sobre él. Era la noche de Palermo. Todo pasaba por lo que podía hacer el “Loco”, que anoche lució una camiseta con el “9” y su apellido color dorados.

Todos esperaban el gol en ese arco, el que da al Riachuelo. Muchos recordaban que ese lungo que llegó a Boca en 1997 y que hacía locuras, como disfrazarse de mujer, debieron esperarlo seis partidos hasta que convirtió su primer gol. Fue a Independiente, el 30 de septiembre de 1997.

En el mismo arco que le hizo a River “el gol en muletas”, la noche de mayo del 2000 por la Libertadores. O en el que metió el gol de cabeza desde 38 metros, a Vélez en el Apertura 2009. Poco importó que el error de Lucchetti lo dejara ayer sin triunfo. Si los hinchas sufrieron con él y compartieron su dolor, cuando asomaban los capítulos tristes de su vida de película. Los penales errados en la selección, las graves lesiones, la pérdida de un hijo. Por eso cuando Martín se besa el tatuaje de Stéfano, en un antebrazo, todos ven en él el hombre al que idolatran.

Al final, llegaron los homenajes, los saludos de sus familiares, del “Coco” Basile, de su amigo Guillermo Barros Schelotto, o del “Virrey” Carlos Bianchi, creador del apodo “Optimista del gol”, entre otros. Luego del himno que tocó Ciro a armónica pura, el Loco habló conmovido.

“Estoy muy contento por todo esto y me voy más que feliz de esta cancha. Pasamos cosas muy lindas y le agradezco a la gente todo el cariño”.

Le regalaron una capa de “Súper Martín” y el arco que da a Casa Amarilla con una placa en el travesaño. Y claro, llegó la vuelta olímpica que terminó con “el Titán” emocionado ante la 12. La imagen que se inmortalizará en el recuerdo del hincha de Boca.

Gracias Martín, gracias por lo que sos, como sos y por todo lo que hiciste por el futbol argentino. Un verdugo menos para tantos equipos que sufrieron tus goles, un goleador que se despide. Anoche hiciste emocionar a todos, a todo el mundo futbolero, sin importar ni el equipo, ni el color. Y cuando el tiempo pase, seremos los privilegiados que lo vimos jugar.

Le dicen Loco, Titán, Martín Pescador, Optimista del gol; pero para la eternidad, será simplemente Palermo.

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